La historia de Genaro Borrego Estrada no se puede contar sin que se mencione su relación con los círculos empresariales más altos del país. Se sabe, por ejemplo, que fue él quien pasó la «charola» a los representantes de la iniciativa privada en los noventa para apoyar la campaña del PRI en 1994 y, luego, de acuerdo con denuncias documentadas, le dio preferencia a empresas privadas del sector farmacéutico cuando fue director del Instituto Mexicano del Seguro Social. Actualmente es señalado por ser el hombre que, desde la cúpula de Femsa, intentó reducir a la mitad el impuesto a las bebidas azucaradas.
Ciudad de México, 11 de noviembre (SinEmbargo).– Genaro Borrego Estrada, antes que político, empresario o servidor público, es torero, según sus propias palabras: “Aquí es de donde somos, aquí está nuestra raíz, la que tiene en una de sus sensibles ramas la savia de la afición taurina. Yo no soy yo sin ser taurino. Así me lo hizo sentir mi padre”, declaró en 2014 el hombre nacido en Zacatecas en 1949.
Se unió a las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1968 y en 1973 inició su carrera en el servicio público como jefe del Departamento de Desarrollo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Como priísta, siempre mantuvo una postura de renovación, apegado a los tecnócratas de la época como Carlos Salinas de Gortari, según comentan analistas. De hecho, muchos militantes cetemistas [de la Confederacion de Trabajadores de Mexico] o sindicalistas del PRI ligados al polémico líder Fidel Velázquez Sánchez, decían que Borrego Estrada era un «pirruris» porque se graduó de la carrera de Relaciones Industriales de la Universidad Iberoamericana.
Su perfil desenfadado y cordial le ayudó liderar los votos en su partido, con los que logró ganar la gubernatura de Zacatecas de 1986 a 1992. De acuerdo con Edgar Felix, periodista originario de ese estado, Genaro Borrego es recordado por los pobladores como uno «de los mejores gobernadores» que ha tenido la entidad.
Según Felix, el gabinete que formó el entonces priísta fue «muy equilibrado», en el cual incluyó a Ricardo Monreal Ávila, quien años después también fue Gobernador de Zacatecas y actualmente es titular de la Delegación Cuauhtémoc, en el Distrito Federal.
En 1992 asumió la dirigencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, pero su gestión sólo duró unos meses luego que sus opositores, dentro del propio partido, lo traicionaran y le explotara uno de sus más recordados escándalos: el pase de charola de 25 millones de dólares.
En aquel entonces, el periódico El Economista informó que Genaro Borrego convocó a una reunión a diversos empresarios, por órdenes del entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari. Ya en la cena, les pidió que contribuyeran a un fondo de 75 millones de pesos para la campaña presidencial del Partido Revolucionario Institucional.
«He ganado tanto dinero en estos años que me comprometo a reunir para el PRI una cantidad mayor», le respondió Emilio Azcárraga Milmo, el famoso «Tigre». El rotativo agregó que más empresarios se sumaron, entre ellos Bernardo Garza Sada, quien comentó: «Como Emilio va a reunir más, me comprometo a promediar con aquel para que cada uno aporte 25 millones de dólares».
Esta fue la primera ocasión en que se hizo público que el PRI pedía dinero a sus «amigos» empresarios. El escándalo no fue menor. Le costó el puesto a Genaro Borrego.
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Su salida del PRI no truncó su carrera y mucho menos mermó su relación con la Iniciativa Privada (IP) en México. De 1993 a 2000 fue Director General Ejecutivo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y Presidente de la Conferencia Interamericana de Instituciones de Seguridad Social; según reportes periodísticos de la época, obtuvo ese último cargo gracias a Ernesto Zedillo Ponce de León.
De acuerdo con Arturo Calva Pérez, integrante de Coordinadora Nacional en Defensa de los derechos Humanos de los Trabajadores Activos y Jubilados del Seguro Social, Borrego fue quien inició la destrucción del IMSS, al «favorecer a los patrones y recortar la seguridad social a los trabajadores».
Calva contó a SinEmbargo que en aquellos años trabajó como auditor y recordó que hubo un decremento en infraestructura, falta de personal, carencia de servicios, falta de atención a pacientes de alta complejidad, se le restaron los beneficios a los trabajadores y el fondo para el retiro, que tenía cada afiliado, se perdió en una cuenta integradora.
De acuerdo con el activista, los afiliados pudieron reclamar su jubilación, pero debido a la falta de información, muchas personas se quedaron sin su retiro.
«El licenciado Borrego empujó el no cobro de cuotas patronales, lo cual restó semanas de cotización a los trabajadores. También no hubo recuperación de cuotas para aquellos empresarios que no pagaron en el pasado. Hubo una parte de pérdida del fondo de muchos jubilados. Borrego lo logró y de hecho tenía una relación abierta con empresarios y ahí fue el inicio del desmantelamiento del Seguro Social. De hecho hubo mayor gestión del sector privado dentro de la institución por medio de contratos o de licitaciones», narró Arturo Calva Pérez.
En 2009, una investigación publicada por El Universal dio cuenta de una guardería subrogada al Instituto Mexicano del Seguro Social, pero la cual administraban familiares del director de esa dependencia.
Se trató de la Guardería Querubines SC, de Zacatecas, de la cual la directora era Mónica Borrego Estrada, y como socios participaban Olga Estrada Paredes, José Antonio Borrego, Juan Pablo Núñez Borrego y Andrés Núñez Borrego.
Actualmente, María de Lourdes Borrego Estrada trabaja en la Jefatura de Prestaciones Sociales del IMMS en Zacatecas, de acuerdo con su declaración patrimonial que se puede ver en el portal de la Secretaría de la Función Pública (SFP).
