Kimberly Clark de México (KCM), junto con otras dos empresas, manipuló durante seis años los precios de pañales para bebé, productos para la gestión menstrual y para la incontinencia, lo que generó un daño de miles de millones de pesos al mercado. Todo ocurrió en completo secreto, ya que tuvieron pleno conocimiento de la ilegalidad de esos actos, revela una investigación de la Cofece.
Ciudad de México, 16 de marzo (SinEmbargo).- Kimberly Clark de México (KCM) fue la empresa que lideró la manipulación de los precios de productos sanitarios en el mercado mexicano de 2008 a 2014 y fueron sus principales directivos los que organizaron las reuniones secretas con Productos Internacionales Mabe y Essity Higiene y Salud México, de acuerdo con el expediente IO-004-2017 del caso que llevó la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
De acuerdo con la versión pública que se encuentra en la sección de Resoluciones de la Comisión, fue Fernando González Velasco, entonces Director de Ventas Productos al Consumidor de KCM, quien estableció los términos del acuerdo y organizó las reuniones en las que se compartió información para aumentar precios y quitar promociones de pañales para bebé, productos para la gestión menstrual y para la incontinencia.
En esas reuniones estuvo presente, según la misma documentación, Pablo Roberto González Guajardo, actual Director General de la empresa e hijo del empresario Claudio X. González Laporte.
Todo esto ocurrió mientras los productos de Kimberly Clark eran los de mayor circulación en México, en específico Huggies, Kleen Bebé, PullUps (pañales de bebé), Kotex (toallas) y Depend y Diapro (pañales para adulto).
“Estas reuniones [fuera de contexto de las reuniones formales de la Cámara de Papel] eran convocadas por KCM y el principal objetivo era discutir temas referentes a precios de los productos”, señala el documento y agrega que “las matrices de pañales para bebé y productos para incontinencia eran elaboradas por KCM”.
Sobre quién organizó las reuniones, en la página 30, de 470, se lee lo siguiente:
“Las reuniones eran generalmente convocadas por FGonzález [Fernando González Velasco] o VIsa [Virgilio Isa Castillo, Director de Mercadotecnia, Productos Infantiles] de KCM” y se realizaban en restaurantes y hoteles ubicados en Polanco, Santa Fé, Interlomas y en Costa Rica.
Hay correos electrónicos y llamadas telefónicas, en poder de la autoridad de Competencia Económica, que muestran la comunicación que establecieron con estos fines y en los que se encontró que los implicados sabían de la importancia de mantener en secreto sus comunicaciones.
La secrecía fue catalogada como “vital”, ya que —refiere el expediente de la investigación— “se observó que las personas conocían la ilegalidad de sus actos”. Las empresas manifestaron haber estado al tanto de que lo que hacían era violatorio a la Ley de Competencia.
En los testimonios de los implicados por parte de Productos Internacionales Mabe, se carga la responsabilidad del acuerdo a Kimberly Clark. Aseguran que el acuerdo se cometió por “instigación de KCM”; que no sólo convocaba a las reuniones, sino que es “autor intelectual” de las matrices de precios y dictaba los precios de venta en el mercado.
De hecho en el expediente se lee que de parte de KCM, tanto Jorge Alberto Morales Rojas, actual responsable de Transformación y Ejecución y quien ha ocupado diferentes cargos en la empresa, así como Virgilio Isa Castillo y Pablo Roberto González Guajardo aceptaron la «totalidad de los hechos y evidencias que se nos atribuye en el DPR (Dictamen de Probable Responsabilidad)».
Aunado a esos detalles, la Cofece recogió señalamientos de que fue KCM quien elaboró los índices de precios para pañales de bebés y productos de incontinencia. Ahí estableció el valor de cada producto y la distancia de precios, es decir, dictó los precios de venta en el mercado.
En cuanto a los productos de higiene femenina, los testimonios añaden que los directivos de KCM eran los que tuvieron las participaciones más activas.
LOS DETALLES Y LOS CORREOS
Fueron seis años en los que este mecanismo de colusión funcionó. Las empresas sostenían reuniones informales para fijas los precios de los productos; se compartían matrices de precios —según el documento “generalmente elaboradas por KCM”— para para hacer ajustes y buscaban influir en el precio al que se vendían los productos, acordaron limitar y eliminar promociones que bajaban el precio.
Están los correos electrónicos —algunos presumiblemente fueron borrados previo a la investigación— en los que si bien no en todos estaban involucrados los directivos de las empresas, la investigación de la Cofece señala que sí participaron de manera constante en la operación y supervisión del acuerdo.
Por producto, en el caso de los pañales para bebé se determinó que los incrementos de precios se aplicaron a nivel nacional; en los productos para la incontinencia, los ajustes de precios fueron elaborados por Kimberly Clark y en el caso de los productos de protección sanitaria femenina, los productos estrella del acuerdo fueron Saba, de Essity México y Kotex de KCM.
En el apartado de las conclusiones, la Cofece acota lo siguiente sobre los directivos de las tres empresas:
“no solo estaban enterados y consentían el acuerdo, sino que también participaron en su supervisión, particularmente dando instrucciones a sus subordinados, Todos ellos contaban con poder de decisión suficiente para detenerlo; sin embargo, a pesar de estar informados del mismo, no sólo consintieron que continuara, sino que realizaron actuaciones enfocadas a asegurar su cumplimiento”.
Las tres empresas aceptaron la totalidad de los hechos; aunque presentaron algunas defensas, la investigación las determinó como infundadas.
La Cofece reunió cientos de correos en los que está explícito el acuerdo para manipular y establecer los precios:
Entre los efectos están que las prácticas de esas tres empresas impidieron que el precio de todos esos productos, en general, bajaran. Las tendencias del Índice Nacional de Precios al Consumidor mostraron que desde 2006 se observaba una tendencia a la baja que nunca ocurrió, sobre todo en el caso de los pañales para bebé.
Finalmente se acreditó la responsabilidad de una práctica monopólica absoluta que se mantuvo, al menos, desde febrero de 2008 hasta junio de 2014. A los directivos también se les adjudicó el haber acordado la fijación, elevación, concertación y manipulación de los productos.
También se calificó con gravedad alta al tener el acuerdo impacto a nivel nacional, al tratar se productos que son de consumo básico y fundamental y por el efecto en la economía de las familias y en concreto de población vulnerable: bebés, mujeres y personas de la tercera edad.
Entre las multas previstas, para KCM se le impuso el pago de 100 millones 935 mil pesos y tanto para González Guajardo como para Isa Castillo, 2 millones 018 mil 700 pesos cada uno.