Nestlé, Jumex, Coca-Cola, Sabritas, Bimbo, Kellogg’s Gameda, Yoplait, Danone, Holanda, Ricolino y Mars se llevaron antigalardones importantes por olvidar la salud de los niños.
Ciudad de México, 15 de enero (SinEmbargo).– Por desarrollar «un ejército de personajes para promover sus productos» dirigidos a la infancia, El Poder del Consumidor otorgó el «El Gran Premio al cartel de los abusadores» a Nestlé en el evento los Antipremios a la publicidad chatarra.
A otras marcas como Jumex, Coca-Cola, Sabritas, Bimbo, Kellogg’s, Gamesa, Yoplait, Danone, Holanda, Ricolino y Mars se les entregaron antigalardones porque, de acuerdo con la organización, sus campañas publicitarias siguen el principio de que «siempre será mejor una infancia feliz que una saludable».
Con tono de ironía, el actor que fungió como presentador celebró que cómo las agencias publicitarias «se han esforzado por engordar a las niñas y niños con campañas dirigidas hacia ellos». Los efectos de estás estrategias son visibles en México, donde uno de cada tres niños tiene sobrepeso u obesidad, violando así el derecho que tiene este sector de la población a una vida saludable, como lo establece la Convención sobre los Derechos de la Infancia de Naciones Unidas.
Poco ha importado a las empresas de productos ultraprocesados que hace cinco años en México entrara en vigor la regulación que restringe la publicidad de alimentos y bebidas dirigidas a la infancia, y de eso da cuenta la terna de campañas publicitarias nominadas al antipremio «La celebridad más chatarra».
En dicha categoría El Poder del Consumidor reconoció al comercial protagonizado por el personaje de Cheester, usado por Pepsico para promover las papas Cheetos, junto a los youtubers los Polinesios. En el comercial se les observa jugando en un parque de diversiones de la Ciudad de México e invitan a la gente «no dejar de divertirse» mientras comen Cheetos.
En la categoría también fueron nombrados Jumex, por un comercial en el que canta Beny Ibarra y Sabritas por la participación del actor estadounidense Ryan Renols en uno de sus anuncios.
«Aquí gozamos de total impunidad… libertad», clamaron actores que interpretaron el papel de empresas multinacionales en la gala.
Minutos antes, la falta de regulación con la que operan las empresas ya había sido recordada por el director del Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo.
«La publicidad dirigida a niños es una de las estrategias más eficientes que utilizan las marcas, pero es peligrosa porque fomenta el consumo de productos que por su alto contenido calórico pueden generar diabetes infantil», dijo mientras desfilaban en una alfombra roja a la entrada del Teatro Coyoacán, en la Ciudad de México, botargas de personajes como el Tigre Toño, Cheester Cheetos y un oso blanco, utilizados por Kellogg’s y Coca-Cola para publicitar sus productos a niños.
Otra estrategia usada por empresas y agencias de publicidad son las promesas de «llevar a las niñas y niños a mundos inimaginables mientras los llenan de azúcar», celebró el presentador en un escenario lleno de cartones de personajes usados en productos. Por ello, El Poder del Consumidor también entregó el antipremio «Paseitos Chatarra» a Epura, por promocionar en redes sociales un viaje para quien participara con la compra de su presentación infantil, Epurita.
Las marcas de galletas Chokis y de helados Holanda fueron mencionadas por comerciales donde ofrecían viajes en México y boletos gratis para entrar al cine.
Para evidenciar las campañas que muestran las «increíbles habilidades de engaño» de las personas encargadas de la publicidad, se enteró el el premio «gato por liebre» Jumex, por su presentacion Frutzzo y un comercial en el que se resaltan las supuestas propiedades naturales de la bebida azucarada; de igual forma fueron mencionados el pastelito Gansito y la barra Bran Frut.
«Sus campañas muestran lo buenas que son [las agencias de publicidad] porque son capaces de vender pinturitas por juguito», señaló a manera de broma el presentador.
Siguieron antipremios a la «Chatarra palomera» para Coca-Cola, con comerciales sobre Avengers y Stranger Things difundidos antes de proyectar películas en los cines.
Las papas Ruffles se llevaron el reconocimiento al «Machismo ultraprocesado» por mostrar a mujeres como objetos sexuales en sus anuncios.
Mientras que el refresco Sprite recibió la mención honorífica al «mejor maquillaje verde», por promocionar campañas de limpieza del mar mientras siguen produciendo miles de envases de pet; a las gomitas Panditas se les mencionó como el producto más radiactivo por la cantidad de colorantes que contiene, y Zucaritas fue mencionado por «culpar al consumidor», pues promueve rutinas de ejercicio para combatir la obesidad pero contiene niveles elevados de azúcar.
Para terminar con las bromas, Juan Calvillo y el presidente de la Red por los derechos de la infancia, Juan Martín Pérez, enfatizaron el compromiso que el Estado mexicano tiene de anteponer el respeto a los derechos de la infancia ante todo, como lo indica el Artículo 4 de la Constitución mexicana con el principio de intereses superior de la niñez.
«Detrás de las campañas publicitarias llenas de color hay una tragedia. Desde 2005 la Organización Mundial de la Salud dice que la publicidad se aprovecha de la inocencia y credulidad de los niños. Estas empresas tienen millones de pesos para manipular a los niños», lamentó el defensor Calvillo.
Los señalamientos por la falta de regulación a la publicidad dirigida a niños no son nuevos. La Alianza por la Salud Alimentaria ha criticado en años anteriores que la actual regulación solo cubre la publicidad en ciertos horarios de televisión y cine, dejando fuera los que tienen más audiencia infantil e ignora medios como el internet, espacios públicos o estrategias usadas por las marcas como regalar juguetes para vender.
Actualmente, organizaciones defensoras de derechos de la infancia y la salud exigen que las empresas cumplan con la nueva Ley de Etiquetado de productos, aprobada por el Senado en octubre de 2019, y que las obliga a informar en sus etiquetas con sellos octagonales de color negro si sus productos tienen exceso de calorías, azúcares, grasas saturadas, grasas trans, sodio y, si contienen edulcolorantes, precisar que no se recomiendan para el consumo de niños y niñas.