Los investigadores se mantienen optimistas ante este hallazgo, ya que si los resultados se confirman también en seres humanos, podrían estar frente a un nuevo tratamiento para contrarrestar esta adicción.
Londres, 16 de enero (EFE).- Investigadores estadounidenses han identificado una proteína producida por el sistema inmune que puede contribuir al desarrollo y el control de la adicción a la cocaína, según un estudio que publica hoy la revista Nature Communications.
Un equipo del hospital Monte Sinaí de Nueva York (EU) ha descubierto que la glicoproteína GCSF (siglas en inglés para «Factor estimulante de colonias de granulocitos») altera el ansia por consumir cocaína en ratones, pero no altera sus deseos de otras gratificaciones.
El efecto de la proteína está modulado por la región cerebral que regula las adicciones y el sistema de recompensas ante ciertos comportamientos.
Los investigadores creen que si esos resultados se confirman en humanos, su hallazgo puede dar lugar a terapias que logren reducir los deseos de consumir cocaína en personas adictas.
«Los hallazgos de este estudio son prometedores, porque más allá de programas de ‘doce pasos’ (similares a los de Alcohólicos Anónimos) y la psicoterapia, no existen tratamientos con medicación para actuar en la adicción a la cocaína», señaló el coordinador del estudio, Drew Kiraly, en un comunicado del hospital Monte Sinaí.
Kiraly y su grupo han inyectado GCSF a ratones en el núcleo accumbens, la región cerebral asociada a las gratificaciones, y han comprobado que esa intervención incrementa el deseo de los animales por consumir cocaína, pero no afecta a su motivación por lograr otras recompensas, como agua azucarada.
Los investigadores creen que la proteína identificada puede ayudar a encontrar mecanismos para manipular las señalas bioquímicas de esa región del cerebro y encontrar nuevas rutas terapéuticas que ayuden a los adictos a la cocaína.
«Una vez clarifiquemos cómo podemos utilizar la GCSF para reducir los comportamientos asociados a la adicción, hay una alta probabilidad de que estos procedimientos puedan traducirse en pruebas clínicas y tratamientos para pacientes», afirmó Kiraly.