En este segundo aniversario luctuoso de Gabo, a conmemorarse el día de mañana, Grupo Planeta lo recuerda a través de su obra periodística completa, pues antes que reconocerse escritor, siempre se identificó como reportero del que llamó “el mejor oficio del mundo”
Ciudad de México, 16 de abril (SinEmbargo).- “Soy un periodista, fundamentalmente. Toda la vida he sido un periodista. Mis libros son libros de periodista aunque se vea poco. Pero esos libros tienen una cantidad de investigación y de comprobación de datos y de rigor histórico, de fidelidad a los hechos, que en el fondo son grandes reportajes novelados o fantásticos, pero el método de investigación y de manejo de la información y los hechos son de periodista”.
La fe en el periodismo de Gabriel García Márquez (1927-2014), su dedicación al oficio que consideraba el mejor del mundo, son destacados al cumplirse el segundo aniversario de la muerte del Premio Nobel colombiano.
Así, Grupo Planeta –su casa editorial- lo recuerda a través de su obra periodística completa, pues antes que reconocerse escritor, siempre se identificó como reportero, integrante de “ese oficio incomprensible y voraz”.
Decía Gabo que las entrevistas son como el amor: se necesitan por lo menos dos personas para hacerlas y sólo salen bien si ambas se quieren. Esta y muchas otras lecciones se encuentran en su obra periodística, que va de 1948 a 1995 en cinco tomos bajo el sello Diana y que se ha publicado en conmemoración de su segundo aniversario luctuoso.
En el libro Obra periodística 1, se encuentran sus primeros escritos, fechados entre mayo de 1948 —cuando García Márquez comenzó a redactar para El Universal de Cartagena— y diciembre de 1952. En esta etapa se encuentran las crónicas del convulsionado mundo colombiano tras la muerte del político Jorge Eliécer Gaitán a finales de la década de 1940.
El volumen Obra periodística 2 reúne los artículos del autor aparecidos en El Espectador de Bogotá durante 1954 y 1955. Aparecen referencias a lecturas de Camus y Hemingway, con reflexiones y análisis de hechos investigados donde la forma delata preocupaciones fundamentales y el rigor narrativo supera el afán inicial de información.
La recopilación de Obra periodística 3 corresponde a uno de los periodos más activos de García Márquez en el campo del periodismo: experiencias políticas, dinamismo ideológico y enriquecimiento estilístico en las crónicas y reportajes que enviaba desde Ginebra, Roma, Venecia, Viena, Londres y París que maduraban una perspectiva aguda, llena de guiños irónicos sobre los principales acontecimientos sociales y políticos de la época.
Obra periodística 4 es el mosaico de dos decenios de historia mundial, en particular de América Latina, mismo que comienza con el análisis del golpe de Estado en Chile y cierra con el perfil de Federico Mayor Zaragoza, director general de la Unesco; aquí se encuentran retratados también personajes como Salvador Allende, Fidel Castro y Juan Pablo II.
Originalmente publicado en 1991, la presente edición de Obra periodística 5 incorpora seis nuevas notas, escritas entre 1961 y 1973. Personajes de la política, la cultura y la vida; libros, películas, ciudades visitadas y vividas; denuncias, recuerdos, miedos confesables como a los aviones y la pregunta a la que se enfrenta todo narrador: ¿cómo se hace una novela?, se encuentran a lo largo de casi 200 artículos breves.
Grupo Planeta a través del sello Diana cierra esta colección con el título Yo no vengo a decir un discurso, una recopilación de las conferencias que revelan la entrañable personalidad del escritor y periodista, así como sus ideas en torno a cuestiones clave que marcaron su carrera en las letras.
Gabriel García Márquez (Aracataca, Colombia, 1927 – Ciudad de México, 2014). En 1947 se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Bogotá, pero al siguiente año comenzó su actividad periodística como colaborador en El Universal de Cartagena; desde entonces sus textos aparecieron en innumerables periódicos y revistas de distintos países. Novelas como La hojarasca (1958), La mala hora (1961), El otoño del patriarca (1975), Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985) y, por supuesto, Cien años de soledad (1967) —obra que le valió el reconocimiento internacional— han renovado de forma ejemplar el panorama reciente de la literatura en lengua española. Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1982.