Washington, 16 oct (EFE).- El Presidente de EU, Barack Obama, instó hoy a los líderes israelíes y palestinos a «rebajar la retórica» para calmar las tensiones en la región y condenó la violencia «contra personas inocentes» que ha dejado más de una treintena de muertos en las últimas semanas.
«Creemos que es importante que el primer ministro (israelí, Benjamin) Netanyahu, los funcionarios israelíes electos y (el líder palestino, Mahmud) Abás intenten rebajar la retórica que pueda alimentar la violencia o los malentendidos», dijo Obama en una conferencia de prensa junto a su homóloga de Corea del Sur, Park Geun-hye.
Esos líderes deben hacer entender a su pueblo que «este tipo de violencia solo va a resultar en más dificultades y una mayor inseguridad», agregó el mandatario.
«No creo que podamos esperar a que se resuelvan todos los problemas entre israelíes y palestinos para rebajar la violencia, ahora mismo», sostuvo.
Obama se mostró «muy preocupado por el brote de violencia» en Jerusalén y Cisjordania, y condenó «en los términos más rotundos posibles la violencia dirigida contra gente inocente».
Añadió que Israel «tiene el derecho de proteger a sus ciudadanos de ataques con navajas y de la violencia en las calles».
No obstante, subrayó que «con el tiempo, la única forma de que Israel sea verdaderamente seguro» y de que el pueblo palestino alcance sus aspiraciones es «con dos Estados que vivan uno al lado del otro».
«Esas conversaciones se han estancado (…) y va a depender de las partes el ver si pueden reiniciar una relación más constructiva», afirmó el mandatario.
Obama también respondió a las críticas que ha generado un comentario de su Secretario de Estado, John Kerry, quien recordó el martes que «ha habido un aumento masivo de los asentamientos (israelíes en territorios ocupados) en los últimos años, y ahora tenemos esta violencia porque hay una frustración que está creciendo».
El Presidente estadounidense afirmó que Kerry no quiso atribuir la culpa de la violencia a los asentamientos, sino expresar «que la atmósfera en la que hay tanta tensión y sospechas crea, obviamente, el potencial para mayor desconfianza, y eso es algo que lleva siendo verdad durante décadas».