Por Andrés Beltramo Alvarez
Ciudad del Vaticano, 4 Oct (Notimex).- Coincidiendo con el inicio de una cumbre episcopal que analizará en el Vaticano los desafíos de la familia, grupos de homosexuales llamaron la atención pública avanzando a la Iglesia católica propuestas diversas y hasta contradictorias.
Esto no obstante la asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos, inaugurada este día por el Papa Francisco con una misa en la Basílica de San Pedro y que se extenderá hasta el próximo 25 de octubre, apenas analizará el tema de los gays como un asunto secundario y menor.
En los últimos días, dos diversas conferencias realizadas en Roma pusieron sobre la mesa el tema homosexual: “Viviendo la verdad en el amor”, que tuvo lugar a unos pasos de la Plaza de San Pedro, y “Caminos de amor”, que se llevó a cabo en una casa religiosa ubicada al norte de la ciudad.
La primera contó con la presencia de dos cardenales con puestos en el Vaticano: Robert Sarah y George Pell, prefecto de la Congregación para la Disciplina de los Sacramentos y secretario de Economía respectivamente.
“En el Evangelio, Jesús no sólo ofreció su compasión sino que él también nos llamó a la conversión porque sabe que sólo seremos realmente alegres y realizados si vivimos como él nos creó”, explicó Paul Check, director ejecutivo de Courage International, organización convocante.
Agregó que muchas corrientes de acercamiento a la homosexualidad no incluyen esta perspectiva integral de la persona.
“Más bien ellos parecen limitarse a la aceptación sin reconocer la llamada de Jesús a la conversión. Y defienden ‘un derecho’ a la intimidad sexual, pero no reconocen el diseño de Dios para el matrimonio al cual Jesús mismo se refiere”, estableció.
Durante el seminario se presentaron algunos testimonios de homosexuales que se convirtieron al catolicismo y actualmente conducen una vida alejada de aquellas prácticas sexuales.
Como contraparte, un día después y a la vigilia de la inauguración del Sínodo, el congreso “Caminos de amor” convocó a unas 100 personas de diversas nacionalidades como parte de las actividades de una apenas creada “Red Mundial de Cristianos Arco Iris”.
Entre los expositores destacaron Mary McAleese, ex presidente de la República de Irlanda y el obispo mexicano de Saltillo, Raúl Vera, quien cerró la sesión.
“Nosotros pedimos a la Iglesia de ser aceptados plenamente por cómo somos. Queremos que nos reconozca como padres, como maridos, como esposas. Yo no soy sólo homosexual, por eso quiero que toda mi persona sea aceptada por la Iglesia, no es mi sexualidad la que me define”, explicó Darío De Gregorio.
En entrevista con Notimex el integrante de la asociación romana “Proposta”, explicó que la Red incluye asociaciones de 13 países distintos incluida “Dignity”, la más grande organización de cristianos gay en Estados Unidos.
Apreció que el Sínodo de los Obispos hable del tema homosexual porque eso demuestra que la Iglesia “discute y se interroga” también sobre este tema; aunque anticipó que no espera “un cambio real” al término de la asamblea.
“Saber que existe un grupo de personas tan amplio y representativo en la Iglesia universal en Roma que discute de este tema, permite a los fieles en todo el mundo a comenzar a decir: ‘¿Qué es la familia homosexual?’. Esto es un signo de los tiempos, un tirar las semillas que germinarán después”, consideró.
Calificó al Papa Francisco como un “conservador tradicionalista” pero que habla “el lenguaje del evangelio”, que propone la construcción de puntos y no de muros, que pide la aceptación del otro, y por eso una “el lenguaje del amor”, demostrando estar interesado mucho más el bien de la persona que en la forma.
Aseguró comprender bien que él es jefe de la Iglesia y “si no quiere crear un cisma, una destrucción de este cuerpo” de algún modo debe tener unidas “todas sus almas”.
“Es cierto, a veces algunas de sus frases pueden ser interpretadas, los periodistas le hacen decir cosas que no son correctas. Es un hombre como todos los demás, pero ciertamente con respecto a lo que ha ocurrido en el pasado se han dado grandes pasos hacia delante”, constató.
“No se si él cumplirá una revolución, aunque ya hizo una revolución semántica porque por primera vez se habla de familias homosexuales, de hijos de parejas homosexuales y ya darle el nombre a las cosas significa una existencia. Ya esta es una pequeña revolución, lo que sucederá después no lo se”, ponderó.
De Gregorio aclaró que no desea irse de la Iglesia porque la considera su “familia” y puso el ejemplo de aquellos a quienes no les gusta su país: “O te vas, o buscas cambiarlo desde dentro. Nosotros queremos cambiarla desde adentro”, ilustró.
También en entrevista, el obispo Raúl Vera reveló que las asociaciones gay hicieron un esfuerzo por hacer llegar su palabra al pleno del Sínodo porque cuando se habla de la familia “ellos se sienten también involucrados y tienen derecho”.
“Debemos dialogar, debemos modificar nuestra mentalidad, no podemos alimentar la homofobia o la transfobia, no es cristiano, no es evangélico, no está bien vista por una gran parte de la sociedad una Iglesia que condena, una Iglesia que expulsa, una Iglesia que discrimina”, señaló.
La cumbre episcopal, que reúne en el Vaticano a unos 270 “padres sinodales”, discutirá diversos aspectos relacionados con la familia (entre los cuales temas controvertidos como los divorciados vueltos y los menores criados por parejas homosexuales) y al final votará un texto que será turnado al Papa.
Finalmente la última palabra la tiene Francisco, quien deberá decidir cómo procesa concretamente las recomendaciones del Sínodo.