Los Ángeles (EU), 4 jul (EFE).- Unos 350 indocumentados y activistas de grupos migratorios marcharon hoy en el centro de Los Ángeles, por una vida libre de «miedo», durante la celebración del Día de la Independencia en Estados Unidos.
La manifestación, promovida por la Coalición Millones de Voces por la Reforma, buscó llamar la atención sobre las limitaciones que sufren los inmigrantes indocumentadas.
«Es un día muy significativo para Estados Unidos y es muy significativo para todos los mexicanos que estamos viviendo aquí y para muchas personas que han estado aquí sin documentos por más de 30 años», declaró Gloria Saucedo, directora de Hermandad Mexicana de Pacoima, una de las organizadoras de la marcha.
Los activistas destacaron que al recordar la fecha en que las primeras colonias firmaron su independencia, los indocumentados manifiestan igualmente su deseo de vivir libremente en el país.
Entre los participantes estuvo Pedro Rivera, padre de la cantante fallecida Jenni Rivera y quien presentó un grupo musical para animar la protesta, que se realizó bajo un sol inclemente.
«Yo fui inmigrante desde 1976 cuando atravesé por Yuma, Arizona, y entiendo el sufrimiento de la gente. Muchos quedan en el camino, los coyotes abusan de las mujeres y es una vida muy dura, son muchos los sufrimientos», comentó el patriarca del clan musical de los Rivera.
«Y luego cuando llegamos a los Estados Unidos, todo mundo nos humilla y nos ataca y es por eso estamos aquí tratando apoyar a la gente que todavía no tiene su documentación», explicó Rivera.
Los manifestantes pidieron, asimismo, que se autorice la aplicación de la Acción Diferida para la Responsabilidad de los Padres (DAPA, en inglés) y la ampliación de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés).
Ambos alivios migratorios fueron decretados por el Presidente de EU, Barack Obama, en noviembre de 2014 para favorecer a unos cinco millones de indocumentados, pero están paralizados en las cortes federales.
También solicitaron que el Congreso apruebe una reforma de inmigración que les ofrezca una vía de legalización a los cerca de 11 millones de inmigrantes indocumentados que residen en Estados Unidos.
«Estamos hoy aquí para decir que nosotros seguimos en la lucha y seguimos cumpliendo, aunque no tenemos permiso de trabajo y continúan las separaciones de las familias y existe el miedo por las deportaciones», concluyó Saucedo.