En 2001, un año después que Genaro Borrego saliera del IMSS, la Secretaría de Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam) detectó que ese instituto contaba con una «nómina paralela» mantenida por autoridades de ese organismo.
La Secodam registró que 4 mil 285 pagos irregulares durante la gestión de Borrego Estrada, lo cual representaba un daño al patrimonio público por más de 13 millones 821 mil pesos.
Los pagos se hicieron entre diciembre de 1999 y enero, mayo y octubre de 2000. Entre los implicados se encontraron: José Antonio Gamboa Patrón, hermano del Senador priísta Emilio Gamboa Patrón; Antonio Báez Pérez, ex titular de Atención a Servidores Públicos; Armando Franco Monterrubio, entonces coordinador de Personal del IMSS, y Arturo Morales Portas, quien fungió como director Administrativo del IMSS.
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En 2006, Genaro Borrego Estrada renunció al PRI y meses después, ya en 2007, se sumó a las filas de Fomento Económico Mexicano, mejor conocida como Femsa, la cual controla marcas como Coca-Cola, OXXO, Imbera, entre otras, y opera lo mismo en México que en Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Filipinas, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Perú y Venezuela.
El Poder del Consumidor, una de las organizaciones que componen la Alianza por la Salud Alimentaria (ASA), denunció hace semanas que Genaro Borrego, junto con otro alto ex operador en el Gobierno federal, Jaime Zabludowsky, negociaron frenar el impuesto a las bebidas azucaradas en el Congreso mexicano, mientras se debatía la Ley de Ingresos 2016.
De hecho, el pasado 19 de octubre, diputados de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) avalaron con su mayoría de votos la modificación a la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (LIEPS) que perdona en un 50 por ciento la cuota de bebidas azucaradas, justo cuando países como Estados Unidos y Reino Unido impulsan medidas similares.
“Estas gestiones vienen de personas que han estado en el Gobierno federal y que luego pasan a trabajar en la industria. Les llamamos puertas giratorias”, dijo Alejandro Calvillo Unna, de El Poder del Consumidor.
Jaime Zabludovsky, también señalado de participar en esta votación, fue presidente ejecutivo de Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico) y ex funcionario con distintas carteras en varias administraciones: fue economista en la Dirección de Investigación Económica de Banco de México, integrante del Comité de Asesores Económicos de la Presidencia de la República (1985 a 1988), subjefe de la Negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, 1990-1994), Subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales en la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (1994-1998), Embajador de México ante la Unión Europea (UE) y Jefe Negociador del TLC entre México y la UE (1998 a 2001).
Todavía en 2010, Zabludovsky fue Consejero Profesional Independiente del Consejo de Administración de Pemex Exploración y Producción, y Presidente de su Comité de Adquisiciones, Arrendamientos, Obras y Servicios.
Tanto Jaime como Genaro son ligados al grupo político de Carlos Salinas de Gortari y al del actual Presidente Enrique Peña Nieto.
Además, el Poder del Consumidor presentó el audio de una entrevista en el que el Diputado del PRI, Charbel Jorge Estefan Chidiac, aceptó que la propuesta de reducir el impuesto “vino de las empresas”.
Luego de la votación, 11 organizaciones líderes en salud pública a nivel global como Consumers International, la Coalición Latinoamericana Saludable y el World Public Health Nutrition Association manifestaron, en un comunicado, su “profunda preocupación en torno a la presión del cabildero de la industria para reducir este impuesto pionero de México al cinco por ciento para bebidas que contienen cinco gramos o menos de azúcar añadidos por 100 mililitros”.
Afirmaron que si se consumaba esa reducción “la población más afectada sería la infancia mexicana ya que muchas bebidas que tendrían un impuesto más bajo son formuladas y dirigidas a las y los niños”, y esto, explicaron, “”haría más accesibles estas bebidas no saludables a la infancia y a la juventud”.
“Sociedades y gobiernos en todo el mundo deben mostrar firmeza para proteger a nuestros niños y niñas y blindar las políticas públicas de salud del cabildeo por parte de compañías con intereses propios”, manifestaron los organismos.
En tanto, esa medida en la Cámara de Diputados, le ahorraría a las refresqueras 500 millones de pesos, mientras que el sector salud le costaría más de 70 mil millones de pesos, según estimaciones del legislador perredista Jesús Valencia Guzmán.
Además, El Poder del Consumidor criticó el «silencio» por parte de la Secretaria de Salud, Mercedes Juan López, quien respaldó desde el inicio el impuesto a los refrescos que “ha disminuido el consumo en este año de las bebidas azucaradas y ha aumentado el consumo de agua”.
Ante la presión social, de Organizaciones No Gubernamentales y de medios independientes, el 29 de octubre pasado el Senado de la República frenó la reducción del 50 por ciento al impuesto al refresco y a las bebidas azucaradas, aprobada previamente en la Cámara de Diputados por la fracción priista, con el apoyo de la del Partido Acción Nacional (PAN).
La mano de Genaro Borrego Estrada por favorecer a Femsa, la empresa para la que ahora trabaja, quedó evidenciada. Incluso, se dijo, él mismo acudió a la Cámara de Diputados para cabildear directamente con los priistas y allanar el terreno en favor de sus intereses.
En la prensa, comentaron activistas, también hubo cabildeo. Un día en que el debate se preveía álgido varios columnistas financieros se lanzaron en defensa de la reducción del impuestos al refresco: parece como si una misma persona hubiera escritos las columnas, dijeron.
–Con información de Juan Luis García Hernández