Es cómico, músico, humorista, escritor y nada de eso. Se desmiente a sí mismo a cada paso y a la hora de reivindicar algo para describir una vida agitada, la palabra supervivencia surge de manera espontánea y fervorosa. Entrevista al español Pablo Carbonell, un tipo que ha sabido vivir sin morir, lo que no es poco
Ciudad de México, 9 de mayo (SinEmbargo).- Una vez una señora se le acercó a Pablo Carbonell (Cádiz, España, 1962) con una gran preocupación; su hijo, en lugar de estudiar o de hacerse un hombre de bien, había ingresado al “mundo de la tarántula”, es decir, a la farándula.
La confusión del vocablo le resultó graciosa y significativa, por lo que el líder del legendario grupo de rock español Los Toreros Muertos no dudó a la hora de elegir un título a la autobiografía que tan primorosamente ha editado la editorial Blackie Books.
Pablo Carbonell, una de las figuras más relevantes del panorama artístico y musical español, trata su autobiografía con la franqueza y el sentido de humor que lo caracterizan, desde su infancia en Cádiz hasta sus proyectos cinematográficos recientes.
A través de su tortuosa carrera vital, donde no faltaron excesos, encarcelamientos y ganas de dejar antes de tiempo este mundo, Carbonell arroja una mirada al significado de la creación artística.
Lo hace con un texto que por momentos parece una confesión y cuya honestidad brutal logra una empatía emocionante con un lector que se entera cuando dormía en las calles, triunfaba como estrella de rock y nunca podía conciliar el sueño.
Efectivamente, Pablo lo dice en El mundo de la tarántula: duerme mal, pero sueña como nadie.
Discípulo entrañable del poeta y cantautor Javier Krahe (1944-2015) y amigo del humorista Pedro Reyes, fallecido con apenas 53 años en 2015, Pablo Carbonell dedica a ambos su libro, que parece ser una especie de ajuste de cuentas con un pasado salvaje y una apuesta sincera por un futuro donde pueda ver crecer a sus hijas y seguir haciendo lo que más sabe: humor del bueno tanto en el cine, la radio y la televisión.
“No entiendo hacer una autobiografía para contarle a la gente una milonga. En ese sentido he escrito El mundo de la tarántula casi para mí o para un psicólogo o para un amigo muy cercano. Desde que el libro fue publicado he tenido la sensación de que ando con el culo al aire por la calle”, dice en entrevista con SinEmbargo.
–¿Cómo es eso?
–Como andar desnudo. Aunque ya lo superé, pero recuerdo que la primera entrevista que di a propósito del libro me resultó muy complicada
–Son emocionantes las páginas dedicadas a tu hermana fallecida, Nuria
–Sí, porque el libro es una especie de crónica de las cosas que le van pasando al tipo que escribe el libro. En ese sentido, el libro me ayudó a analizar lo que me pasaba y fue algo mágico. Ahora, cada vez que voy a un funeral y veo a esa gente que trata de animar a los familiares, me doy cuenta de que no tienen la menor idea de qué se trata el asunto. Los familiares no necesitan ser animados, lo que necesitan es llorar. Necesitan conectar con la persona que se ha ido.
–Las cosas que dices de tu hermana son hermosas
–Es algo complicado. No pude lo suficiente decirle todas esas cosas cuando vivía. Pude darle algunas herramientas para que ella pudiera ser más feliz, como fue incitarla a dibujar, pues yo siempre he dibujado y he encontrado en el dibujo mucha evasión. Fue muy feliz cuando la animé a que pintara. De todas maneras, no era una persona con la que podía salir de noche, se tenía que quedar en casa. Era feliz, pero la vi sufrir mucho porque se daba cuenta. Las personas con estos síndromes y diferencias se dan cuenta de todo lo que se pierden.
–Viviste mucho tiempo con miedo a tener SIDA, hasta que después de muchos años te haces el examen médico…
–Disolví Los Toreros Muertos, destruí mi creatividad, me destrocé medio hígado, no me maté de milagro, no tuve relaciones más profundas con mujeres que me interesaban, todo por nada…Recuerdo aún hoy el día en que me sacaban sangre para el examen del SIDA, experimentar esa felicidad de estar haciendo lo que debía haber hecho mucho tiempo atrás para poder vivir plenamente. Pero no sé, el sólo hecho de pensar que podía tener SIDA, me provocaba diarrea, manchas en la piel. Fue un infierno. Lo cuento en el libro, que tenía la pretensión de ser un manual artístico…
–Ver caer a mucha gente por enfermedad y adicciones en esa época de La Movida, tal vez justificaban ese miedo
–El SIDA fue el fin de la broma. Vivíamos un desenfreno sexual maravilloso y tuve suerte. Aunque viví tres años pensando que había pescado la enfermedad y eso no me lo quita nadie…
–Ajustas algunas cuentas con la autobiografía
–Sí, algunas. No guardo rencor a nadie, esa es la verdad. Intento buscar lo positivo a todo, incluso mis comentarios contra las listas de éxitos son bienintencionadas. Develar la verdad y decir cómo son las cosas en realidad siempre es beneficioso. Ser honesto es una buena opción. Me he equivocado muchas veces y me he autoengañado; esos son momentos en que pierdes la dignidad y cuando eso sucede, no puedes escucharte. La falta de dignidad es ensordecedora.
–Mientras escribías el libro, ¿reculabas?, quiero decir, el capítulo por ejemplo en el que criticas a tu tío Fernando, el cura de la familia…
–No, la verdad es que el libro ni siquiera lo he leído luego de haberlo escrito. Escribí lo que sentí. Es que mi tío Fernando no se estaba comportando como el hermano de mi padre ni como sacerdote en el funeral de mi hermana Nuria. Bueno, eso que se dice: “Habla y Dios hablará por ti”, pues este hombre metió un resbalón tremendo al reírse de Nuria en su entierro. Mi otra hermana puso las cosas en su lugar y aclaró que Nuria sí era inteligente.
–Cuentas con mucho valor e intimidad todas esas cosas
–Bueno, creo que todo lo que se hace en el arte es para intentar la búsqueda de la verdad. De otro modo, no tiene sentido ser artista. Sé que me voy a encontrar con gente que me dirá: -Oye, esto, ¿por qué lo has contado? Y lo he contado porque es la verdad. Hacerlo, además, me ha liberado y me ha hecho mejor persona.
–El libro es también un balance cultural de una época que ya no se ha repetido en España
–Bueno, sí, sucede que los apoyos al cine con este gobierno están como cuatro veces menos que en Francia. El IVA cultural es el doble que en el resto de Europa y este gobierno ha atacado mucho la cultura porque básicamente a es la venganza a que protestamos en bloque contra la Guerra de Irak. Creo en el poder liberador del arte y la política me ha decepcionado mucho. Me gustan más las personas que los políticos.