Palmira parece un pueblo fantasma. Nadie habita ni la antigua ciudad ni la zona residencial. Solo pueden verse combatientes sirios y chiíes, así como expertos rusos.
Homs, Siria 5 abr (Xinhua).– Los dioses de Mesopotamia no evitaron los bombardeos del Estado Islámico en la antigua ciudad de Palmira. Después de 10 meses control, los terroristas han desalojado la ciudad y sus ruinas, no sin antes haber colocado cuatro explosivos en la carretera que conduce al lugar.
Del Templo Bel solo resiste desafiante su arco. Bel, el dios semita, era adorado junto con el dios lunar Aglibol y el dios del Sol Yarhibol, conformando el centro de la vida religiosa en Palmira, en el año 32 dC. También fue totalmente destruido el Templo Baalshamin, del siglo segundo y que formaba parte del Patrimonio de la Humanidad, designado por UNESCO. Ya no queda nada de él.
En 2015 los militantes destruyeron parcialmente el León de al-Lat y otras estatuas. No se salvó el anfiteatro romano, justo donde el año pasado, el Estado Islámico filmó una masacre de soldados arrodillados en el escenario, con niños verdugos detrás de ellos, pistola en mano.
Palmira parece un pueblo fantasma. Nadie habita ni la antigua ciudad ni la zona residencial. Solo pueden verse combatientes sirios y chiíes, así como expertos rusos. Un soldado dijo encontraron las puertas abiertas de las casas, como si los residentes hubieran sido obligados a abandonar sus hogares, no lo hicieron voluntariamente.
Persiste el humo negro causado por la voladura de artefactos explosivos, mientras se siente la euforia de los soldados sirios, luego de haber recuperado Palmira, en el corazón de su país. No importa la destrucción, es el significado de las rocas antiguas y de un pedazo de desierto que forman parte de la historia e identidad de Siria.
