Ni el que es considerado el Papa más humilde de los últimos años se ha podido resistir al llamado del futbol. Así, la Santa Sede desembolsó una importante cantidad monetaria en derechos de televisión, para poder ver el Mundial de Brasil.
Por Llanely Rangel
El domingo 13 de julio, el papa Francisco colocó la sotana en la percha y acomodó el solideo en el buró de madera, junto a la cruz de plata, no de oro. Mientras tanto, en una pantalla de 42 pulgadas sintonizó el partido final de la Copa del Mundo, pues para poder ver el torneo la Ciudad del Vaticano gastó un estimado de 259 millones de pesos en derechos de televisión.
En todo el planeta únicamente seis países se resistieron a comprar dichos permisos. La Santa Sede no fue uno de ellos y adquirió los derechos en tres de cuatro rubros: televisión, radio e internet. Así, el Papa, que por todos es bien sabido es un fanático futbolero, ha visto a su país natal y su estrella Lionel Messi pelear por el título en tierras brasileñas. Incluso los más de 100 integrantes de la Guardia Suiza pudieron observar los partidos ante una pantalla gigante instalada en un patio del cuartel, mismo que cubrieron con césped artificial y adornaron con banderas de los países participantes.
Pareciera un exceso que el Vaticano haya gastado tantos millones para ver rodar el balón al botín de los mejores futbolistas desde la comodidad de su estado, sin embargo, el país más pobre del mundo según la ONU, también lo hizo. Níger es una nación en la que 1.2 millones de niños sufren desnutrición y que sirve de tránsito para que drogas producidas en Latinoamérica puedan llevarse a Europa. Es un territorio de nadie en el que la esclavitud no es un término obsoleto y en el que la esperanza de vida es de 46 años.
A pesar de que la selección de futbol de Níger no suma logros, y tampoco puede enorgullecerse de que algún jugador local participe en las filas de alguno de los grandes clubes europeos, el balompié es un importante reforzador social en esas calles llenas de pobreza y desigualdad; al menos el 40 por ciento de los programas de altruismo contemplan el futbol como método para mejorar la vida de los jóvenes.
DE LAS CONTRADICCIONES A LAS EXCENTRICIDADES
Además del Vaticano y Níger en la lista de compra-venta de la FIFA, hay países que sorprenden en su excentricidad. Por ejemplo, Nauru, otra rareza que adquirió los derechos de transmisión; se trata de una pequeñísima isla (con poco más de 9 mil pobladores) en la que cada uno de los partidos se transmiten con crónicas en nauruano –su propio lenguaje-, debido a que un mínimo porcentaje de su población habla inglés.
Otro caso relevante, por su desarrollo en los últimos años, es Cuba. A partir de la Copa del Mundo Alemania 2006, en la isla, se transmitieron en vivo todos los partidos. Cuatro años después, en Sudáfrica, los encuentros se podían disfrutar hasta en el cine, por lo que este año aún se mantenía la esperanza de que la cadena pública “Tele Rebelde” transmitiera los juegos de Brasil 2014.
“La primera vez que la televisión cubana transmitió por completo una Copa Mundial fue en la edición de Italia 1990. Yo apenas salía de la educación primaria en esa época, pero tengo guardado en mi mente aquel gol de Camerún frente a Argentina en el duelo inaugural. Estados Unidos 1994 lo vivimos entre apagones. Para el Mundial de 2014 pensé que los problemas económicos de la cadena incidirían en una reducción de la transmisión de los partidos. Esos temores quedaron en el pasado”, explicó Miguel Ernesto Gómez, periodista en la Habana.
Países en pobreza extrema, en guerra, con altos índices de pobreza. En la lista de compra de derechos de televisión de la FIFA encuentras de todo tipo. Ni el mismo Vaticano con el Papa más humilde de los últimos años lo pudo hacer.
