Para enfocarse definitivamente en el Barcelona, River primero tuvo que superar un duro escollo. Más de 15 mil hinchas argentinos lo alentaron en el Nagai Stadium de Osaka y deliraron luego de que Alario, con un cabezazo, marcara el único tanto en el minuto 72.
Osaka (Japón) 14 dic (dpa) – River Plate cumplió su parte con mucho esfuerzo al ganarle hoy 1-0 al Sanfrecce Hiroshima de Japón con un gol salvador de Lucas Alario y ahora espera que el Barcelona también haga su tarea mañana ante el Guangzhou de China para enfrentarlo en la soñada final del Mundial de Clubes.
Apenas unos minutos de festejo se permitió River antes de pensar en el verdadero objetivo que se planteó al salir de Buenos Aires: superar al poderoso Barcelona de Lionel Messi y compañía. «Trataremos de estar a la altura. Sabemos contra quién nos enfrentamos, el mejor equipo de la historia. Hay ganas, motivación y energía», afirmó el arquero de River Marcelo Barovero, figura de su equipo en la primera etapa con tres grandes intervenciones.
Sólo el uruguayo Rodrigo Mora se salió del libreto, al asegurar que prefiere que mañana se imponga el Guangzhou. «Queremos a los chinos, pero seguramente se venga el Barcelona», afirmó el delantero.
Pero más allá de que casi todos tengan la mente en el campeón europeo, el Barcelona todavía debe pasar la semifinal y así lo refrendó su entrenador, Luis Enrique. «No es un trámite. Después de ver lo que hacen en el campo, no nos fiamos en ningún caso. El fútbol está lleno de resultados sorpresa. Y si no, que se lo pregunten al América», indicó el español.
Para enfocarse definitivamente en el Barcelona, River primero tuvo que superar un duro escollo. Más de 15 mil hinchas argentinos lo alentaron en el Nagai Stadium de Osaka y deliraron luego de que Alario, con un cabezazo, marcara el único tanto en el minuto 72.
«Siento satisfacción por haber logrado alcanzar esa final soñada. El equipo no se puso nervioso, pese a que el resultado no se daba. Me siento orgulloso de estos jugadores», precisó Marcelo Gallardo, el entrenador de River.
Sin embargo, su equipo por momentos se vio sorprendido por la aceitada estrategia defensiva que desplegó el conjunto japonés, que durante el primer tiempo contó con varias ocasiones para abrir el marcador, convirtiendo a Barovero en figura.
«Jugó con un temple tremendo e hizo algunas salvadas estupendas», lo elogió su técnico. «Al tener que tomar el rol protagónico tuvimos que dejar espacios y sufrimos llegadas del equipo rival», añadió Gallardo.
River arrancó el encuentro con la posesión de la pelota, aunque sin generar demasiadas situaciones de peligro. Por el contrario, Barovero salvó lo que pudo haber sido la apertura del marcador para el Sanfrecce, cuando un grueso error de Alvarez Balanta dejó solo a Minagawa con el portero argentino, quien con su mano derecha rechazó la pelota de manera magnífica.
Casi de inmediato, en otro contragolpe veloz, Chajima exigió de nuevo a Barovero, que desvió de gran forma su potente derechazo. Y los 40′ nuevamente Minagawa obligó a una salvada extraordinaria de Barovero.
Al finalizar el primer tiempo, la sensación era de preocupación y sorpresa para el favorito River, ya que si bien había tenido más la pelota (61 por ciento), no había logrado pergeñar jugadas de peligro. Fue el Sanfrecce Hiroshima quien mereció irse ganador.
En el segundo tiempo, el partido fue perdiendo intensidad, cayendo en un vacío de calidad alarmante, lo que determinó que ambos entrenadores realizaran modificaciones con el afán de producir llegadas.
Pero ni los ingresos del croata Mikic en el local, ni de Lucho González y Viudez en River sacudieron del letargo a sus equipos, que siguieron hundiendo al encuentro en el tedio.
Pero a los 72 minutos, luego de una defectuosa salida del arquero Hayashi tras un centro de Viudez, Alario, que hasta entonces apenas había tenido escasa participación en el juego, marcó de cabeza el ansiado gol para el equipo visitante.
«En lo personal sigo viviendo un sueño», afirmó el atacante, que ya había sido fundamental en la obtención de la Copa Libertadores con sus goles esenciales. «En un momento sufrimos, pero en el segundo tiempo lo manejamos de la mejor manera. Uno siempre piensa en positivo y en que una va a quedar, y por suerte me quedó y sirvió para ganar el partido», destacó Alario.
El tanto envalentonó a River, que comenzó a jugar sin el nerviosismo y la imprecisión que había demostrado hasta entonces. El propio Barovero admitió que pesó mucho la responsabilidad por no defraudar el esfuerzo de los hinchas.
«En la cabeza juegan sentimientos, cosas que pueden pasar, el viaje de la gente, y a veces te puede jugar una mala pasada. El fútbol nuestro es así, hay siempre una presión mayor y sentís que no tenés otra opción que ganar», aseguró el arquero.
En el minuto 80, luego de una buena combinación entre González y Mercado, nuevamente Alario inquietó al arquero Hayashi, pero su disparo mordido salió apenas desviado.
Los minutos finales discurrieron con el equipo local buscando el empate, en simultáneo con un River que por primera vez se mostró más sólido en su juego, ya con la cabeza en la soñada final ante el Barcelona.