La arqueóloga Virginia Rivera explicó que entre los siglos XVII y XIX «era común que los restos de las personas destacadas o de alto poder adquisitivo de la época se enterraran en el interior de las iglesias o espacios cercanos a ella».
San Juan, 15 de junio (EFE).– Más de 300 osamentas humanas, entre ellas, el de una madre abrazando a su hijo, y otros hallazgos arqueológicos presuntamente entre los siglos XVII y XIX, fueron encontrados durante la reconstrucción de una plaza de Cayey, municipio en el interior de Puerto Rico, se informó este sábado.
Según explicó en un comunicado de prensa el alcalde de Cayey, Rolando Ortiz, durante las labores de reconstrucción de la Plaza Ramón Frade en el año 2016, se detectaron los cimientos de un muro construido de canto rodado y cemento primitivo ubicado frente al atrio principal de la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción.
Documentos históricos evidencian que la Plaza Ramón Frade León fue construida en el siglo XIX, entre los años 1850 y 1853 y posteriormente remodelada ya para el tercer cuarto del siglo XX.
«Las labores han sido muy meticulosas y detalladas, porque con este hallazgo se abrió una puerta al pasado de nuestra ciudad, particularmente lo relacionado a la antigua tradición de dar cristiana sepultura a las personas en las inmediaciones de las iglesias», detalló Ortiz.
Los trabajos de reconstrucción se llevaron conforme a la Ley 112, que aplica a los yacimientos arqueológicos, y dirigidos por la arqueóloga Virginia Rivera.
Rivera, por su parte, explicó que entre los siglos XVII y XIX «era común que los restos de las personas destacadas o de alto poder adquisitivo de la época se enterraran en el interior de las iglesias o espacios cercanos a ella».
Del mismo modo, Rivera dijo que durante los trabajos de reconstrucción de la plaza, encontraron otras estructuras, restos óseos dispersos, dentaduras, osamentas de diferentes procedencias y edades, incluyendo niños, como el de una madre abrazada a su hijo.
«Tenemos varios escenarios. Uno es el área confinada por muros de piedra, donde probablemente estuvo la primera iglesia, y también la zona antigua de los desagües en ladrillo y argamasa. También hay unos depósitos arqueológicos donde de identificaron botellas de cristal, losas de barro y utensilios, entre otros», detalló.
Rivera agregó que entre los 300 enterramientos identificados, hay algunos primarios en su posición original de enterramiento y otros de forma secundaria, los cuales fueron enterrados fuera del área de estudio, posiblemente en el interior de la iglesia y luego fueron acomodados en la zona intramuros.
La arqueóloga mencionó además que entre los hallazgos hay enterramientos de personas provenientes de la África Occidental que llegaron a la isla como esclavos.
«Lo sabemos por la mutilación en su dentadura. Por razones culturales, se limaban los dientes hasta dejarlos con forma cónica. Esta información se complementa además con los archivos parroquiales de nacimientos y fallecimientos», abundó.
Rivera gestiona además la posibilidad de llevar a cabo trabajos de ADN en varias osamentas identificadas y conocer cuán antiguas son.
Todas las remociones de osamentas están protegidas en cajas separadas y fueron trasladadas a un lugar con todas las garantías de seguridad.
Por su parte, la antropóloga física Verónica Muñiz ha sido la persona contratada para analizar los restos.
«Eventualmente se presentará al público todo este acopio histórico, porque todo esto que se ha descubierto es parte de nuestra historia y cultura cayeyana. Con estos trabajos, además educamos a nuestras nuevas generaciones sobre nuestro pasado y sentido de pertenencia», añadió Ortiz.