Retratos de sobrevivientes LGBTI en países donde el amor del mismo sexo es ilegal

12/03/2016 - 12:05 am

La plataforma de foto y narrativa «Where Love Is Illegal» busca humanizar la lucha por los derechos LGBTI en todo el mundo.

Texto: Alice Newell-Hanson / Fotos: Robin Hammond

Foto Robin Hammondvicemedia
Foto Robin Hammondvicemedia

Ciudad de México, 12 de marzo (SinEmbargo/ViceMedia).- En una misión en Nigeria en 2014, Robin Hammond, un galardonado fotoperiodista que ha trabajado en África durante más de 15 años, conoció a cinco hombres homosexuales jóvenes que habían sido encarcelados, azotados, y amenazados con la pena de muerte debido a su sexualidad. Si bien los cargos habían sido retirados, los hombres estaban aterrorizados. Hammond les explicó que, como reportero gráfico, le gustaría contar su historia. «Me citaron en una habitación de hotel porque estaban profundamente asustados. Al escuchar sus historias sobre tortura y abuso, lo que me impactó fue que esas cicatrices físicas se curan, pero lo que realmente los lastimaba era que estaban completamente aislados de sus familias».

Los hombres explicaron el peligro que una fotografía podría plantear exponiéndolos a más persecución. «Así que tuve que dejar que contaran su historia en sus propios términos», dice Hammond. «Y sus términos fueron que no mostrara sus rostros en las fotografías ni utilizara sus nombres». Esas imágenes se convirtieron en los primeros retratos en la plataforma de foto e intercambio de historias Where Love Is Illegal, un proyecto que tiene como objetivo cambiar la narrativa que rodea los derechos LGBTI al alentar a los sobrevivientes de discriminación a hablar y ser vistos. La página web incluye ahora historias e imágenes de personas en Malasia, Camerún, Israel, Estados Unidos, China, Uganda e India: sobrevivientes de discriminación en todas partes.

«Las estadísticas acerca de los derechos de homosexuales para personas en todo el mundo son impactantes», dice Hammond. Más de 2.8 millones de personas viven en países donde el sexo homosexual consensual es considerado un delito, me dice. «Pero cuando escuchas la historia personal de alguien y ves su imagen, sientes una conexión emocional; eso es lo que, al menos para mí, te convence a querer intentar cambiar las cosas».

¿Cómo surgió este proyecto?

Durante mi estancia en África, me di cuenta de la creciente homofobia y transfobia en algunas partes del continente. Entre más investigaba y más comprendía, más me daba cuenta de que gran parte de la conversación sobre los derechos LGBTI se centra alrededor de las personas despreciables que hacen declaraciones homófobas o tratan de impulsar leyes homófobas. Muy rara vez realmente escuchamos de las personas que son los supervivientes de la discriminación.

Una gran parte de mi obra está intentando humanizar estas cuestiones de derechos humanos, que de otro modo pueden parecer bastante abstractas. Quería conocer a la gente de la que había oído y encontrar una manera de hacer que sus voces fueran escuchadas.

Fotografié a estas personas y les pedí que contaran sus historias en sus propios términos. Y entre más lo hacía, más soltaba el control del proceso narrativo. La realización de la fotografía se volvió colaborativa y hablábamos de cómo querían ser representados. Hice que cada persona escribiera su historia para que las palabras en la página web fueran de ellos y no sobre ellos. Para muchos, es la primera vez que tienen control sobre cómo son vistos y escuchados.

¿Cómo se expandió el proyecto hasta volverse global?

Foto Robin Hammondvicemedia
Foto Robin Hammondvicemedia


Tenía la idea de que la discriminación realmente prospera en áreas donde se silencia a los supervivientes de la intolerancia. La única narrativa en este caso es que [las personas LGBTI] son poco naturales o inmorales. Y lo más triste es que muchas personas que son parte de la comunidad LGBTI en esas áreas se creen esa narrativa porque eso es lo único que han escuchado. Ésta es la oportunidad de sacar a la luz algunas de las historias, y las redes sociales se han convertido en una forma realmente clave para llegar al público más amplio posible.

¿Cómo convenciste a las personas a que hablaran contigo ante la discriminación?

Trabajé principalmente a través de organizaciones locales no gubernamentales. Incluso en países en los que es muy peligroso ser abiertamente homosexual o transgénero hay organizaciones LGBT, aunque no puedan etiquetarse como tales. Fue muy importante tener una relación de trabajo muy estrecha con estas personas porque éstas son las personas que me podían permitir el acceso. Además, yo mismo necesitaba orientación.

¿Hubo personas con las que hablaste que optaron por no estar involucradas?

Foto Robin Hammondvicemedia
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Sí, pero por lo general estuvieron de acuerdo. Cada persona tenía condiciones diferentes. Curiosamente, en algunos de los países donde esperarías que fuera más difícil, como Uganda, los supervivientes de la discriminación eran en realidad más abiertos puesto que están en un país en el que ya han sido marginados.

Hubo una campaña en los periódicos en Uganda para localizar a los hombres más jóvenes, encontrarlos en las redes sociales, y publicar sus fotos en el periódico. Así que muchos de estos chicos decían: «Bueno, en realidad, no, a la mierda, me han aislado y ahora es mi oportunidad de contar mi historia a mi manera».

El proyecto también tiene un elemento de recaudación de fondos. ¿A dónde van dirigidos esos fondos?

He sido reportero gráfico por 15 años y me siento muy frustrado de encontrar que a veces crear conciencia en realidad no hace que los cambios ocurran. Así que empecé una organización detrás de la obra LGBTI llamada Witness Change. Hay tres organizaciones, una en Uganda, una en Nigeria y una en Sudáfrica, para las que estamos tratando de recaudar dinero. Están luchando muy duro, pero simplemente no tienen los recursos para ser tan eficaces como podrían ser.

¿Qué puede hacer la gente para ayudar?

Solo compartir estas historias. Es un acto muy valiente que alguien se abra al mundo; necesitan apoyo. También nos gustaría que la gente apoye a las organizaciones de todo el mundo. La International Lesbian Gay Association es la organización más grande, y si la gente va al sitio de ILGA, puede ver que es probable que haya una organización en su área, o en un área con la que tiene una relación. Y si la gente va a nuestro sitio y dona, el dinero va dirigido a las tres organizaciones que estamos tratando de ayudar.

¿Cuáles son algunos de los éxitos de los que has sido testigo desde que comenzaste el proyecto?

Hace unos meses, tuvimos una llamada urgente de uno de los grupos que apoyamos diciendo que cuatro jóvenes habían sido detenidos en Nigeria, y que no podían pagar fianza. Sabía lo que les pasaría en prisión, serían torturados y golpeados, así que puse un post rápido en Instagram y la gente dio su apoyo. Dentro de 24 horas logramos recaudar dinero para la fianza y el juicio fue descartado. No fue una gran cantidad de dinero, pero el hecho de que la gente de todo el mundo viera que había una necesidad urgente y fuera capaz de ayudar fue muy gratificante. Nos gustaría hacerlo con más frecuencia.

whereloveisillegal.com

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