Berlín, 16 may (EFE).- La casa de los sueños de Barbie en Berlín abrió hoy sus puertas lastrada por las protestas de varios grupos que califican de «sexista» esta iniciativa y culpan a la muñeca de fomentar los trastornos alimenticios en niñas y adolescentes.
Con un total de 2 mil 500 metros cuadrados, la representación a tamaño real de la casa de Barbie es, en palabras de la vicepresidente de márquetin de la muñeca, Lori Pantel, «una nueva forma de interactuar con la marca Barbie», que ofrece «una experiencia memorable».
La visita ofrece un recorrido primero por la atmósfera privada -habitaciones, cocina, baño- para después pasar a la zona de entretenimiento destinada a la belleza.
A lo largo de los 1.400 metros cuadrados de la atmósfera privada, los visitantes pueden pasear por un enorme vestidor en el que no faltan cinturones, pañuelos y joyas; o por el cuarto en el que se agolpan decenas de pares de zapatos.
Melina, una niña de cinco años que recorre asombrada una sala tras otra acompañada de su madre, explica a Efe que le gusta la casa, «porque es muy grande», mientras que su madre califica la iniciativa como «genial para las niñas» y asegura que los responsables «han hecho un buen trabajo».
Según aseguró el presidente y director general de EMS Entertainment, Christoph Rahofer, la organización «ha prestado mucha atención a los detalles y creado una experiencia interactiva completa usando la última tecnología».
Probarse de forma virtual los vestidos de Barbie, cocinar magdalenas virtuales o pintar y diseñar los próximos vestidos de la muñeca son otras de las posibilidades que ofrece la casa.
Luna, una niña de seis años, corretea por la habitación principal de la casa, presidida por una gran cama y donde no faltan el tocador y los utensilios de peluquería.
«Me gusta mucho jugar aquí dentro con mis amigas», dice Luna a Efe, y asegura que tiene «muchas» «barbies» en casa, pero que no sabe cuál es su preferida.
Tras un paseo por las salas privadas, Luna llega con dos de sus amigas a la zona de entretenimiento, donde tres niñas más desfilan vestidas de hadas, y espera paciente su turno para que una de las trabajadoras la ayude a maquillarse.
Para Stevie Meriel Schmeidel, presidenta de la asociación Pinkstinks de Alemania, es precisamente esta forma de potenciar la belleza y la moda lo que hace de la Casa de los Sueños de Barbie una mala iniciativa.
«La Barbie es el juguete más representativo del mundo de los juguetes para niñas, un mundo que siempre habla de cómo ponerse guapa, sobre la belleza», explica Schmeidel.
En opinión de la presidenta de Pinkstinks, la figura de Barbie es una de las causas del «drástico crecimiento» de los trastornos alimenticios, ya que muchas niñas «sufren la presión de tener que estar guapas».
En el mismo sentido se manifiesta una de las integrantes del Sindicato de Educación y Ciencia (GEW), Doreen Siebernik, quien explica que lo que se ve en la Casa de los Sueños de Barbie no es lo que ellos consideran «un buen ejemplo pedagógico».
Katharina Nesterowa acude a la apertura de la Casa de los Sueños de Barbie con algunos compañeros con la intención de protestar «contra la educación sexista» y entre todos hacen una representación de pase de modelos en la que se pide a las chicas, de forma irónica, que sean más sexy, más rubias y que tengan más pecho y menos caderas.
Nesterowa asegura que tanto ella como sus compañeros creen que la Barbie «está asociada con el capitalismo y el sexismo» y que «hay que encontrar otras alternativas basadas en la igualdad para educar a los niños».
La casa en tamaño real de Barbie estará abierta hasta el 25 de agosto en Berlín y después comenzará un tour por otras ciudades de Alemania.