Ernesto Ruffo Appel, encargado ahora de la Comisión de Transparencia y Reingeniería del Padrón de Militantes del PAN, afirma que en menos de una década el partido pasó de la legitimidad a convertirse en una agencia para dar «chamba» a quienes sólo buscaban su propio beneficio.
Ciudad de México, 15 de octubre (Sin Embargo).– La mayoría de los dirigentes estatales del Partido Acción Nacional (PAN) “inflaron” las listas del padrón de militantes del albiazul, al estilo de los caciques políticos que el propio partido combatió durante décadas. Con los números de su lado, los líderes regionales panistas negociaron candidaturas y puestos locales y, con ello, rebajaron al piso la credibilidad del padrón panista, que a pesar de todo se considera uno de los más completos del sistema de partidos políticos en México.
En medio de esta situación que el propio PAN reconoce como “alarmante”, el presidente nacional panista Ricardo Anaya Cortés designó a Ernesto Ruffo Appel, como coordinador de la Comisión de Transparencia y Reingeniería del Padrón de Militantes, con la encomienda de depurar las listas, a fin de devolverle a la Asamblea Nacional del partido la legitimidad perdida en unos cuantos años.
Ruffo Appel afirmó en entrevista para SinEmbargo que en menos de una década el PAN se convirtió en una agencia para “dar chamba” a todo tipo de personas, desde aquellos que creían en el proyecto hasta quienes sólo buscaban su propio beneficio.
El problema no es menor, durante meses diversos panistas pidieron a la Comisión de Afiliación del Consejo Nacional del blanquiazul eliminar a 46 mil 883 militantes, aproximadamente el 10 por ciento del padrón, por contar doble militancia; es decir, estar afiliados al PAN y a otra fuerza política, principalmente a los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD).
La mayoría de los estados del país registraron durante los últimos meses un crecimiento atípico en su padrón de militantes en mayor o menor medida, siendo los más viciados Puebla gobernado por el panista Rafael Moreno Valle, con el 24.24 por ciento de duplicidad; Distrito Federal con el 21.9 por ciento; y Estado de México con el 20.17 por ciento.
Ernesto Ruffo, quien fue el primer Gobernador emanado de las filas de Acción Nacional en Baja California y en todo el país, evitó ponerse plazos fatales para concluir la depuración del padrón del PAN. Sin embargo, reconoció que será vital para la regeneración del partido, de cara a sus próximos compromisos electorales, principalmente los comicios presidenciales del 2018.
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–¿Por qué es importante contar con un padrón depurado?
–Tiene que ver con la legitimidad de la Asamblea del PAN a niveles nacional, estatal o municipal. Tiene que ver con la forma que se desenvuelve la Asamblea, que es la autoridad máxima del PAN, para sus decisiones sean legítimas basadas en la transparencia del padrón. Esto quiere decir que todos aquellos que estén presentes en una Asamblea, están allí porque les corresponde estar allí y que no haya dudas de que se han ganado ese lugar y esa responsabilidad para tomar una decisión a nivel de Asamblea.
–¿Qué tan grave es la manipulación del padrón?
–Ricardo Anaya fue electo por el voto de [sólo] la mitad de los registrados en el padrón, que quien sabe cuántos de ese total del padrón serán legítimos y cuántos son instantáneos. Ponernos a calificar eso es una enorme especulación. El 50 por ciento que sí fue a votar lo hizo en 84 por ciento a favor de Ricardo Anaya y en 16 por ciento por Javier Corral.
–¿Cómo inicio el problema?
–Esto empieza a suceder en el momento en que el PAN gana elecciones. Hay un fenómeno nacional y éste es que vivimos en un país en donde hay menos oportunidades que gente. Entonces nosotros, la gente, por razón natural andamos tratando de agarrar una oportunidad, pero fíjate bien la palabra que usé: ‘agarrar’, que quiere decir garra. ¿A qué me refiero? Por ejemplo, yo gané [la Alcaldía] en Ensenada, Baja California, en 1986 y en ese momento éramos 65 panistas, pero seis meses después éramos 650. ¿Qué pasó? Pues que triunfó Ruffo y muchos querían estar en el Gobierno de Ruffo, por muchas razones, unos legítimamente porque querían el cambio, otros sencillamente porque querían una chamba. Esta escasez de oportunidades nos hace actuar de una manera que nos vamos a parar donde hay oportunidades. Y eso le empezó a suceder al PAN a partir de sus victorias y se empezó a llenar de interesados, unos de quienes honestamente querían mejorar las causas de los gobiernos y otros que no.
–¿O sea que se afiliaron al PAN para agarrar una chamba?
–Es correcto. Y esto se ve agravado cuando un panista gana una gubernatura o cuando ganamos la Presidencia de la República, es un fenómeno cultural. Por eso, otros partidos pues ni se atreven a revisar su padrón, mejor designan a los candidatos y pactan las posiciones, hacen reuniones privadas, etcétera. Y resulta que en México el partido más adelantado para estos asuntos del ‘orden político’ pues es el PAN, porque tiene el mejor padrón de todos los partidos políticos y está bien cuestionado… Entonces yo caigo en la cuenta de que la forma de superar el país es con la institucionalidad lo que quiere decir que haya reglas, normas, que a todos nos conviene respetar porque nos da reglas del juego para dejar de actuar a través del influyentísimo, del compadrazgo, de los amigos, y de los mercenarios del poder.
