The Revenant, protagonizada por Leonardo Di Caprio, narra la historia real del explorador Hugh Glass, que fue abandonado por sus compañeros de expedición tras el ataque de un oso en la Norteamérica de los primeros colonos, en el siglo XIX.
Madrid, 15 ene (EFE).- Con sus doce nominaciones a los Óscar y su triunfo en los recientes Globos de Oro, el mexicano Alejandro González Iñárritu asegura sentirse feliz y agradecido por la acogida que está teniendo The Revenant, película que considera su «mayor reto profesional».
«El sentimiento de alegría proviene de poder compartirlo con toda la gente que hicimos la película. Me dio mucho gusto la inclusión de todos los departamentos (en las nominaciones a los Óscar), casi todos fueron reconocidos, incluyendo Tom Hardy», subrayó el director y guionista mexicano en declaraciones a Efe.
The Revenant, protagonizada por Leonardo Di Caprio, narra la historia real del explorador Hugh Glass, que fue abandonado por sus compañeros de expedición tras el ataque de un oso en la Norteamérica de los primeros colonos, en el siglo XIX.
Filmada en paisajes naturales de Canadá y Argentina, el rodaje fue el más exigente al que se ha enfrentado hasta la fecha el director de «Amores perros» y «Birdman».
«Hubo muchísimos sacrificios y problemas a resolver; es el reto profesional más grande que he tenido, pero ya lo pasé. Lo importante es que las películas sean medidas por sus méritos y ahora es cuando The Revenant empieza a hablar por sí misma», asegura en conversación telefónica desde Londres.
Iñárritu fue el gran triunfador de los Óscar el año pasado con Birdman, que se llevó los premios a mejor película, director, guión original y fotografía para su inseparable Emmanuel Lubezki, que, de ganar, se llevaría su tercera estatuilla consecutiva tras las de Gravity y Birdman.
En el caso de Iñárritu, si este año repitiera Óscar a mejor película con The Revenant, sería un logro histórico, nunca antes registrado.
Como mejor director sólo hay dos precedentes que ganaran el Óscar de forma consecutiva: John Ford, con The Grapes of Wrath (1940) y How Green Was My Valley (1941), y Joseph L. Mankiewicz, con A Letter to Three Wives (1949) y All About Eve (1950).
«No me gusta ni pensar en ello», dice Iñárritu sobre estas comparaciones. «El trabajo ya está hecho, la decisión será de los académicos, y como no tengo ninguna posibilidad de hacer nada al respecto, prefiero evitar ese tipo de pensamientos», subraya.
«Que la película esté nominada, que yo esté nominado y que tenga tantos reconocimientos llena mi corazón de alegría», insiste el director, que en los últimos años ha pasado de ser un marginado en la industria de Hollywood a ser el más deseado.
«No sé si seré deseado o no, pero sí puedo decir que siempre he desarrollado y escrito mis proyectos en libertad y me sigo manteniendo en esa línea, aunque los presupuestos son distintos, y eso cambia las percepciones», concluye. EFE