Ciudad de México, 22 de agosto (SinEmbargo).- Más de 16 mil especies de animales están amenazadas y se encuentran al borde de la extinción. Pero, ¿qué pasaría si la humanidad pudiera utilizar la biotecnología para ayudar a esta fauna a evolucionar? La artista Kathryn Fleming se propone hacernos imaginar esto, aunque los resultados, a simple vista puedan parecer estrafalarios o exóticos.
«Vivimos en un momento precario», dice la artista de 32 años, afincada en Washington D.C. «Los humanos son la influencia más grande en la evolución del mundo natural».
Sin embargo, Fleming va más allá de simplemente imaginar esta evolución maquinada por el ser humano. En la serie llamada «Endless Form/Endless Species «(Forma sin fin/Especies sin fin) la estadounidense crea a estas criaturas imaginarias mediante la taxidermia, al combinar partes de animales que ya existen en la actualidad, según dio a conocer la revista Wired.
De esta manera, la serie de obras fue impulsada por el trabajo de científicos especializados en animales, abogados de bienestar, especialistas en ética de alimentos, etnobotánicos, sociólogos, biólogos y antropólogos. Así mismo, este proyecto es un intento de cuestionar las instituciones culturales actuales a través del cual nos relacionamos con los animales, explica el sitio web del mismo.
«Cuando empiezas a observar a estas criaturas, puedes ver que son estos diseños perfectos», dice. «La taxidermia realmente puede ayudar a los diseñadores a entender los procesos naturales y luego especular sobre lo que podría ser diferente.»
Entre sus creaciones inspiradas biológicamente destacan optime artiodactyla, también llamado «superbivore», un ciervo futuro cuyas adaptaciones incluyen un cuello de jirafa, una lengua prensil de 25 centímetros de largo para buscar alimento y pezuñas hendidas que le permiten mantener el equilibrio sobre superficies precarias. Otra bestia, el «revibro» es una especie de felino carnívoro con partes de canino. La piel de este animal pueden reflejar la luz artificial para deslumbrar a sus presas.
De acuerdo con Fleming, algunas características de sus quimeras podrían ser el resultado de la selección natural y otras debido a la intervención genética humana. Sin embargo, no le bastó con crear estos hipotéticos seres, también diseñó un futuro zoológico con hábitats pensados para cada una de sus criaturas que van más allá de la improvisación y la mera ocurrencia.
«Estas propuestas son especulativas, pero sus formas, funciones y comportamientos son posibles y se basan en los precedentes de la evolución y de la investigación científica», dijo Fleming.
La artista ahora se encuentra investigando nuevas especies en el Museo Nacional de Historia Natural en Washington y abrió un estudio: Modern Naturalism, el cual se centra en la aplicación de principios biológicos para diseñar.
«Los animales han llegado a soluciones de diseño que van mucho más allá de lo que hemos podido hacer con nosotros mismos», agrega. «Eso es lo que es la evolución: cientos de años de diseño y desarrollo.»
Las inquietudes de Fleming no son aisladas y en esta época en particular, con los constantes avances tecnológicos y científicos, las propuestas de biología sintética comienzan a abundar. De esta manera, hay quien sugiere la idea de modificar el cuerpo humano para que puede consumir y digerir alimentos podridos, así como una investigación sobre la manera en la que los hongos podrían ser aprovechados para crear nuevos materiales sostenibles.