Adela Navarro Bello
15/06/2016 - 12:00 am
Entrampados con “El Güero” (o, ¿qué hacer con el narcotraficante?)
México está a la espera de uno de los narcotraficantes más sanguinarios, violentos y prósperos que haya tenido el cártel de Sinaloa […], y la PGR al menos de manera pública y ante la falta de información, sigue entrampada respecto al futuro del capo
La Procuradora General de la República, Arely Gómez, no lo declara. Porque no lo sabe, porque está siendo reservada, porque no lo quiere compartir, o por alguna otra razón, pero en un Juzgado Federal con sede en Jalisco, existen dos causas penales, con dos órdenes de aprehensión por cumplimentar contra Héctor “El Güero” Palma Salazar.
Personal del juzgado federal confió los datos a reporteros de ZETA, pero, ante la secrecía de la Procuraduría General de la República (PGR) , por el momento obviaron las razones de las causas penales que estarían vigentes contra el narcotraficante que fue parte del Cártel de Sinaloa, y que incluso fue señalado de ayudar en la primera fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, su compinche, cuando los dos purgaban sus sentencias en el penal de Puente Grande, Jalisco, pero de la cual salió airoso.
Lo que sí adelantaron en el juzgado fue que los delitos por los cuales se integraron esas causas penales los cometió Palma Salazar en territorio nacional, y que las investigaciones se iniciaron mientras éste purgaba la condena en Estados Unidos luego de haber sido extraditado a aquel país en 2007, y donde cumplió solo nueve años de una sentencia de 16.
Considerando que de 1995 a 2007 estuvo en la prisión mexicana, y que las investigaciones que se le abrieron en ese periodo fueron resueltas por sus abogados de manera óptima para el acusado de crimen organizado, todo indica que los delitos por los que ahora es juzgado Palma Salazar pudo haberlos cometido antes de 1995, cuando era prófugo de la justicia mexicana.
En aquellos años no se había tipificado como delito en México la delincuencia organizada, por tanto eso queda descartado. Y considerando los delitos graves a esa fecha, aquellos donde es posible promover la no prescripción, dado que habrían ocurrido hace 21 años o más, nos quedan dos probables: homicidio y secuestro.
Ninguno de los dos hechos criminales ha escapado en la vida de los integrantes del Cártel de Sinaloa, especialmente considerando que Héctor “El Güero” Palma era cabecilla de la organización junto a Joaquín Guzmán Loera, y fueron conocidos, de manera ministerial, extraoficial, y públicamente, sus actos de terror en la guerra que en el primer lustro de los noventa enfrentaron con los hermanos Arellano Félix, por venganzas personales, familiares y por el control del trasiego de droga en la frontera norte de México. Se supo entonces de secuestros, decapitaciones, asesinatos de familiares de unos y otros, de defensores de la sociedad civil y los derechos humanos, de policías, de venganzas mafiosas.
Las causas penales que existen contra “El Güero” Palma, y de las que no habla la Procuradora Arely Gómez, revisten importancia dado que el viernes 10 de junio, el sentenciado en ambos países recobró su libertad. Ese día fue liberado de la prisión de Atwater, California, Estados Unidos, e inmediatamente retenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE son sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, y remitido a un centro de detención y deportación de los muchos que existen en la frontera norteamericana, pero del cual no se ha revelado información sobre su ubicación.
Del centro de detención “El Güero” Palma será deportado a México.
Antes de conocerse de los dos asuntos penales en el estado de Jalisco, se presumía que el narcotraficante sería liberado, que mantendría su libertad en México, dado que fuera de esos que salieron de último momento, no tiene pendientes con la justicia mexicana. No porque no haya cometido otros delitos por los que no ha sido juzgado, sino porque en este país el Ministerio Público federal resalta por su incapacidad y falta de preparación científica para elaborar averiguaciones previas que terminen en procedimientos judiciales y generen órdenes de aprehensión.
Por muchos delitos no sólo Palma Salazar, sino otros narcotraficantes, permanecen –aun en la cárcel- en la impunidad, debido a la falta de preparación, personal, presupuesto, investigación y atención del Ministerio Público Federal.
En Estados Unidos, temen que una vez deportado a este país, “El Güero” vuelva a delinquir. Está comprobado con las fugas de “El Chapo” Guzmán, la liberación temprana de Rafael Caro Quintero por parte del Estado Mexicano, y las innumerables liberaciones que se dan todos los días de sicarios y lugartenientes de los distintos cárteles que criminalizan nuestro territorio, que cuando un narcotraficante es liberado o se fuga de prisión, regresa y con mayor fuerza a la vida ilícita que llevaba antes de ser capturado.
Arely Gómez no ha dicho a los mexicanos cuántas órdenes de aprehensión existen en México contra el mafioso sinaloense, esto puede contribuir a la impunidad del narcotráfico que al ser deportado, sea puesto en libertad.
Por lo pronto, tanto en la PGR, autoridad que “recibiría” a Héctor Palma Salazar para fincarle nuevos cargos, como en el ICE, nada se sabe del traslado del ex convicto a suelo mexicano. Lo más probable, dice, es que sea deportado por la frontera bajacaliforniana. Sea por la ciudad de Tijuana o por Mexicali, la capital del estado. Y de ahí, según la Procuradora, trasladado a la Ciudad de México, situación que se daría en caso de encontrarse órdenes de aprehensión en su contra.
México está a la espera de uno de los narcotraficantes más sanguinarios, violentos y prósperos que haya tenido el cártel de Sinaloa, junto a Joaquín “El Chapo” Guzmán, e Ismael “El Mayo” Zambada (¿Por cierto se habrán olvidado las autoridades de él? Ni lo detienen ni se ve que lo investiguen ni que le sigan los pasos siquiera), y la PGR al menos de manera pública y ante la falta de información, sigue entrampada respecto al futuro del capo.
La fecha límite para la deportación de Palma es el miércoles 15 de junio. Queda nada para que la autoridad federal, que encabeza Enrique Peña Nieto, decida si considerando los casos judiciales de Jalisco lo reaprehende, o si como sucedió con Caro Quintero, le dejan libre para que siga con su vida criminal.
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