Davies, que vive en la zona ártica de Canadá, condujo su moto de nieve durante 45 minutos hasta llegar al pico de una montaña con su cámara y su amigo Markus a cuestas. «También nos llevamos varios termos con té», ha explicado a la sección de Viajes del HuffPost estadounidense.
Ciudad de México, 29 de diciembre (SinEmbargo/ The Huffington Post).- Cuando llega el invierno, hay mucho de lo que quejarse. Pero gracias al fotógrafo canadiense Michael Davies ahora tenemos un recordatorio de toda la belleza que el frío más duro puede mostrar.
Davies, que vive en la zona ártica de Canadá, condujo su moto de nieve durante 45 minutos hasta llegar al pico de una montaña con su cámara y su amigo Markus a cuestas. «También nos llevamos varios termos con té», ha explicado a la sección de Viajes del HuffPost estadounidense.
La temperatura del aire estaba entre los 25 y los 35 grados negativos cuando Markus lanzó el té caliente en el aire congelado, dando lugar a una imagen realmente impresionante.
Davies explicó al HuffPost que, en los alrededores del solsticio, la luz «es casi siempre rosa». También ha contado que capturó ese momento gracias, en parte, a un plan cuidadosamente estructurado. «Estuve muy pendiente de la temperatura, busqué que el viento estuviera en calma, planeé el disparo y lo monté todo. Hasta que el sol estuviera en el centro de la imagen fue algo que esperaba, aunque resultara imposible de controlar», ha comentado.
No queda más que dar la enhorabuena a Davies. Es la mejor imagen tomada con algo líquido desde esto: