Ciudad de México, 21 de julio (SinEmbargo).- Edilberto Reyes García, el niño de 12 años que falleció luego de recibir una bala en la cara, durante el operativo del Ejército mexicano en la comunidad de Ostula, en Aquila, Michoacán, fue enterrado hoy entre exigencias de justicia.
«Las autoridades no respetaron. Estábamos ahí en el conflicto, ellos pasaron y no respetaron. Nosotros estábamos sin armas y ellos traían armas», recriminó Miguel Reyes Vera, padre de Edilberto Reyes.
El domingo pasado sobre la carretera Aquila-Tecomán, los pobladores realizaron un bloqueo a la altura del puente de Ixtapilla, para protestar por la detención del líder de las autodefensas Semeí Verdía, quien fue detenido por miembros de la Marina, y consignado hoy a un penal de Nayarit por su presunta responsabilidad en la comisión del delito de portación de Armas de Fuego y Explosivos de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.
En Aquila, la gente asevera que el domingo el Ejército Mexicano disparó en contra de la población civil, agresión que también dejó cuatro heridos.
En un modesto funeral, en el que aseguraron los familiares de la víctima, “el gobierno no metió las manos para saldarlo”, habitantes de la comunidad Ixtapilla y compañeros de la escuela del menor fallecido, exigieron justicia y recriminaron:
“Queremos que nos cuiden, que no nos disparen”.
En tanto, Miguel Reyes, reiteró:
“El Gobierno pasó y ellos no respetaron el bloqueo. El niño iba a comprar unas cosas que le había encargado su mamá, escuchó que empezaron a disparar se metió en el restaurante y ahí sucedió el caso”.
Según los reportes oficiales, el menor fue alcanzado por una esquirla de bala cuando corría para resguardarse en el restaurante, entró por la nuca y salió por un costado del ojo derecho.
«No teníamos nada que ver con los soldados, ellos la regaron. Yo quisiera que ellos fueran castigados. Él no tenía culpa de nada, es un niño», exigió Reyes Vera.
Durante el entierro, se escuchó el llanto de una madre inconsolable, que gritaba: «Ya jamás te volveré a ver mi niño”.
Por su parte, Ernestina Reyes, mamá de Neini Nataly Peña Reyes, de seis años de edad y hermana de Edilberto, aseveró que los soldados dispararon contra su familia:
«Escuché que venían disparando los soldados. Ellos iban pasando por la carretera, los vi cuando pasaron y dispararon al restaurante, ahí están los huecos donde pegaron las balas. Mi hija solamente sufrió un rozón y solamente queremos justicia».
Los familiares de los menores, aseguraron ningún funcionario de gobierno les ha ayudado al momento para nada.
Ayer por la noche, El Mando Especial para la Seguridad en Michoacán, Felipe Gurrola, aceptó que sí hubo disparos en Aquila, pero no contra la población.
“La población civil lanzó rocas y a su vez se repelió con gas lacrimógeno […] Las personas fueron las que se atacaron contra sí y a su vez a las autoridades”, sostuvo Gurrola en conferencia de prensa.
Sin embargo, este día, comuneros de Ostula, sostuvieron que el ataque a la comunidad también fue por aire.
El operativo que tenía como objetivo detener a autodefensas y comunitarios estuvo acompañado de helicópteros artillados los cuales dispararon contra casas, automóviles y personas, sumado a que desde ahí se lanzaron gases lacrimógenos, informó Agustín Vera Martínez, líder indígena.
“Avanzaron policías estatales, marinos y policías federales acompañados de dos helicópteros artillados, con lujo de violencia y destruyendo lo que hallaban a su paso, incluidos varios vehículos de la comunidad, pasaron sobre los retenes tirando balazos”, dijo Vera Martínez.
En una conferencia de prensa, comuneros de Ostula detallaron que los militares dispararon contra casas a lo largo de 300 metros, desde el puente de Ixtapilla hasta las calles del pueblo, donde había una cortina de humo producida por los gases, por tanto los elementos de las fuerzas no tuvieron oportunidad de ver a qué disparaban. Incluso mostraron un video donde se aprecia la intrusión de los uniformados y donde se escuchan diversas detonaciones.
Ciudadanos y mandos comunitarios indígenas exigieron al Estado mexicano la liberación inmediata de su líder Cemeí Verdía Zepeda, la aparición con vida de sus compañeros que han desaparecidos desde 2009 a la fecha, justicia para el niño asesinado Edilberto Reyes García y heridos, entre los que se encuentran los menores Yaimi Nataly Pineda Reyes, Edith Balbino Vera, Delfino Antonio Alejo Ramos, así como a Horacio Valladares Manuel, José Macías Zambrano y Melesio Cristino Dirizio.
“Ellos llegaron a tirarnos, dispararon contra los civiles. Ellos podrán decir lo que quieran y que dispararon al aire pero no es cierto”, agregó Agustín Vera Martínez.
Durante la conferencia de prensa los habitantes de Ostula acusaron que desde que se levantaron en armas en 2009 han sufrido actos violentos por parte de el cártel de Los Caballeros Templarios. Aseguraron que desde entonces han sufrido el asesinato de 32 y la desaparición de seis autodefensas y todos esos hechos han sido en presencia de los retenes de marinos, ante esa situación, dijeron, creen que los actos que acontecieron el pasado domingo 19 de julio se trató de una “traición”, pues el líder comunitario Cemeí Verdía Zepeda fue citado por autoridades de seguridad, como en ocasiones pasadas pero fue arrestado.
“Arriba Los Caballeros Tenplarios”, fue el mensaje que emitieron las tanquetas mientras que elementos de la fuerzas federales disparaban a las casas y desde los helicópteros lanzaban gas pimienta y baleaban los automóviles, contó Vera.
“Se burlaban los federales cuando incendiaban un carro o pasaban por los retenes. Nos decían que ya se nos acabó la fiesta”, agregó.
Aquel 19 de junio, narró el también campesino, el Secretario y Subsecretario de Seguridad Pública citaron a Cemeí Verdía Zepeda, líder de autodefensas de la zona, en el poblado de La Placita, luego lo detuvieron por los delitos de uso de armas exclusivas del Ejército y por quema de urnas electorales.
El dirigente y campesino Agustín Vera explicó que cerca de las 17:00 horas los pobladores hicieron retenes porque la Policía Estatal, Policía Federal y militares estaban deteniendo y despojando de sus radios a sus compañeros en otros puntos del municipio de Aquila y después querían entrar al poblado para detener a más comunitarios.
Ezequiel Celestino Grajeda, presidente de Vigilancia de los Bienes Comunales de Ostula, detalló que ante las posibles detenciones montaron seguridad porque “nadie externo entra o sale del pueblo sin pasar por los puntos, porque nosotros tenemos nuestros usos y costumbres, y deben ser respetados”.
Pero las fuerzas de seguridad entraron a la fuerza. Los pobladores explicaron que no respondieron a la agresión, pues la gran mayoría, ante la posibilidad de ser detenidos corrieron hacia el campo, pero según su versión los militares siguieron disparando a las casas.
“Pedimos a la sociedad civil nacional e internacional, así como a los organismos internacionales, a estar atentos a lo que pase en la región y a no permitir un nuevo asesinato”, pidieron los habitantes de Ostula por medio de un comunicado.
-Con información de Provincia