Santiago quedó postrado en cama y se mueve en una silla de ruedas. El entrevistado no puede conseguir una prótesis debido que no tiene un plan de salud y le falta de dinero.
Ciudad de México, 15 febrero (LaOpinión).- Juan Santiago acudió al Northside Hospital, de Atlanta, el 6 de diciembre, para tratarse lo que parecía ser un resfriado. En el lugar, le diagnosticaron influenza. El personal que lo atendió consideró que su estado no era de riesgo, por lo que lo dieron de alta y lo mandaron a su casa.
“Pensé que era una simple gripa, un resfriado común, como siempre piensa uno”, dijo el paciente a Univision.
Sin embargo, dos días después, la condición de Santiago empeoró. El hispano tuvo que ser internado nuevamente por neumonía, y hasta inducido al coma por dos meses.
En el periodo que estuvo inconsciente, resultó afectado por una gangrena que ponía en riesgo su vida, por lo que los doctores decidieron amputarle las piernas hasta las rodillas.
A partir de ahí, Santiago quedó postrado en cama y se mueve en una silla de ruedas. El entrevistado no puede conseguir una prótesis debido que no tiene un plan de salud y le falta de dinero.
El hispano pidió la ayuda de la ciudadanía y de las autoridades médicas para al menos poder conseguir la pieza artificial que se implanta en el cuerpo.