Sergio Pérez retomó el camino del éxito, en su año más difícil. Cuando se anunció que no seguirá en el equipo y con su futuro incierto, sin descartar un año sabático en 2020, el bravo piloto tapatío acabó por novena vez entre los tres mejores en una prueba de la división de honor del automovilismo.
Por Adrian R. Huber
Madrid, 15 nov (EFE).- Dos años, seis meses y ocho días después de hacerlo la última vez, en Azerbaiyán, el mexicano Sergio Pérez (Racing Point) reivindicó su enorme calidad subiendo de nuevo a un podio de F1. Lo hizo, tras una excelente actuación, al concluir segundo el Gran Premio de Turquía, en el circuito de Istanbul Park.
Sergio, nacido hace 30 años en Guadalajara (Jalisco) y que se perdió las dos carreras de Silverstone (Inglaterra) a causa de sendos positivos por COVID-19, retomó el camino del éxito, en su año más difícil. Cuando se anunció que no seguirá en el equipo y con su futuro incierto, sin descartar un año sabático en 2020, el bravo piloto tapatío acabó por novena vez entre los tres mejores en una prueba de la división de honor del automovilismo. Uniéndose a la fiesta del ingles Lewis Hamilton (Mercedes), que este domingo igualó el récord de siete títulos del alemán Michael Schumacher.
‘Checo’ ya había brillado el sábado, en el que rozó la ‘pole’ -tuvo el primer puesto provisional a falta de un minuto para el final de la calificación-, arrancó tercero en la pista de las afueras de Estambul, donde acabó segundo una carrera que ganó el astro inglés y en la que el cuádruple campeón mundial alemán Sebastian Vettel (Ferrari) fue tercero.
A superb podium for @SChecoPerez – his first of 2020! ?#TurkishGP ?? #F1 pic.twitter.com/7eWZamwxQk
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Tras destacar en las categorías inferiores, el mexicano debutó en Fórmula Uno en 2011, el mismo año en el que ingresó en la academia de jóvenes pilotos de Ferrari, la escudería más laureada de la historia. Lo hizo en el equipo del suizo Peter Sauber, con el japonés Kamui Kobayashi (que años después ganaría las 24 Horas de Daytona en el equipo del español Fernando Alonso) como compañero. Y, tras protagonizar el susto en el Gran Premio de Mónaco, cerró su primer curso con la decimosexta plaza general y con el séptimo en Silverstone (Gran Bretaña) como su mejor puesto del año.
Sólo tardó dos carreras, en su segunda temporada, de nuevo con Sauber, para entrar en la elite. ‘Checo’ firmó una brillante carrera, con diluvios y condiciones cambiantes, en Sepang, en la que sólo al final cedió ante Alonso, conformándose con la segunda plaza en el Gran Premio de Malasia de 2012.
Ese año subió dos veces más al podio: fue tercero en Montreal (Canadá) y segundo en el mítico circuito de las afueras de Milán en el que salió cuarto pero acabó décimo el pasado domingo. Dos carreras que se anotó Lewis Hamilton, entonces en McLaren: la escudería en la que lo sustituyó Pérez al año siguiente, cuando el inglés se marchó a Mercedes para ganar otras seis coronas y convertirse, este domingo, en séptuple campeón mundial.
No fue un año bueno, el del mexicano en la escudería de Woking. Lo cerró sin podios -el inglés Jenson Button, campeón mundial en 2009, tampoco subió al cajón-, en una campaña en la que el mejor resultado de Sergio fue un quinto, en el Gran Premio de India.
El mexicano fichó entonces por su actual escudería -con la que afronta su séptima temporada y en la que no seguirá el año próximo, cuando se denominé Aston Martin y su puesto lo ocupe el alemán Sebastian Vettel-. Un equipo que entonces se denominaba Force India y que a partir de mediados de 2018 pasó a llamarse Racing Point.
El cambio le vino de perlas, porque en la tercera carrera regresó de nuevo al podio, al acabar tercero en Baréin, donde Hamilton encabezó, en el circuito de Sakhir, un ‘doblete’ de Mercedes junto a su entonces colega, el alemán Nico Rosberg.
