Un estudio internacional podría cambiar la forma en la que se clasifican actualmente los pacientes de esta enfermedad y las posteriores decisiones terapéuticas.
Los Ángeles, 16 de marzo (RT).- La anosmia, es decir, la pérdida del olfato, además de ser uno de los factores de diagnóstico temprano de la infección por el coronavirus SARS-CoV-2, también sería un síntoma de buen pronóstico de la COVID-19, según una investigación internacional multiinstitucional liderada por científicos de la Universidad Complutense y el Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
A pesar de que su origen continúa siendo un misterio, las disfunciones olfativas y gustativas son un síntoma frecuente de la enfermedad por coronavirus. El estudio se ha llevado a cabo en una cohorte de cinco mil 868 pacientes con infección por COVID-19 confirmada o muy sospechosa, lo que constituye la mayor muestra de pacientes de diversos hospitales españoles hasta la fecha.
Los datos indican que este síntoma es más frecuente en mujeres (12.41 por ciento) que en hombres (8.67 por ciento), en menores de 65 años y en aquellos pacientes que presentan hipertensión, dislipidemia, diabetes, tabaquismo, insuficiencia renal, patologías de pulmón, corazón, cáncer o enfermedades neurológicas.
Además, se ha encontrado una relación inversa, es decir, protectora, entre la anosmia y la muerte. Lo que significa que la pérdida olfativa estaba inversamente relacionada con la muerte en pacientes con COVID-19.
Hasta ahora, la presencia de pérdida de olfato era fundamental en el diagnóstico de la infección por SARS-CoV-2 y a partir de este estudio podría ser también importante en la clasificación de los pacientes y en las posteriores decisiones terapéuticas, sobre todo teniendo en cuenta que es un síntoma temprano de la enfermedad.
«Estos resultados tienen muchas implicaciones, desde la evaluación inicial de los pacientes hasta en la capacidad de entender la fisiopatología. Posiblemente, la invasión del epitelio nasal hace que se active una inmunidad adecuada evitando las tormentas de citoquinas», ha explicado Jesús Porta Etessam, Jefe de Sección de Neurología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y primer autor del trabajo.
De esta manera, los autores del documento señalan que podría ser útil para realizar una puntuación clínica para estimar el pronóstico vital del paciente e, incluso, podría ser una forma plausible de encontrar un tratamiento.
Entre la veintena de instituciones participantes en este estudio, la mayoría de ellas españolas, también se encuentran el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Habana (Cuba), el Hospital General del Norte de Guayaquil IESS Los Ceibos (Ecuador) o la Clínica San Carlo de Milán (Italia).