Con los recursos del Programa Excelencia de Guerrero para abatir el rezago educativo, la telesecundaria pagó 350 mil pesos a una constructora que dejó las instalaciones de la escuela inservibles. Tiempo después, la empresa dejó de operar en el municipio y sólo avanzó con la construcción de un salón.
Por Francisco Magaña
Ciudad de México, 15 de febrero (SinEmbargo/El Sur).- Desde hace más de un año, alumnos de la telesecundaria Lázaro Cárdenas de la comunidad serrana de El Cucuyachi, en Atoyac, Guerrero, reciben clases en el corredor de una vivienda porque la empresa Tirexsa de Chilpancingo, que era la encargada de la remodelación no terminó los trabajos y dejó los techos de las aulas destruidos.
El director del plantel, Domingo Arreola Barrientos, informó que el costo de la obra tuvo una inversión de 350 mil pesos y la constructora se retiró hace más de un año del pueblo llevándose el recurso.
Arreola lamentó que sus alumnos tengan que tomar clases en un corredor de una vivienda con techo de teja, además dijo que tienen mobiliario en muy mal estado y que en temporada de lluvias la situación se agrava aún más por las filtraciones de agua.
Dijo que el plantel beneficia a las comunidades de El Cucuyachi y El Achotal, la telesesundaria está a un costado del arroyo, además la comunidad es atravesada por un río, “nos salvamos de ‘Manuel’ e ‘Ingrid’, pero no de la empresa Tirexsa, esa si nos destruyó el plantel, vean como quedó, sin techos desde hace más de un año”.
Informó que su comunidad fue beneficiada para remodelar su escuela con recursos del Programa Excelencia para abatir el rezago educativo en el Plan Nuevo Guerrero.
Detalló que primero se entregó a la empresa el 40 por ciento del dinero total destinado para la obra, pero las mismas autoridades educativas les apresuraron que se entregara el resto porque si no le sería retirado al no ser utilizado. Se construyó un salón con sólo 20 mil pesos y que está casi por terminar, y a la empresa Tirexsa se le entregaron 350 mil pesos para tres aulas y baños y no hizo nada.
Abundó que el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa, (Inifed) haría la supervisión de la obra, cobró 7 mil pesos por adelantado y sólo acudió una vez antes de que demolieran el plantel y desde ese momento ya no regresaron.
Dijo que “ya tiene un año y ahí quedaron las aulas demolidas de los techos, con material que se iba ocupar y se echó a perder, 6 toneladas de cemento y varillas, (la empresa) no se retiró, sabemos nada de ello, pero tenemos factura donde se comprueba que ellos recibieron ese dinero”.
Lamentó que los alumnos no puedan recibir clases de manera formal, “estamos jugando a la escuelita, no podemos llevar la educación al 100 por ciento, el mobiliario se está echando a perder, los pizarrones están partidos por la humedad que hay en la casa donde estamos y en lluvias se suspenden clases porque los alumnos se mojan”.
Pidió a las autoridades educativas que atiendan la situación y no por estar en una comunidad no se le dé seguimiento al incumplimiento de la empresa, que sólo abusó de los directivos del plantel, los padres de familia y de toda la comunidad.
El comisariado ejidal, Pedro Hurtado Cisneros, exigió que la situación sea atendida por las autoridades federales y estatales ya que han tocado puertas en las dependencias y no han tenido respuesta.
Señaló que se informó de la situación al entonces gobernador Rogelio Ortega Martínez porque es un problema grave porque los niños no tienen donde estudiar y la escuela quedó destruida.
Dijo que la empresa Tirexsa abusó de los pobladores que les dieron alojamiento y comida “las mujeres del barrio les fiaron comida, se fueron sin pagar a ellas y a los que se emplearon de aquí, se les debe su trabajo”.
También lamentó que los presupuestos que etiqueta el gobierno federal sean desviados por las constructoras sin que se tomen cartas en el asunto.
Pidió que se haga cumplir a la constructora que incumplió y destruyó la escuela, “somos una comunidad pobre y marginada que hemos hecho varias solicitudes a los presidentes desde, Vicente Fox hasta la actualidad pero los recursos que se envían no se aplican”.
La madre de familia y presidenta del comité de obra de la escuela, Heriberta Castro Vargas, denunció que la empresa se retiró de la comunidad sin informar cuando volvería, “dejaron sólo deudas, abusaron de los pobladores, las mujeres anduvieron pidiendo fiado para darles de comer (a los trabajadores) y no pagaron tampoco”.
Dijo que quedaron que volverían pero ya va más de un año y no se sabe nada de ellos, “nuestros hijos nos comentan que no se sienten bien, quieren sus salones, aquí ven que pasa uno y se distraen y allá están cada uno en su salón, aquí están todos revueltos”.