Más allá de ofrecer datos duros o información sobre el lugar donde supuestamente ocurre la historia de Noche de fuego o contextualizarla al referir quién era el Presidente a cargo durante el tiempo que transcurren los hechos, la cinta da voz y rostro a los personajes que dejan de ser sólo números de estadísticas para mostrar su lado más humano.
Ciudad de México, 15 de noviembre (SinEmbargo).- La trayectoria de la cineasta Tatiana Huezo fue reconocida por el Festival Internacional de Cine de los Cabos. Sus dos documentales El lugar más pequeño (2012) y Tempestad (2016), que reflexionan sobre la violencia, fueron recordados para ofrecer tributo a la directora que da rostro a las víctimas, y para dar paso a su primera ficción: Noche de fuego.
“Siempre me preguntan por qué hablo de la violencia, creo que yo no escogí la violencia para que fuera el tema de mis películas. Tal vez la pérdida sí, no sé por qué, pero creo que es un elemento común que hay en todos mis trabajos. A veces hay un agujero, una ausencia de algo que falta. Pero siento que también hay mucha luz de los personajes a los que me acerco”, dijo Tatiana en entrevista.
El nuevo filme de Huezo, que ahora se encuentra en la etapa final de su posproducción, también remarca a estos personajes que han sido víctimas de la violencia. Noche de fuego está basada en la novela Prayers for the Stolen de Jennifer Clement, que muestra a un pueblo rebasado por el narcotráfico y donde ya no hay hombres. Sólo mujeres.
La cinta sigue los pasos de tres niñas que sufren las consecuencias de vivir en un sitio donde ya no hay ley.
Tanto como Tatiana como el productor de la cinta, Nicolás Celis, son enfáticos al señalar que la cinta no se sitúa en ningún lugar en específico. Ni mucho menos se trata sobre el narco. Noche de fuego está hecha para mostrar las historias solo de estos personajes.
“El contexto de la historia es uno violento, un contexto hostil marcado en el ámbito de la siembra de amapola. En las montañas que podrían ser cualquier montaña de cualquier pueblo de este país”, ahonda Tatiana.
“No es una película de narcotráfico, no es una película que queramos sacar balazos por balazos, sino que realmente es la historia de tres amigas que nos roban el corazón y que nos dan una probadita de lo que es nuestro país”, acentuó Celis durante la conferencia ofrecida a medios este jueves.
Más allá de ofrecer datos duros o información sobre el lugar donde supuestamente ocurre la historia o contextualizarla al referir quién era el Presidente a cargo durante el tiempo que transcurren los hechos, la cinta da voz y rostro a los personajes que dejan de ser sólo números de estadísticas para mostrar su lado más humano.
“Es importante darle rostro a las cifras y a esa nube enorme que se llama violencia. Y que está ahí y está latente, que la vivimos cada vez más cerca. Para mirarnos, ésa es la única forma de darle un rostro, un nombre, una voz, un alma, un corazón, a un personaje que está inmerso en una situación determinada”.
Durante este encuentro con los medios, los creadores de Noche de fuego mostraron un par de escenas de la cinta que se espera tenga su estreno el próximo año. Una niña es el foco de esta trama, su identidad tiene que ser cambiada a la de un varón para proteger su vida. Su madre, una sembradora de amapola, hará todo lo que está en sus manos para cuidarla de cualquier peligro.
“En el cine, cuando tú vas a que te cuenten un cuento, invariablemente, la humanización de un personaje, la creación de un personaje es un espejo donde mirarte, y eso genera un vínculo. Entonces se generan emociones, genera un impacto, genera mirar la realidad o la ficción y las historias que contamos mirarlas desde otro lado. Eso es lo que sucede al desparecer las cifras y ponerle rostro a las cosas. Genera una empatía, un vínculo y un espejo dónde mirarnos a nosotros mismos”, recalcó Tatiana para SinEmbargo.
