La combinación de afectaciones por la roya y el clima está generando la mayor crisis que ha enfrentado la cafeticultura mexicana. La falta de producción se está sustituyendo rápidamente por mayores importaciones de café de menor precio y calidad principalmente. Este mes la situación se está agravando en las regiones cafetaleras; las familias tienen una fuerte disminución de sus ingresos.
Por Almudena Barragán
Ciudad de México, 22 de febrero (SinEmbargo/EconomíaHoy).– De las 14 denominaciones de origen que existen en México, el café de Chiapas es la tercera más antigua del país desde 1994, sólo por detrás del tequila y el arte decorativo Olinalá. El café de Veracruz tampoco se queda atrás y entró a formar parte del exclusivo catálogo en 2002.
Pese a su valor a nivel internacional, el sector cafetalero atraviesa momentos críticos en los que la producción ha caído desde 1999-2000, cuando del campo mexicano salieron 6.2 millones de sacos. A partir de ahí, afectados por la plaga de la roya, el fenómeno climático de «El Niño» y la reducción de apoyos del gobierno a los productores, entre 2014 y 2015, se produjeron sólo 3 millones de sacos, mientras que para 2015-2016 la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC) estimó que el sector cafetero mexicano obtendrá sólo 2.4 millones de sacos.
Con el descenso de la producción, la CNOC afirmaba que las importaciones este año crecerán. En el caso de los cafés robusta podría ser de 1.7 a 2 millones de sacos y en los arábigos lavados entre 750 mil y 1 millón de sacos; un total de 2.7 millones de sacos importados, cifra por encima de la producción nacional.
En el país azteca, la demanda de café por persona creció en los últimos años hasta los 5.2 millones de sacos. Más de la mitad de la producción se queda dentro del país, mientras que 2.5 millones de sacos son exportados para su consumo internacional.
Según cifras de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), la demanda interna y el valor de las exportaciones han crecido más de un 30 por ciento en los últimos 10 años.
El ciclo cafetalero en México empieza en septiembre y termina en octubre del año siguiente. Los principales estados productores son Chiapas, Colima, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luís Potosí, Tabasco y Veracruz.
«La combinación de afectaciones por la roya y el clima está generando la mayor crisis que ha enfrentado la cafeticultura mexicana. La falta de producción se está sustituyendo rápidamente por mayores importaciones de café de menor precio y calidad principalmente de robusta. En el 2014 se importaron 1.8 millones de sacos, en el 2016 no serán menores de 2.7 millones de sacos y rebasarán el volumen de producción nacional», explica Fernando Celis, Asesor de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), en la Jornada Agrícola.
CRISIS EN EL CAMPO MEXICANO
La producción del oro verde también se está viendo afectada por los bajos precios que está teniendo el grano en el mercado internacional. Con una caída de más del 16 por ciento, hasta los 125 dólares el saco en el último año, el café está viviendo un fuerte desplome, algo que ha perjudicado al campo mexicano, haciéndole pasar por el momento más complejo de las últimas cuatro décadas, según Amecafe.
A nivel internacional el Bloomberg Agriculture Index, una cesta que recoge varios de los granos más negociados -entre los que están el maíz, el trigo el arroz o el café- acumula un retroceso de 15.69 por ciento en un año y de más de un 35 por ciento desde 2013.
En el último padrón de la Sagarpa se indica que en México hay 515 mil productores con cerca de 700 mil hectáreas; de los que 310 mil practican el minifundismo en menos de una hectárea.
Alrededor del 85 por ciento de los productores nacionales son indígenas.
«En febrero del 2016 la situación se está agravando en las regiones cafetaleras; las familias tienen una fuerte disminución de sus ingresos y se tendrá una crisis alimentaria y social», explica Fernando Celis.
La CNOC llamó al gobierno federal en coordinación con el sector productor a enfrentar la situación actual el campo cafetalero y motivar el consumo interno.
Desde el gobierno, Sagarpa ha definido un plan de incentivos para el café que se basa en la aplicación de recursos fiscales y el financiamiento para la renovación de cafetales para 60 mil productores, sin embargo en el presupuesto anual, se trata del año en que menos dinero destinará la dependencia a cuidar el café, 730 millones de pesos.
«Llama la atención que pese a la magnitud de la crisis cafetalera, en el 2016 ya no se incluye ningún apoyo fiscal directo a los productores, cuando se había tenido durante los años anteriores», señala Celis.
COLOMBIA Y HONDURAS, LA COMPETENCIA
«México, inmerso en la peor crisis de su historia, generando las condiciones que lo reubiquen en la competencia de mercado, la producción como se indica en esta edición es muy baja, 2.3 millones de sacos de 60 kilos, acto seguido, las importaciones de cafés de baja calidad nos invaden con el riesgo de bajar los precios del mercado interno en perjuicio de los productores nacionales», expresa la revista Cafés de México en su editorial de enero de 2016.
El mercado de Colombia y el de Honduras son los grandes competidores de México, especialmente en cafés arábigos lavados. Colombia exporta 14 millones de sacos y Honduras 7 millones.
«Es necesario una mayor promoción para que aumente el consumo de este café en México, ya que existe el riesgo de que cuando México recupere la producción se tenga una sobreproducción de este café y precios bajos», dice Fernando Celis.