El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador no tuvo los ingresos presupuestarios que pensó que tendría en 2019. Por ello, anunció que cubrirá el déficit presupuestario con dos fondos de ahorro (FEIP y FEIEF) que le permitirán jinetear el gasto público en un entorno de estancamiento económico.
Para el final de este año, estos fondos –acumulados durante los últimos 19 años– podrían sufrir una reducción de 58 por ciento, con erogaciones cercanas a 144 mil millones de pesos. Sin embargo, estos recursos, que debieran servir para impulsar la inversión y la productividad nacionales, podrían ser malgastados en programas y proyectos de “dudosa viabilidad”, según especialistas.
Ciudad de México, 16 de noviembre (SinEmbargo).- En los últimos 19 años, los fondos del Gobierno federal para cubrir boquetes presupuestarios pasaron de ser una caja de ahorro para emergencias, a ser una caja chica de gastos en su mayoría opacos, plantean datos oficiales.
El Gobierno federal tiene un “colchón” para cubrir la falta de ingresos. Ese “guardadito” le permite gastar lo que debe cuando su presupuesto se queda corto.
Existen dos principales «fondos de estabilización de los ingresos”. Uno que sirve para compensar la falta de ingresos del Gobierno federal (FEIP), y otro que sirve para compensar la falta de ingresos en las entidades federativas (FEIEF).
Este año, el Gobierno federal –incluidos los estados de la República Mexicana– tuvo menores ingresos que los calculados. Las cifras de la la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) indican que dicha diferencia es de casi 1.9 billones de pesos y que, al tercer trimestre de 2019, ya le hacen falta más de 210.5 mil millones de pesos para cubrir sus gastos.
Debido al clima de recesión económica internacional, que le dio un resfriado a la economía de México, el Gobierno federal anunció que utilizará 120 mil millones de pesos del FEIP, para compensar la falta de ingresos petroleros de este año. Esto además de los casi 23 mil millones –del FEIP y del FEIEF– a los que ya echó mano para evitar un déficit fiscal más grave.
Lo anterior implica que al final de este año, el Gobierno federal habrá reducido el ahorro de los últimos 19 años en 58 por ciento, considerando que en ese periodo, dichos fondos fueron triplicados (aún con la reducción de 75.4 por ciento que sufrieron entre 2007 y 2012).
De acuerdo con México Evalúa, aunque este tipo de fondos están para casos de emergencia como el actual, su uso es consistente con la falta de ahorro por parte del Gobierno federal.
En su estudio “Descifrando la caja negra del gasto” de 2014, el centro de análisis de políticas públicas determinó que a lo largo de los años, «el FEIP perdió su identidad y dejó de ser un fondo de ahorro para convertirse en uno de gasto”.
México Evalúa también determinó que el manejo de dicho fondo «ilustra los problemas de transparencia y rendición de cuentas en los ingresos extraordinarios que recibe el gobierno”, ya que no cuenta con “mecanismos explícitos” de asignación de recursos, además de que el gobierno no garantiza que los recursos sean utilizados para proyectos productivos.
EL BOQUETE ACTUAL
Las cifras del Gobierno federal indican que al cierre de 2019, la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) habrá erogado casi 144 mil millones de pesos del FEIP y del FEIEF.
Dicha cantidad es equiparable a la tercera parte del uso total de estos fondos por parte del Gobierno federal, durante 2007-2012 (432.3 mil mdp) y 2013-2018 (460 mil mdp).
Con respecto al uso del FEIP, el jefe de la Unidad de Planeación Económica de la SHCP, Alejandro Gaytán González, indicó en octubre que los recursos serán utilizados para impulsar la inversión pública y que, si se llegaran a agotar, “se recorta[rá] el gasto” gubernamental.
Lo anterior se da en un contexto en que los datos oficiales preeliminares para 2019 indican que la inversión pública, privada y extranjera directa fueron a la baja en 14, 13.4 y 33 por ciento real en comparación con las cifras al cierre de 2018.