–¿Quién es responsable de permitir que los padrones se inflaran indiscriminadamente? ¿Felipe Calderón? ¿Gustavo Madero?
–Yo lo que veo es que este ambiente llegó con las victorias del PAN, la más grande de las victorias llegó con Vicente Fox [al ganar la Presidencia de la República en el 2000]. Luego llegó la coyuntura de 2006, donde hubo un escenario donde toda esta escasez y polarización de los ingresos que hay en el país polarizó a la población, esto también polarizó a la política mexicana. Entonces surgen personajes que ahora los tachan de populistas, pero que son producto de la política del subsidio, del corporativismo, y para lo cual necesitan mucho dinero.
–Entonces, ¿no es responsabilidad de nadie?
–Lo que veo es que en el 2006 empezó a suceder lo que yo coloquialmente llamo la “onda grupera” [la fragmentación del partido en grupos políticos con intereses particulares]. Esta «onda grupera» provocó una reacción que fue el control interno del PAN por parte de algunos grupos que se estaban devorando al partido. ¿Y quién tomó la misión de combatirlos? Felipe Calderón [pero al hacerlo], se come al Consejo Nacional para combatirlos porque los gruperos se lo estaban comiendo. Pero, ¿qué provocó? Que todos se le vayan en contra a él y entonces [durante la época de Gustavo Madero como presidente del partido] se le quitaron capacidades al Consejo Nacional y se las pasaron a la Asamblea Nacional. Se trata de una reacción. Ahora los estatutos dicen que los asuntos deben de resolverse por la Asamblea Nacional, el Consejo se volvió en una especie de entidad consultiva. Y en ese debate hay un enfrentamiento contra el maderismo, pero el maderismo en mi opinión personal, es más grupero que institucional y en ese debate ahora nace Ricardo Anaya y tiene que reconducir al partido a la reinstitucionalización del PAN y en eso estamos con Anaya.
–¿Es posible depurar el padrón de forma efectiva?
–La verdad es que es una lucha contracorriente porque la cultura nacional, la realidad, gira en torno del que no transa no avanza. Entonces los del PAN andamos en una empresa un tanto en contra de la corriente, de la realidad, pero honestamente creemos que esa es la vía para salir de los problemas de México y tenemos que empezar por casa. Y esa es la encomienda que me han dado. Ricardo y yo estamos por la institucionalización y la legitimidad del padrón del PAN y ahora hay que ver cómo pone los acentos.
–¿Cómo poner en cintura a quienes inflaron el padrón para obtener candidaturas o colocar a sus allegados en puestos clave?
–Primero es la vía de la transparencia del padrón, porque eso de llegar con listas pues ya habla de un agrupamiento de personas contrario a la base fundamental del PAN que es el individuo. Así que la libre manifestación debe ser el voto libre y secreto en la Asamblea. Entonces, eso de que lleguen con listas ya armadas te está hablando de una forma «tribal» o «grupera» de operar. El PAN tiene que encontrar un buen sistema [para definir candidaturas]. ¿Qué quiere decir esto? Una cosa es definir una candidatura en el centro del país, otra cosa es en los estados del sur y otra muy diferente en los del norte. Y ahora surgieron los independientes y las alianzas electorales [en puerta para el 2016].
–¿Va a dar tiempo de depurar las listas de aquí al 2018?
–Yo creo que primero tenemos que ver el desenvolvimiento de la política en México, porque es un asunto evolutivo, que siempre va cambiando. No le puedes poner fechas a la historia, la historia te las interpreta a posteriori, con las metidas de pata que das, y así vas avanzando. Obviamente nos ha costado mucho trabajo en México, tenemos que pasar del modelo de caciques a líderes locales, pero eso no es algo que pueda pasar de la noche a la mañana. Por eso soy un promovente de la regionalización, porque cada región tiene su propio estilo y su propio avance.
–¿Y qué pasará con los dirigentes estatales maleados?
–Tenemos entonces que luchar contra esas malas formas y malas maneras, lo interesante del asunto es que el desenvolvimiento de la película te da una historia. Pero con lo que vamos a hacer es que vamos a llegar a una asamblea y la asamblea va a ser legítima. Entre más individuos, militantes, tengamos cumpliendo con sus obligaciones y responsabilidades, más difícil le resultará a los líderes feudales andar comprando votos, porque con más restricciones van a tener que usar más dinero y más recursos para comprar votos y allí se van a evidenciar.
–¿Tiene todo el apoyo de Ricardo Anaya para limpiar el padrón del PAN?
–No tengo duda, de hecho es por eso que yo formé parte de su planilla, porque me sumé bajo esta visión. La razón fundamental de haber aceptado [este cargo] es porque Ricardo Anaya aceptó y reconoció que el principal problema para la vida institucional del PAN era la legitimidad de la Asamblea. Y en ese sentido, la razón fundamental por la que yo acepté su invitación es porque estuvimos de acuerdo en que la visión del PAN institucional del 2015 al 2018 empieza con la depuración del padrón. No se trata esto de una cacería de brujas o de una purga, ni nada parecido, se trata de construir los canales institucionales dentro de los cuales las trayectorias, la legitimidad sean las que vayan permitiendo quién se queda o quién se va. Lo que nos debe de regir es la institucionalidad, así que hay que los que estén en el padrón deben de demostrarlo con la participación.