Desde los años 90 y más en los últimos tres años, la producción del café en el estado de Guerrero ha venido decayendo, situación que ha generado la ocasión para que los agricultores siembren amapola, atrayendo al mercado de la droga, específicamente el de la heroína, entonces generando un ambiente de violencia por la creciente disputa entre grupos del crimen organizado, mismos que luchan por hacerse del control del mercado emergente.
Por Michael Lohmueller
Ciudad de México, 16 de septiembre (SinEmbargo/InsightCrime).- La caída en la producción de café en Guerrero, que en parte responde a una plaga que ha venido devastando las cosechas, ha contribuido a que la tendencia del cultivo de amapola aumente, facilitándose de ese modo un ambiente de guerra en la entidad por la presencia de grupos del narcotráfico que compiten entre sí por el mercado.
La producción de café en el estado calló en un 88 por ciento entre los años comprendidos de 2003 al 2006, de 4 mil 638 toneladas a 552, de acuerdo con lo reportado por el periódico El Universal. Este declive en el sector se suscitó como resultado de una caída de 13 mil toneladas en la producción del café durante el ciclo 1992-1993, cuando se produjeron un estimado de 17 mil 572 toneladas.
La precipitada producción de café en Guerrero en los últimos años se achaca a la presencia de moho en el café, un hongo que destruye los cafetales y que ha eliminado cerca de 40 mil hectáreas de cultivo de café, refiere El Universal. El moho prospera en climas húmedos, por lo que debido a la presencia de los huracanes «Ingrid» y «Manuel» en 2013, se ha venido justificando la propagación de dicha enfermedad.
Las autoridades mexicanas inicialmente esperaban replantar cerca de 3 mil plantas de café por hectárea para finales del año 2016, lo que hubiera permitido una cosecha lista para ser aprovechada en el 2020. Sin embargo, Arturo García Jiménez, director de una organización local y sustentable de agricultura, dijo que tal vez sólo la mitad de esa cifra sería plantada debido a la falta de presupuesto de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
De acuerdo con El Universal, el cultivo del café empezó a caer en Guerrero a principios de los años 90, cuando el Instituto Mexicano del Café (Inmecafé), que compraba el producto para exportarlo, empezó a perder presencia en el área. La subsecuente caída en los precios desincentivó la producción de café, y los agricultores locales comenzaron con la siembra de amapola.
Federico Lorenzano, Director de Desarrollo Rural en el Municipio de Atoyac, estimó que 600 hectáreas en Guerrero son utilizadas para el cultivo de la amapola, aunque aseveró que la cifra actual no es exacta. En comparación, alrededor de 23 mil hectáreas son destinadas a la siembra de café, menciona El Universal.
Cuestionado sobre los cultivos alternativos que existen en la entidad para aliviar la crisis del café, Mario Valdez, un ex político de Guerrero, dijo: “Bueno, la amapola. Hay tres cosas de las que vivimos aquí: uno, goma de opio; dos, remesas; y tres, subsidios del gobierno… en ese orden”.
EL ANÁLISIS DE INSIGHT CRIME
Guerrero es el epicentro de la amapola mexicana, el ingrediente base para la producción de heroína. Esto se debe a varios factores, principalmente debido al débil manejo de la Ley por parte de la entidad, que genera un entorno permisivo para que los grupos criminales impulsen la producción de amapola, para luego así, obtener sus ganancias aprovechándose de la epidemia de heroína en Estados Unidos.
Empero, las penurias económicas de los agricultores locales atrapados en medio de la crisis del café son aspectos importantes a considerar, particularmente al momento de formular estrategias para reducir la producción de amapola. Hasta que no se resuelvan este tipo de problemas que son la raíz de un mercado de la droga, es muy probable que Guerrero continúe siendo uno de los estados más violentos de México.
Ciertamente, la estrategia del Gobierno mexicano de arrestar a capos del crimen organizado en Guerrero ha tenido poco éxito para lograr reducir la violencia, más cuando hay nuevos grupos que se disputan territorios cada vez más pequeños y rutas de tráfico de droga. La reciente detención de Clara Elena Laborín, mejor conocida como “La Señora”; la esposa del notorio narcotraficante Héctor Beltrán Leyva, alias “El H”; y la persona que de acuerdo con las autoridades está detrás de mucha de la violencia que aqueja a la ciudad de Acapulco, uno de los lugares más emblemáticos para el turismo de Guerrero, es asimismo poco probable que alivie la alta tasa de homicidios en la entidad. En cambio, su arresto sugiere uno nuevo y alarmante grado de penetración del crimen en Guerrero dadas sus supuestas conexiones con algunas de las élites económicas y políticas del estado.