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«Checo», que de aquella era compañero de otro Nico (también alemán), Hülkenberg, regresó al grupo de los mejores diez, en el que había acabado dos años antes en Sauber. Y al año siguiente, en 2015, cuando acabó noveno el Mundial, capturó un nuevo podio, esta vez al acabar tercero en Rusia, en el anillo olímpico de Sochi (sede de los Juegos de invierno un año antes). Donde ganó de nuevo Hamilton, por delante del alemán Sebastian Vettel, que tras liderar el cuatrienio glorioso de Red Bull, ya era piloto de Ferrari.
La de 2016 fue, hasta la fecha, la mejor temporada del aguerrido tapatío. Sumó 101 puntos y acabó séptimo, como el ‘mejor de entre el resto’ (‘the best of the rest’, en inglés), cuando empezaba a quedar claro que había un equipo dominante -Mercedes- y otros dos -Ferrari y Red Bull- que, con suerte, también podían ganar carreras.
Ese año, ‘Checo’ sumo otros dos podios, al acabar tercero en el ‘glamour’ de Mónaco (donde ganó Hamilton y el australiano Daniel Ricciardo, de aquella en Red Bull, fue segundo) y en el Gran Premio de Europa, en la debutante Bakú, la capital de Azerbaiyán. Donde Rosberg ganó por delante de su compatriota Vettel.
En 2017 volvió a ser el ‘best of the rest’, al anotar 100 puntos exactos. Pero no subió al cajón en un año en el que, no obstante, sólo dejó de puntuar en tres de las veinte carreras. «Hubo dos categorías y nosotros ganamos el Mundial en la nuestra», declaraba a Efe ‘Checo’ en Yas Marina, en el cierre de temporada, en Abu Dabi.
Azerbaiyán se convirtió, en 2018, en el único país en el que el mexicano -que de aquella tenía de compañero al joven galo Esteban Ocon (ahora en Renault y con el que saltaron chispas en más de una ocasión)- repitió podio hasta el momento desde que pilota en F1.
Segundo ese día fue el finlandés Kimi Raikkonen, con Ferrari. ¿El ganador? Sí, acertaron: Hamilton. Una vez más.
Ya con la nueva propiedad que había entrado a mediados de 2018 -después de que el equipo entrase en concurso de acreedores-, una temporada en la que acabó octavo el Mundial; el año pasado Pérez compartió garajes con el canadiense Lance Stroll (el hijo del patrón), en una temporada de transición, sin podios, en la que acabó décimo, pero con ganas de que arrancase un nuevo curso.
«Tengo muchas ganas de empezar el próximo año», manifestaba a Efe el mexicano, de nuevo en el circuito de Yas Marina, durante el último Gran Premio de la pasada temporada. «Creo que, como equipo, ésta puede ser la escudería que más mejore para el próximo año», advertía a Efe ‘Checo’ en Abu Dabi.
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El mexicano, a pesar del infortunio que le ha perseguido este año, no se equivocaba. Porque, tras brillar en las dos carreras de Austria, en las que repitió sexto puesto, pero pudo haber logrado más (especialmente en el Gran Premio de Estiria) y en España -donde fue quinto tras las dos pruebas que se perdió a causa del covid-19-, ‘Checo’ volvió a rozar el podio, superada la decepción de Bélgica y Monza, en la Toscana (Italia, donde fue quinto), en Rusia y en Nürburgring (Alemania, con sendos cuartos). Y de nuevo, hace dos domingos, en el Gran Premio de la Emilia-Romagna, donde otro error de estrategia, evitó que subiera al cajón.
Finalmente, lo logró este domingo. En un circuito que regresaba a la Fórmula Uno nueve años después, el bravo piloto tapatío fue de los que mejor se adaptó a la resbaladiza recién reasfaltada pista. Salió tercero y acabó segundo. ‘Checo’ hizo ondear de nuevo la bandera de México. Y se reivindicó con su noveno podio.