«El perro y el gato como cualquier ser vivo pueden padecer enfermedades transmisibles al ser humano. Que el animal esté en la calle lo convierte en un riesgo para la salud humana al defecar y orinar a la intemperie, lo cual es también un factor de contaminación ambiental. Esto lo digo sin pretender de ninguna manera satanizar al perro», aclara especialista.
Ciudad de México, 16 de febrero (SinEmbargo).- ¿Alguna vez han pensado en adoptar una mascota? Se sabe que al tomar la decisión se salva la vida del animal que será el nuevo compañero y la de otro perro o gato que podrá ser rescatado gracias al lugar que queda libre en el centro de adopción, además, al ser esterilizados se evita que otros animales lleguen al mundo a sufrir en las calles. Pero, ¿habían imaginado que esto nos beneficia también a los humanos?
Lo anterior no sólo por su compañía, cuando vemos a nuestras mascotas a los ojos, disminuye la frecuencia cardiaca, por lo que para los adultos pueden significar una baja en el nivel de estrés que provoca la vida diaria en el trabajo, las labores del hogar, los problemas económicos, entre otros, dijo a SinEmbargo Melania Gamboa Cortés, Gerente de Programas Veterinarios para Latinoamérica de World Animal Protection.
Por si fuera poco, la especialista explicó que existen estudios donde se demuestra que los niños que crecen ya sea con un perro o un gato, tienen menores posibilidades de tener alergias y de llevar una vida más saludable por la actividad física que implica sacarlo a pasear, por ejemplo.
Por otro lado, los animales que viven en las calles pueden llegar a representan algunos problemas como los impactos en materia de seguridad, de accidentes automovilísticos, de depredación de fauna endémica de alguna zona, etcétera, dijo a este medio Carlos Esquivel Lacroix, Médico Veterinario Zootecnista y Jefe del Departamento de Vinculación de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El especialista informó que los perros defecan en promedio 300 gramos y orinan medio litro cada día y al permanecer en las calles, representan un problema de salud pública:
«El perro y el gato como cualquier ser vivo pueden padecer enfermedades transmisibles al ser humano. Que el animal esté en la calle lo convierte en un riesgo para la salud humana al defecar y orinar a la intemperie, lo cual es también un factor de contaminación ambiental. Esto lo digo sin pretender de ninguna manera satanizar al perro», aclaró el también maestro en Reproducción Animal.
Lacroix –quien cita a la Secretaría de Salud–, señala que en la Ciudad de México existe un total de un millón 200 mil perros con dueño y 120 mil en condición de calle.
En el caso de la contaminación ambiental, el especialista explica que el excremento se transforma en aerosoles por el efecto del clima y es un componente más de lo que respiramos, por lo que «si el animal tienen alguna situación parasitaria o bacteriana que se particularice y vaya al ambiente, evidentemente puede ser un potencial riesgo para la salud de los humanos».
Entre las enfermedades virales que los animales podrían transmitir a las personas, se encuentra la rabia, sin embargo, puntualizó en que éste padecimiento ya ha sido controlado mediante la vacunación.
En el caso de los padecimientos bacterianos destaca la leptospirosis, la cual es transmisible al humano. El vector principal es la orina de los roedores, misma que contamina al perro y el perro, a su vez, contagia a las personas, declaró.
La lombriz común y corriente que en el humano se llama ascaris lumbricoides y en animales domésticos se conoce como toxocariasis, es otro de los males que generalmente transmiten los gatos y perros en situación de calle, a las personas.