Pop explicó que vio la película la noche del miércoles y le impactó. «Me he dado cuenta que era un producto de aquellos tiempos», dijo en una rueda de prensa que prácticamente acaparó hablando de sus músicos favoritos, de las drogas o la vida tranquila que ahora lleva.
Cannes, 19 may (dpa) – El cantante Iggy Pop se convirtió hoy en la estrella del Festival de Cannes, donde acudió junto a Jim Jarmusch para mostrar Gimme Danger, el documental homenaje a esa banda rompedora dentro del mundo del rock que fueron The Stooges.
A pesar del atractivo de actrices del calibre de Marion Cotillard o Léa Seydoux, la atención estaba puesta en el legendario rockero de 69 años, a quien la furiosa y ruidosa música que interpretaba parece haber mermado considerablemente su capacidad auditiva.
Pop explicó que vio la película la noche del miércoles y le impactó. «Me he dado cuenta que era un producto de aquellos tiempos», dijo en una rueda de prensa que prácticamente acaparó hablando de sus músicos favoritos, de las drogas o la vida tranquila que ahora lleva.
El rock «era una cuestión de vida o muerte», agregó el músico, el líder y fuerza motora de un grupo de rock pionero, que irrumpió en el panorama musical a fines de los 60 desde el centro de Estados Unidos.
Jarmusch, que apenas intervino, tan sólo señaló que el título del documental Gimme Danger, es el título de la canción con «una de las letras más bonitas jamás escrita».
No es un documental sobre Iggy Pop, para el que se necesitaría 15 horas, sino sobre los Stooges, precisó Jarmusch, quien con este trabajo ha querido sumar un poco de reconocimiento a la importancia de su trabajo y a su contribución a la historia de la música.
El rock furioso de los Stooge, pero sobre todo sus pasionales actuaciones en directo, en las que Pop bailaba frenéticamente sobre el escenario, se revolcaba y se acababa lanzando sobre los espectadores, tuvo en principio una vida corta.
En el 73 el grupo ya había sacado tres álbumes que serían cruciales para la historia del rock. Para entonces, las drogas ya habían dejado tal impacto en el grupo, que acabó disolviéndose, aunque a principios de los 2000 volvieron a reunirse con algunos miembros nuevos, ya que otros habían fallecido.
Gimme Danger muestra toda esa evolución hasta el presente basándose sobre todo en la memoria de Pop, quien comentó que él proporcionó una foto de su familia, pero puso en contacto a Jarmusch con «fans, vendedores de droga y seguidores extraños (del grupo)».
Con fotos, material de archivo, animaciones y, sobre todo, la música de los Stooge, Jarmusch compone un documental ameno que ha gustado en Cannes. «La película en estilo es un collage, nuestra intención era hacer algo próximo a la música de los Stooge, algo salvaje, lioso, robusto, emocional, divertido, fuerte», dijo el realizador, quien recordó cómo le impactó su música cuando era joven (es apenas seis años menor que Pop) y cómo discutía con su hermana porque le gustaba los Beatles.
En su opinión al evitar este grupo anárquico la política, «tuvo un mayor efecto político», algo que de alguna forma se reflejó sobre todo en el terreno cultural. «Evitaron ser directamente políticos pero son artistas revolucionarios», indicó.
Pop señaló a Chuck Berry y Bob Diddley como los músicos que más le influenciaron, aunque ellos no aparecen en el documental, que sí menciona el paso por la vida del cantante de David Bowie y como fue la colaboración entre ambos.
Ante la pregunta de cómo afronta los desafíos que presenta el mundo actual respondió con unas risas. «Hay que mantener el nivel adecuado de desconexión», dijo el artista, quien con el paso de los años ha valorado más los consejos que le daban sus padres.
«Tuve unos padres muy buenos y no les escuché. De mayor intenté hacerles caso y, como me decían, mantener las cosas sencillas».
Sobre las drogas fue claro en su mensaje: «deberían dejar esa mierda», señaló el músico, quien asegura haberse «regenerado» de todo lo se ha metido en el cuerpo.
Ahora, contó, «para mí lo mejor es un buen vino. Todo lo que puedo decir es que no me drogo y me tomo un vino en la cena».
Divertido y despreocupado, Pop resume en el documental su esencia al afirmar: «No quiero pertenecer al glam, al hip-hop o al punk, tan sólo quiero ser», señaló.