Brasilia, 16 oct (dpa) – La Fiscalía General de Brasil pidió un nuevo bloqueo de bienes del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, tras encontrar «indicios suficientes» de que el dinero depositado en cuentas bancarias suizas atribuidas al político y su esposa provienen de actos ilícitos, informaron hoy medios locales.
El pedido del nuevo bloqueo consta en una solicitud de investigación presentada por la Fiscalía ante el Supremo Tribunal Federal (STF) para saber si, tal como dicen las autoridades suizas, existen cuatro cuentas secretas que pertenecen a Cunha y su esposa y que recibieron dinero desviado de Petrobras.
Dos de esas cuentas fueron bloqueadas recientemente por la Fiscalía suiza, que después envió a Brasil las denuncias contra Cunha. Ahora, como el caso quedó en manos de Brasil, las cuentas podrían ser desbloqueadas en Europa. Por eso la Fiscalía brasileña quiere ordenar un nuevo bloqueo, con el fin de evitar que eventualmente sean vaciadas.
En declaraciones que recogen hoy medios locales, el procurador general en ejercicio, Eugenio Aragao, dijo que no hay «la más mínima duda» de que los titulares de esas cuentas son Cunha y su esposa, Cláudia Cruz.
«Hay copias de pasaportes, inclusive diplomáticos, de la pareja, domicilio residencial, números de teléfonos del Congreso Nacional y del Palacio del Planalto (Presidencia)», expresó el fiscal, citado por el portal del diario O Estado de Sao Paulo.
Cunha fue denunciado formalmente el pasado 20 de agosto por el procurador general de la República, Rodrigo Janot, ante el STF -la más alta corte del país- por su presunta participación en la trama de corrupción en Petrobras.
Janot lo denunció por los delitos de corrupción y lavado de dinero, por sospechar que exigió sobornos a empresas, a cambio de conseguirles contratos con la petrolera estatal.
Entre los indicios sobre la ilegalidad de las cuentas que sembraron sospechas está el aumento del patrimonio de Cunha, que creció 214 por ciento entre 2002 y 2014.
El fiscal Aragao toma este dato, entre otros, para afirmar que existen «indicios suficientes» de que las cuentas en el exterior no fueron declaradas al fisco y que, al menos en relación a Cunha, «son producto del delito».
Cunha, tercero en la línea sucesoria del país detrás de la Presidenta, Dilma Rousseff, y de su Vicepresidente, Michel Temer, integra junto a éste el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el principal aliado del gobierno.
No obstante, Cunha rompió relaciones con el Ejecutivo en agosto, en el marco de una tensa relación en la que Congreso, a instancias del legislador, propinó sendas derrotas al gobierno.
Como presidente de Diputados, Cunha tiene la potestad de acoger o archivar los pedidos de apertura de juicio político contra Rousseff. Actualmente, analiza varias solicitudes de este tipo, pero no adelantó si pretende dar o no seguimiento a alguno de ellos.
Respecto a las denuncias que pesan sobre él, aseveró que no existe «la menor hipótesis de renuncia».