A través de un texto publicado en La Jornada, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México opinó que colocar la estatua de una mujer indígena en Paseo de la Reforma puede ayudar a «colocar a la figura femenina como protagonista de un pasado que le ha sido negado».
Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).- La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, defendió la decisión de sustituir la escultura de Cristobal Colón en Paseo de la Reforma por una mujer indígena al asegurar que es un «movimiento en contra del silencio histórico».
La mandataria explicó en un texto que publicó en el diario La Jornada que reemplazar la estatua de Colón es una manera de reivindicar a las mujeres indígenas, quienes a lo largo de la historia han sido silenciadas, olvidadas y violentadas, para ahora volverlas protagonistas.
«Mover la estatua de Colón y en su lugar poner la de una mujer indígena es un movimiento en contra del silencio histórico. Es una reivindicación de las figuras históricas que han sido las más olvidadas y violentadas; implica dejar como legado una visión que rescata no sólo la participación de las silenciadas, sino que las coloca en el centro», dijo.
«Nos ayuda a colocar a la figura femenina como protagonista de un pasado que le ha sido negado. Reasignarle el lugar a la mujer en el curso de la historia implica también reivindicar su lugar en el hoy», agregó Sheinbaum sobre replantear la importancia de las mujeres.
En el texto titulado «¿Por qué una mujer indígena en Paseo de la Reforma?», la funcionaria consideró que por muchos años se mitificó el llamado «descubrimiento de América», al glorificar la figura de un hombre del que sólo se resaltó su «europeísmo, valentía y heroísmo».
«En otras palabras: se ha mitificado una figura del pasado que hace entender la invasión y colonización de América a través de los ojos europeos, es decir, a través de ojos ‘civilizatorios'», dijo.
Con este enfoque, ahondó Sheinbaum, se silenció «el exterminio y el esclavismo de pueblos originarios. Se silencia la barbarie (y no el acto civilizatorio). Se silencia también el origen de un profundo racismo que prevalece hasta nuestros días».
El texto de la Jefa de Gobierno capitalina intenta explicar la importancia de la figura indígena, y darle el lugar que se merecen en la historia.
Aquí mi discurso de las razones por las cuales se traslada el monumento de Colón y en su lugar se coloca la de una mujer indígena. https://t.co/FhE7lPUk2u
— Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) September 14, 2021
Por ello, refirió que, de acuerdo con diversas fuentes, cuando Colón regresó a La Española, lo que actualmente es Haití y República Dominicana, la población indígena casi se extingue. «Pasó de tener 8 millones de habitantes a 3 millones para 1496», comentó.
«Entre epidemias y exterminio, para 1514 el número de pobladores indígenas era de 22 mil. Para 1542 sólo 200 aparecen en el censo», detalló.
Sheinbaum destacó que «los monumentos, estatuas y nombres de las calles de nuestra ciudad son legados que dejamos para futuras generaciones. Son marcas históricas que deben hacernos recordar dignamente nuestro pasado».
En este sentido, enfatizó que su propósito es que la «memoria histórica» que su Administración busca preservar no sólo sea la «visión mitificada» con la que hasta ahora se ha silenciado «un profundo racismo que prevalece hasta nuestros días».
«¿Qué se silencia cuando heroisamos a la figura de Colón? ¿Qué se silencia? Se silencia el exterminio y el esclavismo de pueblos originarios. Se silencia la barbarie (y no el acto civilizatorio)», cuestionó a lo largo de su texto la mandataria de la capital mexicana.
«El silencio histórico es una forma de violencia que somete, aniquila y determina un presente. El silencio histórico se vuelve un ancla que invita a la complicidad y dificulta el cambio», añadió.
Sheinbaum Pardo consideró necesario «empezar a contar la historia desde otro lugar» para colocarnos «frente a nuestro pasado y, por tanto, frente a nuestro presente y futuro», para que las generaciones presentes y futuras de mujeres «puedan reconocerse como hacedoras de historia».
Incluso, consideró como una «responsabilidad ética» que todos los mexicanos nos «replantearnos el pasado para transformar las injusticias del presente. Sólo así podemos combatir el racismo y el clasismo que se viven en la actualidad», concluyó.