La investigación Panama Papers reveló que en 2013, un día después de haber sido acusado de evadir 4.1 millones de euros, Lionel Messi y su padre abrieron una sociedad offshore llamada Mega Star Enterprises Inc. para seguir facturando a espaldas de las autoridades españolas, ¿es verdad que el mejor futbolista del mundo no estaba al tanto de estos movimientos truculentos?
Por Iván Pérez, Vice Sports
Ciudad de México, 6 de abril (SinEmbargo/ViceMedia).- En tres segundos la sala de cine pasó del silencio a la histeria colectiva. Primero «ohhh», luego «goooool». En una de las pantallas de más de 10 metros de largo en uno de los cines de la Ciudad de México está Jerome Boateng tirado en el piso intentando levantarse y Messi corriendo despavorido. «Que no haya más futbol, porque jamás se podrá ver nada mejor». ¿Jorge Ramos dimensionó lo que dijo para ESPN?
Lio, el argentino que ha maravillado al mundo por sus gambetas, caños, carreras prodigiosas, goles antológicos… parece perfecto cuando está en el césped. Pero fuera de su zona de confort es igual o peor que usted o yo. No paga impuestos, ¿con qué derecho?, ¿qué le da valor?
La perfección, los modelos y las historias impecables no existe más en el deporte, no al menos entre los más grandes: Tiger Woods le fue infiel a su mujer, Lance Armstrong mintió a toda la Tierra más de una década haciéndonos creer que era invencible, Diego Armando Maradona consumió drogas, Lionel Messi evade impuestos.
Pero de pronto ocurre algo. Todo se olvida. Lionel Messi enamora por las pantallas de celular, cine, plasma, en vivo, en video, en retuits, en post, en todos lados. ¿De verdad Lio «no sabe nada» de lo que hace su padre con su dinero?, ¿no tiene idea de que blanquearon su capital en Centroamérica para no pagar impuestos?, ¿nadie le dijo que tiene una empresa que se llama Mega Star Enterprises en Panamá? Los genios también son retorcidos.
Pelé, Maradona, Messi o Neymar, futbolistas gigantes en la historia, además de sus cualidades poéticas para el balón tienen algo en común: han estado bajo investigación del fisco. Una cifra: 120 millones de euros es lo que entre las grandes figuras del balompié mundial han pagado o estado bajo investigación de las autoridades económicas de acuerdo a una revisión realizada por Vice Sports.
En España, donde juegan Neymar y Messi, la evasión en el futbol es algo ‘cotidiano’. Los jugadores tributan 47 por ciento por los rendimientos del trabajo derivados de sus contratos. El Ministerio de Hacienda establece que siempre y cuando el 85 por ciento de sus ingresos proceda de su contrato –y no de los derechos de imagen-, pueden tributar el 15 por ciento restante por el Impuesto de Sociedades a un tipo del 28 por ciento. Así lo explica Verónica Lechuga en su artículo ¿Por qué defraudan a Hacienda los futbolistas?. Mucho de su dinero tiene que ir a las arcas de las autoridades y a las estrellas no les apetece darlo.
Messi ganará en esta temporada 22.8 millones de euros y 20 por contratos comerciales. «Si lo dice mi papa, firmo con los ojos cerrados». Su padre se llama Jorge Horacio y negó que Lionel tuviera algo que ver con el fraude de 4.1 millones de euros para engañar al Ministerio de Hacienda entre 2007 y 2009. «Lio nunca tuvo acceso a los contratos ni a la información», comentó.
¿Por qué las estrellas tienen que tener problemas con la ley? El problema de la comercialización del deporte según R. L. Simon en Fair Play: TheEthics of Sport, es que en la mayoría de los casos los deportistas «sólo ven o se interesan por los bienes externos, como son el ganar dinero o la fama que les reporta ser deportistas de élite».
Una de las «excusas o razones» que interpuso la defensa de Lio hace algunos meses para que él no fuera encontrado culpable por el delito de evasión fiscal -según el diario El Confidencial– fue «el nivel de estudios de Messi». Apenas terminó la secundaria.
A las estrellas les perdonan (casi) todo. Pelé es recibido en todas las naciones con los brazos abiertos, Maradona es un ícono entre los argentinos y hasta una iglesia le fundaron, Messi sigue abarrotando los estadios cada vez que se presenta en cualquier lugar del mundo con el FC Barcelona.
Pese a estar en juicio su palabra y sus actos por evadir los requerimientos fiscales, a Messi no le afecta. Las empresas no cambian su versión sobre él. «Es ejemplo de esfuerzo, pasión, trabajo en equipo, humildad, sencillez y compromiso social». Eso piensa Diego Barón, gerente de Marketing de Universal Assistance y Travel Ace, empresa que firmó un contrato con la Fundación Messi y les permite utilizar la imagen del futbolista para campañas. ¿De verdad alguien que defraudó al fisco puede tener compromiso social?
Adidas, Turkish Airlines, Head & Shoulders, Bimbo y Dolce & Gabbana son algunas de las marcas que han apostado por el argentino desde hace años. Es la celebridad número 13 con más ingresos anuales y el cuarto atleta en el mundo de acuerdo con Forbes.
Nadie le ha dado la espalda a Lionel. Tiene en sus redes sociales a más de 120 millones de seguidores, los sponsors le pagan cada vez más y algunos clubes están dispuestos a poner más de 150 millones de euros por llevárselo. La investigación denominada «Panama Papers» (que es la filtración de datos que sufrió del gabinete panameño de abogados Mossack Fonseca y en el análisis de los documentos participaron más de 100 diarios en todo el mundo) detalla que el 13 de junio de 2013 -apenas un día después de saberse que había evadido 4.1 millones de euros- Messi y su padre, Jorge Horacio Messi «utilizaron un despacho uruguayo para constituir una sociedad panameña (Mega Star Enterprises) con la que habrían seguido facturando sus derechos de imagen a espaldas de la Agencia Tributaria española», afirmó El Confidencial. Padre e hijo serán juzgados en mayo en España por el uso de empresas pantalla.
La prensa internacional detalla que los Messi demandarán a las publicaciones que aseguran que Mega Star Enterprises es suya. ¿Una vez más la defensa de Lio pondrá como argumento que sólo cursó la secundaria? Evadir al fisco no ha sido tan sencillo para Messi, al menos no como aquella tarde cuando desparramó a Boateng en la Champions League y enloqueció al mundo en el estadio, en los móviles, en el cine, en las tabletas, en la radio, en los plasmas.
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