Berlín, 15 nov (EFE).- El Ministro de Finanzas de Baviera, Markus Söder, miembro de la Unión Socialcristiana, socia de la canciller alemana, Angela Merkel, urgió hoy al Gobierno de Berlín a reforzar los controles para acabar con la llegada «descontrolada» de refugiados y considera que, con los atentados de París, «comienza una nueva era».
«La época de migraciones descontroladas y de inmigración ilegal no puede continuar. París lo cambia todo», subrayó Söder en una entrevista con el dominical «Welt am Sonntag».
Las autoridades de Baviera, el estado federado más afectado por la llegada de cientos de miles de refugiados por la frontera con Austria, han encabezado en las últimas semanas las críticas a la canciller por su gestión de la crisis, lo que ha abierto grietas en el Gobierno de Merkel.
Söder, que en su día pidió que no se descartara levantar vallas en las fronteras, dijo que Alemania debe «reservarse el derecho» de cerrar sus fronteras, como ha hecho Francia, porque el país tiene que saber quién entra y muchos refugiados no son registrados.
«No todos los refugiados son terroristas del EI, pero creer que no hay ningún combatiente de la guerra civil entre los refugiados es ingenuo», manifestó.
Con los atentados de París «comienza una nueva era» y el continente europeo debe protegerse mejor de sus «enemigos», añadió Söder, desoyendo el llamamiento hecho ayer por el Ministro del Interior, Thomas de Maizière, para no mezclar el debate sobre los refugiados con los atentados en Francia.
A pesar de las reiteradas negativas de la canciller, el Ministro bávaro volvió a reclamar la necesidad de poner límite a la acogida de refugiados en el país, que, según él, no puede asumirlo «ni financiera ni culturalmente».
Frente al millón de solicitantes de asilo que Alemana espera recibir este año, el Ministro bávaro propuso como asumible una cifra anual de entre 200.000 y 300.000.
A su juicio, es el momento de que la canciller, Angela Merkel, reconozca que cometió «un error» cuando en agosto dio luz verde a la llegada de refugiados al país.
Söder consideró que «un gobierno alemán debe pensar primero en sus propios ciudadanos» y alertó de que la paz social está «amenazada»: «no puede ser que reciban las mismas prestaciones sanitarias quienes nunca han trabajado aquí y quienes han pagado toda una vida», añadió.