Los negacionistas del cambio climático plantean, entre otras cosas, que el calentamiento global no es causado por el hombre, que se trata de un mito o que ha sido ocasionado por el Sol; incluso dicen que no se puede confiar en los modelos o registros de las temperaturas del planeta. En Estados Unidos esta corriente ha tomado fuerza en las filas del partido Republicano. Y uno de esos grandes escépticos es el Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Organizaciones ambientales internacionales, consultadas por SinEmbargo, señalan que el magnate neoyorkino no sólo es un negacionista, sino que no le importa el medio ambiente. Prueba de ello es que seleccionó como secretario de Estado a Rex Tillerson, director general de la petrolera Exxon Mobil.
El año pasado, diversas naciones del mundo alcanzaron un gran acuerdo global, el de París, para implementar acciones que ayuden a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El acuerdo se concretó en septiembre de 2016, cuando China y Estados Unidos –dos de los países que más contaminan– lo avalaron. Sin embargo, Trump ya amenazó con retirar al país del pacto. En este contexto, los movimientos ambientalistas deberán no sólo redoblar los esfuerzos en materia de concientización sobre el problema, sino acelerar también la adopción de soluciones y medidas.
Ciudad de México, 15 de enero (SinEmbargo).- Científicos han demostrado en diversas ocasiones que el calentamiento global no ha disminuido, incluso, estudios recientes arrojan que está ocurriendo cada vez más rápido. Pese a ello, Donald Trump, Presidente electo de Estados Unidos, se ha encargado de desacreditar a la ciencia y ha tildado el fenómeno como «un engaño» de China para frenar la economía de Estados Unidos y volverse competitivo.
«El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos con el fin de hacer a la producción estadounidense no competitiva», ha dicho el magnate neoyorkino, que llega a la Casa Blanca el próximo 20 de enero.
Sin embargo, organizaciones civiles señalan que Trump no sólo es un «negacionista» del cambio climático, sino que no le importa mínimamente el medio ambiente. Prueba de ello, criticaron, es que seleccionó como secretario de Estado a Rex Tillerson, director general de la petrolera Exxon Mobil.
El cambio climático es considerado por organizaciones ambientalistas internacionales, entre ellas Greenpeace y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), como una importante amenaza para la vida en la Tierra y como uno de los mayores desafíos para la humanidad.
Greenpeace explica en su informe «México ante el cambio climático. Evidencias, impactos, vulnerabilidad y adaptación» que dicho fenómeno eleva la temperatura promedio de la Tierra y por mínima que sea, la variación es capaz de afectar el ciclo del agua, alterar la frecuencia de los fenómenos climatológicos normales e incluso provocar que los desastres naturales se vuelvan más catastróficos. Esto perjudica a comunidades, cultivos y ecosistemas hasta alterar el equilibrio ecológico en el cual se sustenta la vida en el planeta.
«El cambio climático está afectando a todo el planeta, provocando cientos de miles de víctimas cada año e impactando diversas actividades económicas. Se trata de un fenómeno tan complejo que sus causas e impactos están relacionadas con todos los ecosistemas y con diversos ámbitos de la actividad humana: los océanos y los ecosistemas marinos; los bosques y la rica biodiversidad que albergan; las formas en que producimos nuestros alimentos (agricultura y ganadería); el agua dulce; las formas de producir, distribuir y consumir la energía, por mencionar algunos», señala el estudio.
En entrevista para SinEmbargo, Gustavo Ampugnani, director ejecutivo de la organización Greenpeace en México; Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica (CDB) y Gustavo Alanís Ortega, director general del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), coincidieron en que el calentamiento global existe y cuenta con amplio respaldo de la ciencia. Y alertaron que la visión de Trump en el tema ambiental pone en vilo los tratados internacionales en la materia.
Además, dijeron, la construcción de un muro entre México y Estados Unidos afectará la vida de flora y fauna que comparten ambos países.
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EL CALENTAMIENTO GLOBAL EXISTE Y ES UN PELIGRO
Pese a los dichos de Trump, los ambientalistas consultados por este medio digital subrayaron que existe un amplio consenso científico que respalda que el cambio climático está sucediendo y que si bien ocurre desde el pasado, ahora se está dando con mayor fuerza y velocidad.
«Hay evidencia científica suficiente al respecto y ahora lo sentimos porque los fenómenos naturales son más crudos, son más fuertes, tienen más impacto y se presentan con mayor frecuencia», dijo Gustavo Alanís Ortega, director general del CEMDA.
Gustavo Ampugnani, director ejecutivo de la organización Greenpeace en México, señaló que la fuente de origen de esta problemática a nivel mundial son las actividades antropocéntricas, es decir, son las acciones humanas «las que han generado gran acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera que es lo que ha provocado este calentamiento global, cambio climático y todas las consecuencias que estamos viendo año con año».