Esto es que, mientras que el año pasado las inversiones fueron equiparables al 22.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), en lo que va de este año han sido equiparables al 21.1 por ciento.
Aunque la inflación y el endeudamiento de México están controlados por el momento, además de que el país cuenta con fondos de estabilización y reservas internacionales que protegen las finanzas nacionales, el problema es que México sigue teniendo una baja productividad, con programas y estrategias de inversión que aún son insuficientes para reducir los altos niveles de pobreza y desigualdad, indican las recomendaciones de los «Estudios Económicos de la OCDE: México 2019”.
Por un lado, existen proyectos de inversión –como la “inviable” Refinería de Tula, según el Instituto Mexicano del Petróleo– que no alientan a la inversión privada. Y por otra parte, existe continuidad de programas sociales con problemas en el alcance de sus metas, bajo nivel de cobertura e incapacidad para resolver los grandes rezagos públicos (INDEP 2019).
Para algunos analistas económicos –como la ex presidente de la Federación de Colegios de Economistas de la República Mexicana, Soraya Pérez– el uso de recursos extraordinarios (como los fondos) para programas y proyectos de “dudosa viabilidad” no son una solución efectiva para resolver los boquetes económicos del país, sobre todo considerando que la actual administración no ha podido alcanzar su propia meta de recaudación por “malas decisiones de política pública”, además de que existe un subejercicio acumulado de más de 80 mil millones de pesos en Pemex y sectores como el de educación y salud.
Sin embargo y de acuerdo con la agencia calificadora HR Ratings, lo mejor que puede hacer el Gobierno federal es utilizar los fondos para sanear las finanzas públicas de empresas productivas del Estado, como en el caso de Pemex.
LA CRISIS DEL AHORRO
En los últimos 20 años fue común que el Gobierno federal recaudara menos de lo que estimó cada año, y casi siempre –salvo por 2006 y 2007– su balanza fiscal mostró números rojos, de acuerdo con cifras de la Ley de Ingresos, los Presupuestos de Egresos de la Federación y la SHCP.
Durante ese periodo de tiempo, el ahorro corriente del sector público se estancó y la deuda pública fue en aumento.
Durante el Gobierno de Vicente Fox Quesada (2000-2006) el ahorro se duplicó (pasó de 1.2 a tres puntos del PIB) y la deuda pública decreció (pasó de 19.9 a 18.7 puntos del PIB).
Con Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) el ahorro decayó a dos puntos del PIB y la deuda fue duplicada (pasó de18.7 a 33.8 puntos del PIB).
En los años de mandato de Enrique Peña Nieto (2012-2018) el ahorro del sector público volvió a caer (pasó de dos a 1.2 puntos del PIB) y la deuda pública explotó (cerró 2018 equivaliendo al 46.1 por ciento del PIB).
Para el tercer trimestre de 2019, ya con AMLO en el poder, el ahorro del sector público fue equiparable a los niveles del año 2000 (1.3 por ciento del PIB) y la deuda pública se mantuvo casi igual que en el último año de Peña Nieto (45.8 por ciento del PIB).
La crisis de ahorro no sólo fue visible en la economía general del país. Los fondos FEIP y FEIEF también tuvieron problemas para incrementar su saldo disponible como proporción del PIB nacional.
Con Fox, el FEIP pasó de 0.1 a 0.2 puntos del PIB. Con Calderón esta proporción decayó y regreso al 0.1 por ciento, pero con Peña avanzó y creció hasta equipararse al 1.2 por ciento del PIB. En los primeros tres meses del año en curso, no obstante, el saldo disponible de este fondo se redujo en 0.1 puntos del PIB.
En el caso FEIEF, que fue creado en 2006, las cifras oficiales indican que hubo un ligero aumento: aunque entre 2007 y 2012 pasó de 0.2 a 0.1 puntos del PIB, para el tercer trimestre de 2019 tuvo un porcentaje similar al del cierre de 2018 (0.4 puntos del PIB).