El número de casos nuevos es el más alto desde los 367 informados el 8 de marzo, cuando el país dedicaba sus instrumentos y personal de salud pública a controlar el brote en una región del sur con menor densidad de población.
SEÚL, Corea del Sur (AP).— Corea del Sur informó de 279 casos nuevos de coronavirus en el mayor incremento registrado en un sólo día desde principios de marzo en medio de los crecientes temores de que ocurra un brote a gran escala en la capital y su región metropolitana.
Las cifras difundidas el domingo por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Corea elevó el total de casos a nivel nacional a 15 mil 318 incluidas 305 muertes.
El número de casos nuevos es el más alto desde los 367 informados el 8 de marzo, cuando el país dedicaba sus instrumentos y personal de salud pública a controlar el brote en una región del sur con menor densidad de población.
Los centros dijeron que 253 nuevos casos correspondieron a la zona metropolitana de Seúl, de 26 millones de habitantes y donde las autoridades han tenido dificultades para contener las infecciones vinculadas a iglesias, asilos, escuelas, restaurantes y vendedores que van casa por casa.
Los contagios también se registraron en otras ciudades importantes como Busan y Daegu, que fue el epicentro de la crisis previa a finales de febrero y marzo, cuando centenares de casos nuevos se informaban todos los días.
El resurgimiento de la COVID-19 en una región con diez veces más población que Daegu es un rudo despertar para un país que pretende presumir sus avances conseguidos a pulso contra el virus.
Hay preocupaciones de que la propagación pudiera empeorar después de que manifestantes antigubernamentales se reunieran el sábado en Seúl a pesar de las peticiones de las autoridades de que se quedaran en casa.
En otras partes de la región de Asia-Pacífico, el estado de Victoria, en Australia, informó el domingo de 16 muertes por COVID-19 y 279 nuevas infecciones, cifras que marcan en una tendencia descendente respecto de la semana pasada.
El premier estatal Daniel Andrews dijo que las muertes más recientes incluyen personas de alrededor de 70, 80 y 90 años, 11 de los cuales estaban en un asilo.
Andrews manifestó un “cauteloso optimismo” de que el estricto confinamiento en Melbourne, la segunda ciudad más grande de Australia, y en las zonas rurales de Victoria, estén contribuyendo a aplanar la curva de los contagios.