Los actores coincidieron en que algo que hizo que esta temporada los llevara a nuevos límites en la comedia fue la libertad de interpretación e improvisación.
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de octubre (AP) — La familia De La Mora, que cautivó al público por sus extravagancias, romances y secretos en La Casa de las Flores, está de regreso para luchar por su legado.
En la segunda temporada de la serie, que se estrena el viernes en Netflix, los De La Mora enfrentarán la ausencia de su matriarca, Virginia (Verónica Castro), quien muere en circunstancias que no se ven en pantalla y los deja sin dinero.
“Vamos a vivir el duelo, y vamos a vivir una venganza”, adelantó el director y creador de la serie, Manolo Caro, en un encuentro reciente con periodistas.
El público clamaba por el regreso de la actriz y algunos conjeturaban que su ausencia se debía a diferencias con la producción. En realidad, dijo Caro, era algo que tuvieron presente desde que lograron convencerla de que volviera a la pantalla.
“A mí fue al que menos me agarró por sorpresa porque ya lo había platicado yo con Verónica”, dijo el director. “Ya lo tenía como en la cabeza”.
La producción intentó que Castro continuara tras el éxito de la primera temporada, pero llegaron a la conclusión de que lo mejor sería seguir sin ella, como se había planteado desde un principio.
“Como director y como creador es un gozo tener ya planteados a los personajes y que el público ya esté encariñado con ellos”, dijo Caro, quien adelantó que la serie ahora será “más irreverente y más musical que nunca”.
Al elenco, integrado por Cecilia Suárez, Dario Yazbek, Aislinn Derbez, Juan Pablo Medina, Paco León y Arturo Ríos, se suman dos nuevas actrices: la comediante mexicana Anabel Ferreira, como guía en un grupo de autoayuda para adictos al sexo, y Mariana Treviño como Jenny Quetzal, líder de una secta inspirada en parte en el escándalo de la secta verdadera Nxivm. En la serie, el padre los hermanos De la Mora (Ríos) es quien se enreda en una organización piramidal.
Treviño se expresó en contra de las fórmulas de éxito para encontrar la felicidad con grupos sectarios y el mal uso de la espiritualidad.
“Como no ofrecen una vía de trabajo interno real se convierten en fórmulas vacías que generan más frustración que otra cosa”, dijo. “Este personaje entraña un poquito esa desviación social que existe y que se utiliza para controlar”.
A Julián (Yazbek) la nueva temporada lo pilla como padre de una recién nacida.
“Tiene una personalidad muy única la segunda temporada, es mucho más divertida, muy loca”, dijo Yazbek. “Es muy lindo ver cómo se desarrollan todos los personajes, cómo crecen, cómo se afianzan y también las nuevas dudas que crecen”.
Por su parte, Elena (Derbez) descubre que sus relaciones con los hombres la llevan a cometer graves errores en la vida.
“Los nuevos personajes que entran hacen que todo cobre una nueva vida, son personajes increíbles”, dijo Derbez, para quien esta es su temporada favorita. “Pero además creo que cada uno de nuestros personajes evoluciona de una manera muy particular después de la pérdida de Virginia (Castro), como que cada quien toma un rumbo muy inesperado”.
Paulina (Suárez) está preocupada por mantener el orden y a flote a la familia. Su meta es recuperar lo perdido: el cabaret y la florería, ambos llamados La Casa de las Flores.
Los actores coincidieron en que algo que hizo que esta temporada los llevara a nuevos límites en la comedia fue la libertad de interpretación e improvisación.
“Aquí no hay ningún tipo de restricción y se hablan las cosas como son”, dijo Medina. “Trabajándolo desde ese punto los personajes ya no se vuelven un estereotipo y no se vuelve una caricatura, se vuelve algo real y humano”.
Y para los fans que vean la segunda temporada en maratón hay buenas noticias: ya hay fecha para la siguiente entrega de la serie.
Caro dijo que en el 2020 presentarán la tercera y última parte de La Casa de las Flores.