Ahora los bares y los restaurantes ya no tendrán que cerrar a una hora estipulada (se les obliga a hacerlo a medianoche) y no habrá limitaciones en cuanto al máximo de personas que pueden reunirse, entre otras restricciones.
Seúl, 15 abr (EFE).- Corea del Sur anunció hoy que retirará las principales restricciones relacionadas con la pandemia exceptuando el uso obligatorio de la mascarilla en exteriores e interiores ante la caída en el país de los contagios provocados por la variante Ómicron del coronavirus.
A partir del 18 de abril, cafeterías, bares y restaurantes ya no tendrán que cerrar a una hora estipulada (actualmente se les obliga a hacerlo a medianoche) y no habrá limitaciones en cuanto al máximo de personas que pueden reunirse (en la actualidad la limitación es de 10 personas máximo), según anunció en rueda de prensa el primer ministro, Kim Boo-kyum.
«Ómicron ha dado señales de estar debilitándose tras alcanzar el pico en la tercera semana de marzo [cuando el país superó se situó casi en 600 mil casos diarios]», dijo Kim en declaraciones que recoge la agencia Yonhap.
«Durante un tiempo considerable, llevar la mascarilla en interiores va a ser inevitable», dijo Kim, que añadió que el Gobierno revisará en dos semanas si retira su uso obligatorio para exteriores.
El Primer Ministro anunció además el fin de otras restricciones, como el límite de hasta 299 personas para grandes eventos, la ocupación máxima del 70 por ciento para los lugares de culto o la posibilidad de comer en los cines.
Aunque Corea del Sur -que gestionó muy bien las primeras olas de infección gracias a sus sistemas de rastreo y testeo- apenas introdujo restricciones en 2020, tuvo que hacerlo a partir de enero de 2021 llegando a prohibir en un momento dado las reuniones de más de dos personas después de las 18:00 horas.
Las retiró en noviembre del año pasado, pero un mes después tuvo que volver a activarlas y mantenerlas hasta ahora ante la acometida de una sexta ola y de la variante Ómicron después.
Kim anunció también que a partir del 25 de abril, la COVID-19 ya no será una «enfermedad infecciosa de clase 1» como el ébola o el MERS y que pasará a ser de «clase 2», lo que en el futuro permitirá a aquellos infectados ser atendidos de manera más flexible y sin necesidad de hacer la actual cuarentena obligatoria de siete días.
«Pese a que ahora estemos buscando el retorno a la normalidad, estaremos preparados a conciencia asumiendo que el riesgo puede retornar», advirtió en todo caso el primer ministro.
El país asiático, que viene sumando una media de 160 mil infecciones diarias en la última semana, acumula en total, con una población de unos 51 millones, unos 16 millones de contagios y algo más de 20 mil muertos, con una tasa de mortalidad del 0.13 por ciento.