Problemas durante el rodaje, complicaciones para exhibir la cinta en las grandes cadenas comerciales y la ausencia en Cannes, son algunos de los inconvenientes que la película ha tenido que enfrentar, cuyo director, Alfonso Cuarón, enfila como favorito para la próxima entrega de los Oscar. La película, ganadora en Venecia, se estrena en Netflix este 14 de diciembre.
Por Berenice Bautista
Ciudad de México, 14 de diciembre (AP).— Desde su rodaje en la Ciudad de México, Roma de Alfonso Cuarón fue noticia. Meses después de haber conquistado Venecia, el director mexicano resuena nuevamente como un favorito en los Oscar con un filme muy personal que demuestra un cambio en las reglas del juego al dar preferencia a Netflix por encima de su exhibición en salas de cine.
Primero causó sensación cuando se supo que Cuarón regresaba a filmar a México después de 16 años desde Y tu mamá también, la película con la que fue nominado por primera vez al Oscar por su guion.
Pero ya estando en el rodaje, en noviembre de 2016, la producción tuvo un altercado con personas que afirmaban ser autoridades locales y reclamaban que el equipo no contaba con el permiso adecuado para filmar. Surgieron videos en internet de este grupo enfrentándose a golpes con los miembros de la producción. Parecía imposible pero el director estaba sufriendo el mismo tipo de contratiempos que podría tener la ópera prima de un estudiante. Tras el incidente Roma siguió su rodaje, incluyendo una escena fastuosa en la calzada México Tacuba en la que Cuarón recreó una manifestación estudiantil brutalmente reprimida por la policía en 1971.
La cinta iba a estrenarse en mayo de este año el Festival de Cine de Cannes pero fue retirada unas semanas antes por las normas de la competencia tras la controversia suscitada por las películas de Netflix Okja y The Meyerowitz Stories. A partir de este año Cannes requiere que una cinta se exhiba en salas francesas para buscar un premio del palmarés. A su vez la ley francesa considera un periodo de tres años antes de que una película estrenada en los cines del país llegue a plataformas digitales, lo cual va en contra del modelo de Netflix que distribuye a Roma, de Participant Media y Esperanto Filmoj, la productora de Cuarón. La plataforma estrenará la cinta el viernes en 190 países.
“En realidad el conflicto entre Cannes y Netflix no tiene nada que ver en el conflicto entre los que aman el cine y los que odian el cine. Es muy fácil: es el conflicto entre dos modelos económicos y son dos modelos económicos que no han podido negociar una compatibilidad”, señaló Cuarón en un encuentro con reporteros en México.
Paradójicamente, y pese a su inminente llegada a una plataforma de streaming, Roma tuvo su estreno mundial en el festival de cine más antiguo del mundo, Venecia, y conquistó el León de Oro, convirtiéndose en la primera película mexicana en ganar ese reconocimiento. Después de Venecia vino su estreno en el Festival Internacional de Cine de Toronto y fue la pieza central del Festival de Cine de Nueva York, sumando adeptos y críticas favorables en cada ciudad por la que pasó.
Hasta que llegó el momento de ser estrenada en México y, nuevamente, el país de origen del director hizo que ocurriera lo inimaginable. De las más de 6 mil pantallas que existen en el país sólo unas 50 estaban dispuestas a exhibir Roma. Cinépolis y Cinemex, las dos cadenas que controlan casi la totalidad de las salas, no la proyectaron. Cinemex no hizo declaraciones y Cinépolis argumentó que se trataba al igual que en Cannes de un problema de ventana de exhibición, que en el caso de los cines mexicanos pide tres meses antes de que una película llegue a plataformas digitales y Roma le daba a los cines mexicanos sólo un par de semanas.
La falta de oferta no ha hecho más que generar expectativa entre el público local que ha agotado las entradas en las salas donde se presenta. El desaire a Roma no es menor, considerando que México es el cuarto país que más consume boletos de cine en el mundo, superado sólo por China, India y Estados Unidos, a pesar de tener una población mucho menor que esas naciones.
Pero el director galardonado con el Oscar en 2014 por Gravity ha dicho que lo más importante para él es que su película, hablada en mixteco y español y creada a partir de las memorias de su infancia en la Ciudad de México, se vea por el mayor número posible de personas, incluyendo las nuevas generaciones que prefieren las plataformas digitales.
“Es también un cambio cultural. Creo que las dos cosas pueden coexistir, yo no creo que tienen que competir”, apuntó el cineasta. “No puedo pensar en una película sólo a partir del estreno, porque las películas son para que las vean las siguientes generaciones”.
Más allá del debate por su formato de distribución, Roma es la apuesta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para conseguir una nominación al Oscar a mejor película de lengua extranjera, un premio por el que ha estado nominado el país en ocho ocasiones.
En un principio esa parecía ser su aspiración, pero tras conseguir premios del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York, la Asociación de Críticos de Cine Los Ángeles, tres nominaciones a los Globos de Oro y otras tantas para los Critics’ Choice Awards, el ruido de una posible nominación a los Premios de la Academia como mejor película es casi tan fuerte como el del mar en la cinta.
De lograrlo en enero, Roma continuaría dando mucho más de qué hablar, como lo ha hecho desde sus inicios.