Ciudad de México, 10 de septiembre (SinEmbargo).– Integrantes del Comité de Padres de Familia de los 43 normalistas de Ayotzinapa aseguraron que los resultados dados a conocer por el grupo de expertos independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reforzaron la esperanza de encontrar con vida a Alexander Mora Venancio, de quien se encontró un resto óseo en el tiradero de Cocula, Guerrero.
Los familiares expusieron que no dejarán de confiar en los expertos argentinos, quienes confirmaron la coincidencia genética en el hueso encontrado, pero opinaron que se pudo haber cortado un dedo del muchacho y se pudo haber «sembrado» en la fosa.
Mario César González Contreras, padre de César Manuel González Fernández, dijo que con la información del informe surgen nuevas preguntas: ¿De dónde sacaron el hueso? y ¿Por qué lo pusieron en Cocula?
«¿Dónde está Alexander? ¿De dónde lo agarraron [el hueso]? ¿De dónde lo sacó la Procuraduría General de la República [PGR]?», comentó don Mario.
Por su parte, Rodríguez Moreno, padre de Cristian Alfonso Rodríguez, contó a este medio que los padres de Alexander Mora dejaron el movimiento luego que en diciembre de 2014 la PGR informara que oficialmente su hijo estaba muerto. No obstante, con las nuevas luces en la investigación que realizó el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la CIDH, se reintegraron a la «lucha».
–¿Tras darse a conocer el informe cuál es la postura del movimiento respecto a Alexander? –se le preguntó.
–Ahora hay una probabilidad que pueda estar vivo. Cabe la posibilidad que el policía o el federal o quien haya participado le haya cortado un dedo, no sé, y hayan ido a dejar el fragmento óseo ahí. Pudo haber pasado así –externó Clemente.
–¿Los padres de Alexander siguen con ustedes?
–El Gobierno federal le sembró la espinita a los padres del compañero Alexander Mora que su hijo estaba muerto, por eso se fueron a su casa. Por eso estaban desanimados. Pero ya volvió, ahorita están en actividad en Ayotzinapa, y están más fortalecidos.
–¿De encontrar que sí hubo ocultamiento e irregularidades pedirán castigo para los funcionarios?
–Ahorita queremos concentrarnos en la búsqueda y aparición con vida de nuestros 43. Una vez que los encontremos, no nos vamos a ir a nuestras casas, pediremos justicia para los desaparecidos que faltan y exigiremos castigo para los culpables.
El 7 de diciembre de 2014, el entonces Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, confirmó que de acuerdo con el análisis de ADN, uno de los 43 estudiantes normalistas secuestrados el 26 de septiembre de ese año pasó de estar desaparecido a estar oficialmente muerto.
Como se dio a conocer, los peritos argentinos responsables de analizar los restos del basurero de Cocula confirmaron a los familiares de Alexander Mora Venancio la coincidencia del ADN con un hueso hallado allí. Alexander, un joven huérfano de madre e hijo de un taxista.
“Con base a los datos establecidos por la Universidad de Innsbruck se determinó que dicha muestra corresponde a un varón que, leo textual, es al menos un billón de veces más probable que se trate del hijo biológico de Ezequiel Mora Chávez, así como hermano biológico de Omar Mora Venancio y de Hugo Mora Venancio en comparación con los de cualquier otro individuo no relacionado”, así lo confirmó Murillo Karam.
El ex Procurador detalló que se determinó de acuerdo al análisis de una de las 17 muestras que mandaron a la Universidad de Innsbruck, Austria, la cual fue sometida a procedimientos de extracción de ADN nuclear, y con los procedimientos comparativos que se realizaron.
Murillo Karam indicó que la muestra fue sometida con otras 16 a esta prueba, sin embargo fue la única que arrojó un resultado positivo.
“Esta prueba científica confirma que los restos encontrados en una de las escenas coincide con la evidencia de la investigación y con la declaración ministerial de los detenidos, en el sentido de que en dicho lugar y forma se privó al grupo de personas en los términos y señalamientos que se dan en la averiguación”, agregó.
Sin embargo, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) dudó que los restos hallados en Cocula pertenecieran a los estudiantes de Ayotzinapa.
El grupo expresó sus sospechas porque el fragmento que permitió la identificación de Alexander Mora Venancio, el alumno de 21 años originario de Tecoanapa, no coincide con ningún otro hallado en el basurero de Cocula. Recordó que desde que se entregaron los resultados para la identificación por ADN, los argentinos aclararon que ellos no constataron la procedencia de esa pieza, que ya estaba sobre una mesa cuando llegaron al lugar.
Tras la información las familias sostuvieron que los restos de Alexander Mora Venancio fueron sembrados por el gobierno para sostener la versión de los tres sicarios.
“Los peritos argentinos no avalan que los restos sean de Cocula, porque ellos no estuvieron en el levantamiento y dicen que las bolsas negras con restos, estaban abiertas”, dijo José Félix Rosas, vecino de Tecoanapa.
El Grupo Interdisciplinario de Expertos y Expertas Independientes, integrado por cinco representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, aportó el domingo pasado al menos dos nuevas líneas de investigación que echan a la basura “la verdad histórica” oficial sobre la desaparición de 43 alumnos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, hace casi un año.
Hay un camión desaparecido que podría ser clave para conocer el destino de los normalistas, no existe evidencia de que los jóvenes fueron quemados en un basurero del municipio de Cocula, como lo afirmó el 27 de enero de 2015 la PGR.
El informe del GIEI también revela que en todo momento, elementos de la Policía Federal, el Ejército y corporaciones municipales tuvieron conocimiento de la ruta que siguieron los cinco camiones tomados por los normalistas en los que viajarían a la Ciudad de México para asistir a la marcha del 2 de octubre.
“Los muchachos no fueron incinerados en el basurero de Cocula”, dijo Francisco Cox, uno de los expertos de la CIDH.
Cox destacó también que hay inconsistencias entre declaraciones de presuntos responsables, por lo que se pidió la opinión de un experto en manejo de fuegos.
José Torero, el experto contratado por la CIDH, demostró que en esas condiciones el tiempo requerido para incinerar a un cuerpo, es entre 90 a 120 minutos.
El especialista internacional estableció que son necesarios 30 mil 100 kilos de madera 13 mil 330 kilos de neumáticos y 60 horas para incinerar los 43 cuerpos.
“Los habitantes de Cocula hubieran visto la columna de humo de 200 metros de alto”, explicó Francisco Cox del GIEI.
El perito independiente tampoco encontró evidencia en la vegetación adyacente al basurero de los estragos que científicamente generaría una incineración de ese tipo.
La quema de 43 cuerpos en la condiciones necesarias, hubiera desatado un incendio forestal desde el basurero de Cocula, dijo.
La PGR anunció en enero pasado que había llegado a “la verdad histórica” de lo ocurrido la noche del 26 de septiembre a partir de numerosas pruebas científicas y los testimonios de los supuestos autores materiales.
–Con información de Shaila Rosagel.