El Caracol es una organización que trabaja por la defensa de los derechos de las poblaciones callejeras. Acompaña a hombres y mujeres a lo largo del proceso hacia una vida independiente.
Ciudad de México, 10 de diciembre (SinEmbargo/Global Voices).- Las poblaciones callejeras en México, como en otras grandes ciudades, están sujetas al estigma construido por los medios de comunicación y a la concepción de la población general. La relación que la población y las autoridades tienen con la población callejera es, en la gran mayoría de los casos, de indiferencia, discriminación y rechazo. De acuerdo con las cifras del Gobierno del Distrito Federal, hay 9 mil personas en esta ciudad viviendo en espacios públicos, de las cuales el Estado llega únicamente a ocupase de un tercio.
La discriminación y criminalización por parte de las autoridades se traduce en la negación de servicios, la violencia policial y las detenciones arbitrarias que se registran con regularidad. En este trabajo de Shaila Rosagel para SinEmbargo, se recogen testimonios que dejan en evidencia estos maltratos:
Marina tiene 23 años. Vive en la calle desde los nueve y padece una extrema delgadez. […] Hace un mes que acudió al Centro Toxicológico Venustiano Carranza porque vomitaba sangre, pero regresó a la calle, donde vive, igual como se fue: enferma y sin medicamentos. No hubo quién le surtiera la receta en el hospital.“Me dijeron que no necesitaba internamiento. La doctora que me atendió me dijo que me fuera. Yo me sentía muy mal”.
En Twitter son una constante los reportes de las personas hacia las autoridades, que son atendidos con desalojos violentos de los grupos. Quienes reportan saben poco del impacto que tienen sus denuncias en los grupos las labores de “limpieza social” que realizan las autoridades.
En este video, compartido por El Caracol, varias personas que viven en la calle dan testimonio de los abusos cometidos por la policía. De acuerdo con las voces del video, su posición los hace vulnerables a acusaciones falsas y a numerosas injusticias:
La situación de los albergues en la Ciudad de México no representa una solución. De acuerdo con el sitio web Contralínea el propio titular del Instituto de Asistencia e Integración Social, Rubén Fuentes Rodríguez, reconoció que “la calle es mejor que los albergues” que están a su cargo.
Es posible entonces que el cambio que se necesita vaya más allá de la reforma institucional; y cambiar la percepción que se tiene de la población callejera pareciera ser un punto de partida importante.
INICIATIVAS CIUDADANAS
El Caracol es una organización que trabaja por la defensa de los derechos de las poblaciones callejeras. La organización acompaña a hombres y mujeres a lo largo del proceso hacia una vida independiente. Su página de Facebook es una pequeña ventana a las historias, experiencias y logros de las personas con quienes colaboran; y también una invitación a sumarse a la inclusión de la población callejera y al respeto de sus derechos:
“Las fronteras de mi ser no están en mi piel sino en la suya; ahora veo mi vida a través de sus ojos y la veo cargada de otros colores, de otros brillos y otras penumbras. Yo también nací de nuevo.” Fotografía y testimonio tomados de la página en Facebook de El Caracol y publicados con permiso.
La defensa a los derechos dentro de la diversidad de las poblaciones callejeras se defines también con el trabajo del colectivo.
Campaña por el Día Nacional de la Lucha contra la Homofobia. “Tenemos que velar por la igualdad de oportunidades y el respeto de los derechos humanos de todos y todas; nadie puede juzgar las diferentes formas de amar. Miembrxs de #PoblacionesCallejeras que forman parte de la comunidad LGBTTTI viven una discriminación multidimensional; ya que, además de agresiones verbales y físicas por parte de la comunidad y servidores públicos viven la negación de servicios a la salud, la identidad, a sus derechos sexuales y su derecho al trabajo.”
El Caracol ofrece un acompañamiento integral sobre la realidad de los niños, niñas, jóvenes y mujeres que viven en las calles, a través de un modelo de gestión multidimensional con metodologías innovadoras que facilitan la generación de nuevas alternativas de vida fuera de las calles.
La organización busca también la participación protagónica de las poblaciones callejeras en sus procesos de toma de decisiones y en el ejercicio de sus derechos para facilitar el acceso a servicios de salud, vivienda y empleo. El Caracol es también una de las principales organizaciones que encabezan acciones de incidencia política para construir mecanismos de protección y programas que faciliten la salida de estas personas de su situación en las calles.
Luis Enrique Hernández de El Caracol compartió con Global Voices parte de su experiencia:
“Uno de los mayores aprendizajes de trabajar con poblaciones callejeras es que son una población totalmente invisible para la sociedad a la cual no se le considera como sujetos de derechos… Es una población diversa y por lo tanto sus derechos están asociados a la diversidad. Es decir no es lo mismo una mujer que está en la calle, a una mujer en la calle con hijos, o una persona con alguna discapacidad, o niños en situación de calle.”
“CHIRAS PELAS CALACAS FLACAS”
En 2015 se celebró la campaña de Chiras Pelas Calacas Flacas, un método que El Caracol usa desde hace 11 años para conversar sobre la muerte, ahondar en sus causas y recuperar información en torno a riegos y número de muertes que hay en la población que vive en la calle. El video muestra parte de la experiencia.
El nombre de la campaña viene de una frase comúnmente utilizada en el juego de canicas en México. Este juego se caracteriza por utilizar un lenguaje de uso común que está bastante ligado a la muerte. En el juego, las canicas de los jugadores se “ahogan”. “Chiras Pelas” es como se conoce al tiro que logra golpear a más de una canica contraria. “Calacas Flacas” significa “ya se murió” o “ya se acabó”.
Una vez finalizada las campaña en las calles, El Caracol hace uso de las redes sociales para difundir la información. De acuerdo con Luis Enrique:
Las ventajas de estas plataformas es que los contenidos que publicamos pueden ser vistos por más personas gracias a las redes que se crean. Ahora nos han permitido mantenernos activos y a partir de los análisis también saber más sobre las mejores horas para publicar nuestros mensajes y conocer a quiénes nos dirigimos. Son fundamentales para nuestro trabajo. Ahora sabemos que no es sólo acerca de poner información en algún lado, sino que es necesario humanizar esa información y comunicar que estas personas no sólo son un numero, no sólo son un dato.
Las publicaciones de El Caracol y sus numerosas historias pueden seguirse en Facebook y Twitter. A través de estos medios es posible contactar a los organizadores y acceder también a los modos en los que pueden apoyarse las iniciativas, que pueden incluir ayudas financieras a través de cuentas bancarias.