Ciudad de México, 1 de septiembre (SinEmbargo).- Los síntomas de la depresión varían de persona a persona, sin embargo existen ciertas tendencias que se repiten, sobre todo en esta época en la que el uso de dispositivos móviles es tan común. De esta manera, de acuerdo con un nuevo estudio, fue detectado un comportamiento típico entre aquellas personas que padecen depresión y está estrechamente vinculado con el uso del teléfono celular.
Para muchos, el uso del smartphone es, a menudo, más una acción automática que una necesidad verdadera. Sin embargo, buscar refugio en las apps y demás funciones de un teléfono celular puede que no sea tan buena idea cuando se tratan de evadir los síntomas de la depresión.
«Con la creciente penetración de los teléfonos celulares, el consumo problemático de teléfono celular [PUMP, por sus siglas en inglés] merece atención», escriben los autores del estudio publicado en Computers in Human Behavior.
De acuerdo con Jung-Hyun Kima, Mihye Seob y Prabu David, el «uso problemático del teléfono celular» ocurre cuando los usuarios prefieren a sus dispositivos en lugar del contacto personal para aliviar su depresión.
Los investigadores examinaron dos vías para el uso habitual de un teléfono inteligente: ya sea cualquiera que pase el tiempo o se entretenga con el dispositivo, o para aliviar sentimientos de tristeza o depresión por la búsqueda de los demás. En este caso, la segunda razón fue la causante del problema.
Los resultados sugieren que las personas deprimidas pueden confiar en sus dispositivos móviles como una alternativa para aliviar sus sentimientos negativos y, simultáneamente, dedicar más tiempo a las actividades de comunicación a través del teléfono celular. Sin embargo, éstas a su vez pueden degenerar en PUMP. En caso contrario, la comunicación cara a cara con los demás jugó un papel moderador, lo que debilita el vínculo entre el uso de teléfonos móviles para las actividades de comunicación y el deterioro del PUMP.
Esto sugiere que el consumo problemático de teléfono celular es impulsado en parte por el uso intencional o deliberado de este tipo de aparatos, «ya sea para aliviar o aligerar los sentimientos negativos», dijo David, «mientras que el uso habitual o ritual de pasar el tiempo no está fuertemente asociado con éste».
«Participar en una mayor interacción cara a cara puede funcionar como un antídoto para el desarrollo del uso problemático de teléfono celular», dijo al respecto, Jung-Hyun Kim, autor principal de la investigación.
Por su parte, David agregó: «La investigación confirma que a pesar de todos los avances que hemos hecho, todavía hay un lugar para la interacción significativa cara a cara». Así mismo, agregó que, si bien, el teléfono celular puede hacer una serie de cosas que simulan la interacción humana. «Nos seduce la creencia de que es real, pero el hecho es que es todavía sintético».
En conclusión, los investigadores están de acuerdo en que el uso moderado de un teléfono celular –ya sea para mantenerse en contacto con la familia o amigos, por ejemplo– no tiene por qué ser necesariamente malo. Sin embargo, no por ello hay que dejar que sustituya la interacción humana real.