Levy continúa «trabajando y esforzando por el futuro del país», informó oficialmente la asesoría de prensa del Ministerio ante los fuertes rumores de que el ministro había acudido a la sede de la Presidencia para acordar su salida del Gobierno con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.

Según la asesoría, el titular de Hacienda jamás escribió una carta solicitando la renuncia o condicionando su permanencia en el Gobierno.

El desmentido fue divulgado tras una reunión que la jefe de Estado y su ministro tuvieron a puerta cerrada por cerca de cuatro horas, que no estaba prevista en la agenda de la mandataria y de la que ningún portavoz supo dar detalles.

Según versiones de prensa, Levy se ha quejado reiteradamente ante Rousseff de su aislamiento en el Gobierno debido a que algunos de los otros ministros y numerosos dirigentes del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) se niegan a respaldar públicamente las medidas de ajuste emprendidas por el Ministerio de Hacienda.

El Gobierno presentó este año a consideración del Congreso un severo ajuste, que incluye elevación de impuestos, recorte de gastos públicos y eliminación de subsidios sociales, para intentar sanear las cuentas públicas, que el año pasado registraron un déficit récord.

Levy alega que el ajuste también es necesario para enderezar la economía brasileña en momentos en que el país enfrenta una recesión y puede terminar el año con una contracción de cerca del 3 por ciento, la peor desde 1990.

Según el ministro, las medidas de austeridad, que enfrentan resistencia en el Congreso, pueden evitar nuevas reducciones de la calificación de riesgo del país y la pérdida del grado de inversión, que califica a Brasil como un país seguro para los inversores.

Pese a tales argumentos, hasta dirigentes del PT, la formación de Rousseff y de su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, han criticado públicamente las medidas de Levy.