Un estudio divulgado recientemente por la organización World Animal Protection revela que el turismo hace crecer el gusto por el café de civeta, y muestra de ello es que de 2011 a la fecha más de 16 nuevos establecimientos se abrieron a lo largo de una de las principales vías turísticas en Bali, Indonesia.
Ciudad de México, 17 de mayo (SinEmbargo).– ¿Pagarías cerca de mil 800 pesos por una taza de café? Hay quien lo hace y el mercado cada vez se extiende más, aunque en su producción incluya el maltrato de un pequeño mamífero asiático: la civeta.
El café más caro del mundo es expulsado en el excremento de las civetas. Estas especies comen, digieren y defecan las cerezas de café que los granjeros recolectan y venden a los empresarios que producen el café, Kopi Luwak para el consumo humano.
Quienes gustan del Kopi Luwak consideran que el sistema digestivo de las civetas fermenta y altera la composición química de los granos de café, dando al producto final un sabor peculiar.
Un estudio divulgado recientemente por la organización World Animal Protection (WAP) revela que el turismo hace crecer el gusto por este café, y muestra que de 2011 a la fecha, más de 16 nuevos establecimientos se abrieron a lo largo de una de las principales vías turísticas en Bali, Indonesia.
El doctor Neil D’Cruze, investigador de vida silvestre de la ONG, señaló que las civetas son animales nocturnos, capturados en la naturaleza y mantenidos en jaulas pequeñas «simplemente para atraer a los turistas curiosos, que desean ver cómo se elabora el café».
UNA TAZA DE CRUELDAD
Protección Animal Mundial acusó que la verdad sobre la producción del café más caro del mundo deja un sabor desagradable en la boca de muchas personas. Una única taza de esta bebida gourmet, también conocida como Kopi Luwak, puede costar hasta cien dólares, o sea, ¡cerca de mil 800 pesos mexicanos! El de civeta es, sin duda, uno de los cafés más raros y exóticos del mundo.
Si bien existen empresas que promueven el maltrato animal, existen otras en Indonesia con una larga tradición de producir la semilla sin necesidad de enjaular a los animales, o sea, obtenido de las heces recolectadas en su hábitat natural.
Con el fin de aumentar la producción y atender la demanda turística, a las civetas se les mantiene en jaulas, en condiciones de crueldad. Los animales son forzados a alimentarse solo de café —aunque en la naturaleza su dieta incluye desde ratones e insectos, hasta frutas como moras, mangos y bananas–.
En entrevista para SinEmbargo, Jason Muir, de WAP, señaló que las civetas producen este café en condiciones de libertad naturalmente, pero en pocas cantidades. «Cuando son atrapadas y enajuladas, se les alimenta solo de granos de café, lo que les causa desnutrición. Sus jaulas claramente no inadecuadas para sus hábitos naturales, pues les restringe el movimiento y resultan incómodas para dormir. Esto les causa mucho estrés psicológico y físico y las tasas de mortalidad son muy altas en el régimen de jaulas», comentó.
«Además, el Kopi Luwak producido libre de jaula es de mejor calidad que el de civetas enjauladas», aseguró.
En cautiverio, las jaulas de hierro lastiman las patas de estos pequeños animales e impiden que se escondan durante el día, con lo que les causan continuo dolor y estrés.
Ver a los animales enjaulados ayuda a convencer a los turistas de que están bebiendo el verdadero café de civeta, y es parte del tour.
«Tristemente, muchos turistas se hacen de la vista gorda hacia la crueldad que hay detrás de esta bebida, e incluso hacen fila para tomar fotografías y postearlas en redes sociales», lamentó Neil D’Cruze.
Si los turistas ven a estos animales enjaulados, como parte del tour, es un claro indicador de que el lugar promueve maltratos innecesarios contra los animales, alertó el doctor Jan Schmidt, coautor de la investigación.
Por si fuera poco, la mayoría de los productores de café no saben cómo cuidar de esta especie, lo que causa enfermedades y hasta la muerte de las civetas —todo por un café gourmet–.
Gracias a las denuncias de World Animal Protection, por lo menos 13 mayoristas —incluyendo marcas famosas como Harrods y Selfridges, en el Reino Unido, y Simon Lévelt, en Holanda— retiraron el producto de sus estantes, y acordaron investigar su origen.
Sin embargo, detectar si el café de civeta es o no cruel, es un desafío: no es posible distinguir fácilmente los granos recogidos de la naturaleza de aquellos obtenidos de jaulas.
PROTEGER A LAS CIVETAS ES POSIBLE
La asociación internacional pide a los turistas, mediante su página web, evitar el café de civeta o, en su defecto, optar por marcas certificadas como «libres de jaula».
Los tours de Kopi Luwak son promovidos por TripAdvisor, y se encuentran entre las diez atracciones más crueles del mundo, por lo que Protección Animal invita a firmar la petición «Vida Silvestre. No Entretenimiento», la cual cuenta ya con el apoyo de más de 200 mil personas.
Muir destacó, además, la importancia de no patrocinar esta industria «con nuestro dinero, así dejamos de financiar la crueldad contra las civetas. Otra medida importante es no visitar las granjas en donde mantienen a las civetas enjauladas», concluyó.