En México, las decisiones y desarrollo de los adolescentes están influenciadas por contextos de pobreza, violencia, desigualdad y discriminación, denunció la ONG durante la presentación de su campaña “Hasta el Último Niño y Niña”.
Ciudad de México, 27 de abril (SinEmbargo).– Los adolescentes son una población excluida de las políticas públicas del gobierno mexicano, pues por lo menos el 50 por ciento de ellos vive en condiciones de pobreza, que aunada a la discriminación y la falta de oportunidades, los convierte en un sector de la población “olvidado”, de acuerdo con un informe de la organización internacional Save the Children.
Durante la presentación de la campaña global #EveryLastChild, llamada en español “Hasta el Último Niño y Niña”, la directora ejecutiva de Save the Children México, María Josefina Menéndez, y la coordinadora de campañas de la organización, Nancy Ramírez, explicaron que en el país las labores se dirigirán específicamente a los embarazos adolescentes, pues uno de cada cinco nacimientos proviene de una mujer menor de 20 años, lo que pone a México como la tasa más alta en este rubro entre de los integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
“La campaña hace un llamado a los responsables en los gobiernos en el ámbito internacional y estatal para asegurar que se eliminen las barreras que impiden que la niñez y la adolescencia disfruten de sus derechos, en especial quienes históricamente se han encontrado en marginación y pobreza”, dijo al respecto Jorge Freyre, director regional de Incidencia Política para América Latina y el Caribe de la asociación.
A la par del lanzamiento de la campaña que tendrá una duración de tres años, se presentó el informe “Las y los adolescentes que México ha olvidado”, en el cual denuncian la exclusión que ha vivido este grupo poblacional de entre 10 y 19 años al no beneficiarse de los progresos en calidad de vida que se han alcanzado en los últimos 15 años. Dicho estrato llega a los 22.4 millones de personas, es decir, un 20 por ciento de los habitantes totales.
“Al ubicarse entre la población de niñas y niños por un lado, y de jóvenes por otro, cuentan con limitadas políticas públicas que respondan a las características específicas de la etapa de desarrollo por la que atraviesan”, dice el reporte.
“Continúan siendo una población excluida que enfrenta retos derivados de la pobreza, la desigualdad, la discriminación, la falta de oportunidades y la ausencia de reconocimiento como un grupo con características particulares que atraviesa por una etapa de vida con un potencial relevante para el desarrollo”, continúa.
EN UN CÍRCULO DE VULNERABILIDAD
La pobreza, falta de empleo, de educación, de acceso a la protección social, sumado a otras características como el género, el origen étnico y el estrato social ponen además a los adolescentes mexicanos en una “suma de condiciones de vulnerabilidad”, actualmente ignoradas por el “adultocentrismo” de las políticas, denunció Daniel Ponce Velázquez, coordinador nacional del Sistema de Protección Integral de las Niñas, Niños y Adolescentes (SNPI-NNA), organismo gubernamental que trabaja de la mano con Save the Children en esta campaña.
Ponce Velázquez mencionó además que “no sólo hay que luchar contra la exclusión, sino contra el estigma”, y ejemplificó con el caso de los “ninis”, que ante la problemática de que el 15.3 por ciento de los adolescentes de 15 a 19 años no estudie ni trabaje, medios de comunicación y autoridades se encargaron de darle un término despectivo.
Por ello, dijo, es de importancia reeducar a funcionarios, medios masivos, personal médico e instituciones en general.
Otro de los aspectos que favorece la vulnerabilidad del sector adolescente en México es la violencia, pues las muertes de personas entre los 15 y los 19 años representa el 8 por ciento de los homicidios totales en el país, con un promedio anual entre el 2007 y 2012 de mil 743 asesinatos anuales.
Según datos de la organización en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, el promedio anual de muertes adolescentes por homicidio es de mil 407, menor al registrado durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa, pero por encima de 871 al año registrados de 2001 a 2006.
En resumen, el organismo con presencia en más de 120 países identificó tres tipos de barreras a derribar para cambiar el presente y futuro de los jóvenes: las barreras financieras, señaladas sobre todo en el acceso a la educación y la salud; la discriminación, tanto en políticas explícitamente discriminatorias como en normas sociales y culturales; y la falta de rendición de cuentas por parte de los tomadores de decisión.
Todas ellas se dan a nivel internacional, nacional, local hasta en los propios hogares y comunidades donde los adolescentes viven.