En una entrevista con Efe, Clinton indicó que los comentarios de Trump sobre los extranjeros que viven en EU «son absolutamente inaceptables», y aseguró haber sido muy crítica con él «por atacar a los inmigrantes, por insultarlos, por hablar de deportar a más de once millones de personas».

«Creo que es pura política, tratando de apelar a los peores instintos de la gente que está preocupada por sus propias vidas y las oportunidades económicas», opinó este jueves la que fuera la primera secretaria de Estado del gabinete de Barack Obama entre 2009 y 2013.

Trump, que encabeza los sondeos de opinión para ser el candidato republicano a las elecciones a la Presidencia y es por tanto un hipotético rival de Clinton en la elección final, ha hecho de la retórica antiinmigrante un caballo de batalla de su campaña.

Ya el mismo día de la presentación de su candidatura, el magnate inmobiliario acusó a México de estar enviando a EU «a gente con un montón de problemas», y aseguró que los inmigrantes «están trayendo drogas, crimen y violadores» al país.

Clinton reprobó esta actitud y emplazó a la ciudadanía a «levantarse en su contra», incluyendo al resto de candidatos republicanos.

«¿Quieren ser un partido con candidatos que están insultando y haciendo de menos a los mexicanos, a los inmigrantes, a las mujeres? Es una larga lista de gente a la que han estado atacando y creo que deben parar. Y voy a continuar diciendo ‘basta'», indicó Clinton a Efe, pronunciando «basta» en lengua española.

Clinton también se refirió al callejón sin salida en el que quedó la reforma migratoria, ya prácticamente abandonada en el Congreso estadounidense, y acusó de ello al liderazgo de la Cámara Baja por no querer enfrentarse al ala más ultraconservadora del partido.

«Voy a seguir presionando desde luego para lograrla. Y volver al lugar donde estábamos cuando el Senado aprobó una ley en 2013, que era una buena ley. Creo que hubiera sido aprobada en la Cámara de Representantes, pero no la sometieron a voto porque sabían que hubiera sido aprobada por los demócratas y muchos republicanos», dijo.

El Senado respaldó en junio de 2013 una propuesta de reforma migratoria que incluía, entre otras cosas, un camino a la ciudadanía para los once millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que residen en EU, pero este proyecto de ley jamás llegó tan siquiera a debatirse en la Cámara Baja.

«Quiero volver donde estábamos entonces y presionar fuertemente por ello, pero también defenderé las acciones ejecutivas del presidente Obama y quiero establecer un proceso que llegue al límite de lo legal para que más gente pueda solicitar alivio a la deportación», apuntó.

«Bajo mi presidencia me aseguraré de que los criminales reincidentes, aquellos que hayan roto las leyes de nuestro país, sean deportados», indicó.

«Pero para la gran mayoría de los inmigrantes en nuestro país debemos encontrar maneras para que puedan seguir con sus vidas, hagan su trabajo, sin el miedo de que sus familias sean separadas por la deportación», concluyó la favorita para la nominación demócrata.

Además, Clinton no reparó en elogios hacia el secretario de Vivienda, el hispano Julián Castro, que suena como posible candidato a la vicepresidencia si Clinton es nominada y que este jueves le brindó su apoyo públicamente.

«Castro es un extraordinario líder joven, fue un excelente alcalde de San Antonio, tiene mucha experiencia local, particularmente celebro lo que logró como alcalde al aprobar una provisión en San Antonio para dotar de fondos la educación preescolar», apuntó.

«Así que es especialmente significativo tenerle apoyándome y tener a su extraordinario hermano, Joaquín Castro, que es también miembro del Congreso. Así que me gustan más los hermanos Castro de San Antonio, más que los hermanos Castro de Cuba, pero con mucha diferencia», bromeó la exsecretaria de Estado.