Ampugnani destacó que por más que existan «negacionistas» asociados a grupos de poder muy importantes de Estados Unidos, principalmente de empresas petroleras que contarán con un «vocero de privilegios en términos políticos», que es Donald Trump, la sociedad y el movimiento ambientalista deberán no sólo redoblar los esfuerzos en materia de concientización, sino en acelerar también la adopción de soluciones y medidas.
A través de un comunicado, el CDB explicó que como líder diplomático exterior de Estados Unidos, el Secretario de Estado implementa la política exterior del Presidente, y negocia tratados y otros acuerdos ejecutivos. El petrolero Rex Tillerson, quien ostentará este cargo con Trump, decidirá el destino de varias decisiones ambientales, incluida la adopción del acuerdo de París sobre el clima.
«El horrible historial de derechos humanos en todo el mundo y negar el cambio climático, indican que Tillerson es precisamente la persona equivocada para dirigir la diplomacia exterior de Estados Unidos», dijo Kieran Suckling, director ejecutivo del CDB. Y recordó que diversos informes han revelado que durante aproximadamente 50 años, ExxonMobil conocía y encubrió el vínculo entre la quema de combustibles fósiles y el cambio climático.
Ampugnani destacó que «todas las tonterías que ha dicho [Trump] en campaña en materia de cambio climático, las reforzó con poner al principal empresario de Exxon como secretario de Estado, que es una posición de mucho poder. Tillerson, un petrolero de alto rango, es un ‘negacionista’ al que no le importa en lo más mínimo el medio ambiente».
Por si fuera poco, planteó que existe la posibilidad de que a nivel interno, Trump permita el fracking. De acuerdo con Greenpeace, es la técnica para extraer gas natural de yacimientos no convencionales, que hoy por hoy está prohibida en diversas zonas del país vecino del norte.
TRATADOS INTERNACIONALES, EN PELIGRO
Los activistas pronosticaron que con su desinterés por los temas de protección al medio ambiente, el Presidente electo de Estados Unidos buscará «poner reversa» o «tirar a la basura» lo que se ha avanzado en la materia. Con ello, alertaron, ocasionará que otros países que se han comprometido a hacer reducciones de gases de efecto invernadero y a limpiar las formas de generar energía decidan abandonar tratados como el Acuerdo de París que se firmó para que las naciones determinaran acciones a fin de contribuir internacionalmente en reducir las emisiones.
En noviembre pasado entró oficialmente en vigor el Acuerdo de París. Con esta acción se sentó un precedente en la lucha contra el calentamiento del planeta. “Hoy hacemos historia en los esfuerzos de la humanidad contra el cambio climático”, destacó, en ese momento, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, quien habló de un momento “trascendental” para el futuro de la Tierra.
El pacto que incluye a más de 195 países debía ser ratificado por al menos 55 de ellos, que representan el 55 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. El acuerdo se concretó en septiembre de 2016, cuando China y Estados Unidos –dos de los países que más contaminan– lo avalaron.
Sin embargo, con el arribo de Trump a la Casa Blanca, el acuerdo corre peligro. El republicano declaró que al asumir la presidencia acabará con el pacto y amagó con retirar los fondos de Estados Unidos para las Naciones Unidas.
«El riesgo ahora es que se pueda desconocer [el calentamiento global] y que un acuerdo de estas dimensiones dé un paso atrás porque esta administración niega su existencia. También está el riesgo de que países menos ricos, menos poderosos, menos tecnológicos, con menos posibilidades, decidan retirarse de este tipo de acuerdos y podría desencadenar que todo esto se vaya a la basura», lamentó Gustavo Alanís.
Al respecto, Alejandro Olivera, representante en México del CDB, opinó que «el hecho de que [Trump] niegue el cambio climático es un retroceso a todo lo que se ha logrado en materia de política ambiental a nivel internacional para revertir el fenómeno».
EL MURO PONE EN RIESGO A ESPECIES
Por otro lado, la construcción del muro, una de las principales banderas de campaña del Presidente electo, tendrá también implicaciones en el tema ambiental y de biodiversidad. De acuerdo con los activistas algunas especies y ecosistemas se verán afectados ya que se impedirá que animales puedan tener acceso al agua o a la comida, e incluso podría suceder que se les dificulte o quite la posibilidad de reproducirse.
«Hay especies como el jaguar, el ocelote o el oso negro que podrían tener estos riesgos», comentó Gustavo Alanís.
Por su parte, Alejandro Olivera alertó que «poner un muro representa una división para las poblaciones que han transitado entre ambas fronteras, con lo se podrían aislar y afectar a estas poblaciones, incluidas las que se encuentran en peligro de extinción».
Aunado a ello, los ambientalistas alertaron que las acciones de cooperación entre Estados Unidos y México en temas de conservación de especies, como la vaquita marina, la mariposa monarca, el jaguar, entre otras, pueden ponerse en riesgo.
Por ello, Olivera subrayó que «México no debe bajar la guardia y menos con los hábitats y las especies».