Tigres se impuso a Pumas con un aplastante 3-0 en la ida de la Final de la Liga Mx. Ambos equipos se medirán el domingo en la capital del país en un cierre del torneo de Apertura 2015 que parece ya estar decidido.
Ciudad de México, 10 de diciembre (SinEmbargo).- Después de 37 años, Tigres y Pumas volvieron a verse frente a frente en una final. El escenario ahora era el estadio Universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo León. El Volcán, como era de esperarse lucía pletórico. La autodenóminada «mejor afición de México» recibía en casa el juego de ida y esperaba que los auriazules dieran el primer zarpazo en este duelo de felinos.
Los de San Nicolás de los Garza y los del Pedergal llevan acumulan cinco enfrentamientos en Liguilla, siendo la final de la temporada 77-78 el más relevante. En aquella ocasión el triunfo fue para los norteños que obtuvieron así su primer triunfo. Se trata de un evento lejano ya, incluso en la memoria de algunos de los aficionados más fieles; pero, de todas maneras, la final del Apertura 2015 no deja de tener un ambiente de revancha.
Así, los Tigres entraban al campo buscando su cuarto título, mientras que los Pumas iban tras su octava estrella. El gélido clima norteño, usual en estas fechas se tomó un descanso esta noche. El escenario estaba puesto para disfrutar de una final inolvidable.
El inicio era de esperarse: Tigres volcado al frente, tratando de filtrar el pase en última instancia o mandar un pase por los extremos para el para Gignac. Por su parte, Pumas con sus hombres más veloces (Britos, Martínez y Sosa) al frente, buscando un contragolpe o el error de la defensa regiomontana.
Tuvieron que pasar 10 minutos para que Pumas pudiera armar más de tres toques en la mitad de campo defendida por los locales. Antes de eso, la delantera Tigre se dedicó a apedrear el marco de Palacios.
Sin embargo, el alzamiento Puma duró segundos. Al minuto 12 un penalti rigorista, tras un empujon de Cortés a Sobis, fue aprovechado por los neoloneses que, por medio de Gignac, abrieron el marcador ante el júbilo de la afición que llenaba El Volcán.
Al 28′ Aquino volvió a apaciguar los intentos de los de Azul y Oro que trataban poco a poco de armar su ataque. Luego de controlar un centro malo de Damm, que pasó de largo a los posibles rematadores, el extremo de los Tigres lanzó un disparo cruzado con la derecha que terminó incrustándose en la red del «Pikolín».
Pumas trató de reponerse de los tantos en contra alejando el balón de su área. No obstante, los locales ahora estaban apostando una descolgada por los extremos para generar peligro. Aún así, salvo acercamientos que no le generaron mayor problema a Palacios, el marcador se mantuvo sin movimiento hasta el final del primer tiempo.
Para la segunda mitad Pumas trató de recuperar el terreno perdido sin demasiada fortuna. A pesar de esto, los intentos de los del Pedregal no se veían materializados en el marco de unos Tigres que en ocasiones se encontraban totalmente echados atrás.
Pero de nuevo los Tigres volvíeron a echar por la borda las esperanzas de los de la UNAM. Esta vez un despeje fallido de Alcoba terminó en los pies de Gignac, cuyo remate fue atajado por Palacios. No obstante, para mala fortuna del guardameta visitante, el rebote le quedó a modo a Sobis que simplemente empujó el balón al fondo. Un 3-0 que faltando 31 minutos del final parecía ya definitivo.
Ni siquiera la entrada posterior de Ludueña le devolvió el ánimo a una escuadra azul y oro que lucía ya desmoralizada. Feretti, por su parte, apostó por su última gran arma: Damián Álvarez, con más ganas de sepultar a los del Pedregal y no dar lugar a un respiro en la vuelta.
A pesar del agobio por parte de los de San Nicolás, Aquino se dio el lujo de desperdiciar otra clara oportunidad al 82′. Un tanto que, de haber caído, hubiera representado el final para los Pumas.
Los del Pedregal salieron del Volcán con las caras largas, mientras que tanto los Tigres como su afición no podían ocultar la alegría de tener una final casi resuelta. Ahora sólo resta esperar a que llegue el domingo y ver si los norteños podrán hacer más amplia su ventaja o si los de la UNAm podrán remontar. Una cosa es cierta: habrá campeón.