Hoy es el día de las madres en México, hoy mis pensamientos van a todas las madres olvidadas, en especial a aquellas en las cuales la maternidad se ha utilizado en su contra convirtiéndolas en una máquina, en un insumo para producir, mis pensamientos van hacia las madres vacas, para quienes este día es sólo un día más de miseria y dolor.
Es algo extremadamente contradictorio que por un lado veneramos tanto la maternidad en la especie humana y por otro la utilizamos para esclavizar animales, tal es el caso de la industria lechera, en donde las vacas son explotadas sin parar hasta su muerte, las vacas no dan leche de manera natural, las vacas dan leche porque son madres, y para que esto suceda son inseminadas artificialmente, lo cual es una práctica invasiva y dolorosa, el tiempo de gestación de una vaca es de nueve meses, igual que en los humanos, después el bebé que nace es arrebatado de su madre y ella comienza a ser explotada para obtener su leche, los bebés pueden tener posibles finales, de los cuales ninguno es un final feliz, puede ser desechado inmediatamente porque su leche será robada para que la tomen los humanos, si es macho será destinado a una cruel jaula de ternera para luego ser asesinado por su carme, si es hembra sufrirá lo mismo que su madre y será explotada hasta la muerte.
A la madre el destino que le espera es aún peor, será conectada a máquinas ordeñadoras donde le será extraída toda la leche que era para su bebé y esto se repetirá una y otra vez por aproximadamente tres años, en los cuales no pueden ni siquiera sentarse y están siempre paradas sobre concreto y heces, durante su vida es muy común desarrollen enfermedades como la mastitis la cual es extremadamente dolorosa, y se les suministran muchísimos antibióticos sin curarlas, sólo las mantienen hasta que dejan de ser rentables o colapsan y son mandadas al rastro.
Todo esto ¿para qué? Para robarles su leche para los humanos, leche que ni siquiera es saludable y es totalmente innecesaria, ningún animal toma leche después de la lactancia, y la única leche que provee beneficios es la leche de nuestra propia especie.
En el Santuario Libres al fin vivió con nosotros Chabela, una vaca que escapó cuando iba en el transporte hacia el rastro, y nos dimos cuenta que fue explotada como vaca lechera porque tenía mastitis entre otras cosas, vivió cuatro años feliz con nosotros, hasta que finalmente perdimos la batalla con su mastitis y diversas infecciones imposibles de tratar debido a que durante su vida le suministraron una cantidad increíble de antibióticos, pero por lo menos Chabela fue amada y tuvo una familia, tuvo un nombre y pudo ser vaca algunos años de su vida.
Hoy esta pequeña reflexión es para ti Chabela, y para todas las madres olvidadas víctimas de la tóxica industria láctea.
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