La industria manufacturera coincide en que la llegada de Donald Trump pondrá en riesgo las inversiones, sobre todo del sector automotriz, aunque confían que el magnate no llegue muy lejos en sus planes. Sin embargo, para los empresarios del norte del país ya permea la posibilidad de que varios proyectos se detengan, al menos en el primer semestre, hasta tener clara la política económica real del nuevo Presidente de Estados Unidos.
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Ciudad de México, 17 de enero (SinEmbargo).- Representantes de la industria manufacturera coincidieron en que la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos lejos de provocar el cierre de plantas armadoras, que actualmente están situadas en México, reorganizará el mercado y pondrá en riesgo las nuevas inversiones, sobre todo en el sector automotriz.
Por su parte, los empresarios del norte del país, ya permea la posibilidad de que varios proyectos se detengan, al menos en el primer semestre, hasta tener clara la política económica real del nuevo Presidente de Estados Unidos.
La industria manufacturera que el reto que trae 2017 es diversificar los mercados, sobre todo con miras a Centroamérica, Europa y Asia, ya que esta industria contribuye con el 20 por ciento del Producto Interno Bruto nacional y dependen, a octubre de 2016, 3.5 millones de empleos.
«En la industria se tiene la certeza de que se mantendrá la tendencia de crecimiento que se ha observado en los últimos años. Por las declaraciones de Donald Trump, prevemos que serán los proyectos de nuevas plantas los que se verán afectados», comentó José Navarro López, Director general de TJ Krausse de México.
En conferencia de prensa, aseguró que México se enfrentará a una reconfiguración del mercado automotriz, ya que lo más probable es que las armadoras de Estados Unidos dejen aquí los modelos de vehículos más básicos y se lleven a su país, los que requieren de más tecnología.
Ante esto se mostraron optimistas, el académico David Romero comentó que «si se van unos modelos, otros vendrán».
Presumieron que México ofrece diversas ventajas para el desarrollo de negocios manufactureros, como la ubicación geográfica, la calidad de mano de obra, infraestructura y una base de proveedores.
Sobre la renegociación del Tratado de Libre Comercio, Navarro López dijo que la industria espera que México lleve a los mejores estrategas, que no acepten ninguna condición negativa para el país.
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El diario Vanguardia reveló este día que el Grupo Amistad pospuso un par de meses la construcción de un nuevo parque industrial en San Luis Potosí, mientras que en Saltillo la empresa Tubos Samuel les canceló una inversión de 10 millones de dólares luego de que se suspendiera la inversión de Carrier en Nuevo León.
El presidente de Grupo Amistad, Marco Ramón Aguirre, indicó que en San Luis Potosí cuentan con 60 hectáreas para ese parque industrial, pero el proyecto será pospuesto seis meses hasta no ver qué tanto afectará al mercado la política económica real que aplicará el hoy presidente electo de EU, Donald Trump.
Aunque inicialmente ese parque se pensó para proveedores de BMW-SLP, se abrió a todo tipo de empresas, pero “ahora estará en pausa hasta ver qué sucede con Trump”.
Dijo lo anterior luego de que la cancelación de la planta de Ford en ese estado derivó también en la suspensión de tres de sus proveedores, entre ellos una planta Benteler que no iba a ese estado, sino a San Juan del Río, Querétaro.
Ramón Aguirre señaló que esos tres proyectos no eran clientes de Amistad, pero junto con otros desarrolladores participaban en un proceso de licitación para cotizarles naves; cada una representaba una inversión de 15 mdd y una generación de 300 a 500 empleos.
En el caso de la planta de BMW en SLP, a la cual Donald Trump también ha hecho señalamientos, comentó que los europeos llegan con otra estrategia de negocio y ellos utilizan a México como una plataforma mundial, y no nada más para exportar a EU. En México, además de la ventaja de la mano de obra, producir un vehículo para Audi o BMW les representa un ahorro de 3 mil a 4 mil dólares por unidad.
El también vicepresidente de la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados dio a conocer que 25 socios de la AMPIP se reunirán el próximo lunes con el director de ProMéxico para ver el tema de la promoción y el mensaje que deben tener como desarrolladores.
Sin embargo, añadió que México sigue con una imagen positiva porque su plataforma va seguir siendo muy atractiva, a lo mejor no tanto para los americanos por un tiempo, pero sí para las empresas globales y entre ellos estados fronterizos como Coahuila.
CANCELACIONES EN SALTILLO
El director de Grupo Amistad, Marco Ramón, informó que, tras la cancelación de la planta de Carrier en Santa Catarina, NL, Tubos Samuel hizo lo mismo en Saltillo para una ampliación planeada en el Parque Industrial Amistad Ampliación Morelos.
Agregó que Amistad cuenta con una fuerte alianza con los fabricantes de equipos de aire acondicionado, y Tubos Samuel produce serpentinas y tubería que va en los ductos de esos equipos.
Para la planta de Amistad-Ampliación Morelos planeaban invertir 10 millones de dólares y generar 400 empleos en Saltillo.
Sin embargo, Marco Ramón indicó que hay empresas que siguen creciendo, como la ampliación de 10 mil m2 en Ramos Arizpe para un proveedor Tier 1 de GM. Nada más en la nave la inversión será de 4 mdd (falta contabilizar la de maquinaria y equipo), así como una generación 200 empleos.
También dio a conocer que entre Querétaro y Guanajuato (Apaseo y Celaya), tienen en desarrollo un parque industrial de 250 hectáreas que se llamará “Chuy María Ramón”, para junio de este año esperan tenerlo listo.
Aunque reiteró lo que decía el mes pasado, “que hay empresas que pospusieron para mayo-junio sus inversiones, hasta ver qué sucede con las política arancelaria de Trump, en ese estatus tienen a 4 ó 5 plantas en el país”.
Sin embargo, añadió que en Coahuila se ha visto el “efecto directo de Trump” sólo en un par de empresas, pues los parques de la Región Sureste siguen atrayendo inversiones coreanas, alemanas e incluso más proveedores de GM.
–Con información de Rebeca Pérez, Vanguardia
